La mujer no tiene que hacer cargo de la casa, puede elegir.- Sobreviviente
Fecha Friday, 11 July 2008
Tema 100. Aspectos sociológicos


Jesús estaba conversando con sus discípulos en casa de sus amigos. Marta, la anfitriona, estaba atareada en muchos quehaceres, mientras su hermana María se encontraba sentada a los pies de Jesús escuchando, contemplando. Marta, afanada por tanto trabajo que una casa con invitados demanda, le dijo a Jesús:

Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.

Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte y no le será quitada.

En el Opus Dei las auxiliares -y muchas numerarias- son las Martas, pero no han elegido, han sido conducidas a una vocación de servicio sin posibilidad de escoger, de simplemente sentarse a los pies de Jesús y contemplar.

Por eso Carmencharo, en respuesta a tu mensaje pasado, yo diría que la mujer no tiene que hacerse cargo de la casa, ella puede elegir. Y antes de condenar el feminismo, demos gracias a que mujeres valientes que nos precedieron nos han permitido tener ahora más derechos, más posibilidades y el "lado femenino" empieza a ser valorado, incluyendo el trabajo en el hogar. Las familias de ahora puede que enfrenten problemas distintos a aquellas de hace cuarenta años, pero no son peores. Mira a los padres actuales, más involucrados con sus hijos, más indispensables para todos, no solo como los proveedores de dinero y distribuidores de castigos, sino como fuente también de ternura y amistad, como compañeros que cargan en sus hombros las tareas que construir un hogar exige.  Son dos que se aman, dos que deciden unirse y prolongarse en los hijos, dos que responden por igual. Es mucho más enriquecedor para ambos –hombre y mujer- encontrarse y crecer juntos como dos iguales, compañeros, amigos, que con una estructura jerárquica que los pone a los dos en papeles rígidos sin posibilidad de desarrollar todas las cualidades. Por ejemplo, la creatividad que tú mencionas, es propia de la especie humana. A algunos hombres también les encanta cocinar (claro, si un hombre cocina sabroso, es un chef, la mujer no pasa de ser la cocinera, je, je), y son tan hábiles como cualquier mujer a la hora de arreglar y limpiar. Es cuestión de cambiar los esquemas.

No siempre pasa que la mujer trabajadora tenga unos hijos desastrosos, tampoco pasa que las mujeres que se quedan en casa tengan unos hijos perfectos. Es cuestión de actitud, de la forma como se enfrenta la maternidad, de la calidad del tiempo que se les dedica, de los valores que se les inculca (para la muestra, te presentaré a mis hijos, je, je). Y si, es terrible ver que muchos niños están como perdidos, sin madre ni padre que los controle… pero no es culpa exclusiva de la mujer. Ese hijo es carne y sangre de dos personas que decidieron tenerlo. Y el sistema social, las leyes laborales y civiles fueron dictadas por hombres desde la perspectiva de que la mujer tiene que quedarse en casa. Tal vez es hora de cambiar las leyes también, de dar flexibilidad a los padres y madres para que puedan estar más tiempo con los hijos. En muchos países –sobre todo en aquellos con más desarrollo económico y social- trabajar desde la casa es una opción cada vez más en auge. Y venderse a las multinacionales, ser agresivamente competitiva... eso es harina de otro costal, problemas que se comparten por igual con hombres y mujeres que tienen otras prioridades, no la familia precisamente.

Y no es cierto que la mujer sea la culpable de “el deterioro de la sociedad y todos los males del mundo”, eso es algo que nos repetían en el opus. La numeraria entra a misa en sandalias y es la culpable de que el sacerdote tenga malísimos pensamientos a la vista de un lúbrico pie desnudo… Desde Eva la mujer ha sido culpada de hacer la vida del hombre miserable, de ser su perdición.  ¿Sera que si? La mujer es el vaso vacío para la semilla del hombre, es la encargada de hacerle la vida agradable y fácil, pero eso sí, que se cubra de la cabeza a los pies porque con ese cuerpo pecaminoso lo perturba. Y Dios se equivocó el séptimo día al crear a este ser, demasiado bello para ser sirvienta, demasiado servil para ser reina. Pobres hombres….?  Noooo , que va, si es tan hermoso amar y ser amado, sin envarar los sentimientos en prejuicios, dar la libertad al otro de que sea lo que es sin tener que llenar nuestra expectativa, mientras una misma es lo que es, con la felicidad de saberse amada así, sin disfraz ni corsé.

Con mucho cariño

Sobreviviente, madre trabajadora y feliz









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