Superman, ya Agustina te dio en una nota bajo tu correo, un resumen de mi abultado currículo de escritos en Opuslibros, que suelen no interesar a nadie. Y ya que eres el único que muestra interés en la historia de la suscrita, pues dale una miradita y hablamos.
De mi enfermedad te diré que no tuvo nunca diagnóstico, me paseé por los mejores médicos del país y todos coincidieron en que lo mío no era físico sino que lo más probable es que tuviera estrés o depresión.
Pero en esos tiempos el opus no tenía un siquiatra en Perú, así que los del opus de aquel entonces (años 90) teníamos prohibido ir a uno "de fuera". Incluso mi Directora (esa que un dia vió mi vocación y luego no la vió más) me decía que el opus tenía toda la farmacopea, que lo único que necesitaba era ser fiel y sincera en la dirección espiritual y el sacerdote me ayudaría más y mejor que culaquier sicólogo.
Me fui deteriorando y desmayando públicamente (siempre sin diagnóstico) y finalmente me dijeron "estás enferma, no sirves, cúrate y regresas... ah y no le digas a nadie que te echamos así porque pueden formarse una mala imagen de nosotros".
Mi sanación fue: dormir una buena siesta, aprender a quererme y ... olvidarme de las fanaticadas (ese proceso fue largo y doloroso porque lo hice sola, tú no estás solo, aquí tienes a mucha gente que sabe lo que sientes).
Hablando de fanatismos, Julia no veo cuál es la frivolidad en querer subastar un objeto que para tí no tiene valor alguno pero sí lo tiene para cualquier otro. Si Dios (en todo su poder y sabiduría) decide curar primero a quienes tienen reliquia, no entiendo por qué tú no podrías ofertar ese objeto democráticamente y vendérselo a quien esté dispuesto no sólo a soltar slogans de turno, sino a "mojarse" por su ídolo. Negocios son negocios, y no tienen nada de frívolo (o en todo caso, más frívolo es hablar del dolor familiar sin reparos sólo para "argumentar" lo buena que es la secta a la que se pertenece).
En todo caso, dámela a mi, que yo la subasto... y así hago un servicio a los fans del "santo" (no Roger Moore) y además le haces un favor a esta pobre madre soltera, desempleada y sin dinero (ajá, yo también sé hacer dramas) y ya que nadie me ha abierto una cuenta o me ayuda a buscar trabajo, por lo menos con la platita de la subasta sobrevivo un mes más (¿y qué tal mi drama? ¿me gano la estampa?).
Luxindex, no me meto con tu sabiduría otoñal, pero a mi me parece que si leemos la Biblia sin sloganes, aprenderemos más cosas de Dios de las que nos han dicho. Hace falta abrir más la mente y el corazón y ... leer un poco de lo que se va sabiendo últimamente, sin prejuicios ni miedos, porque los hijos de Dios no tenemos por qué tenerle miedo a las ideas nuevas. Mi recomendación para entender el por qué nos va mal, el por qué los buenos nos enfermamos y el por qué nos pasan cosas "feas" es leer "El Poder de la Intención" de Wayne Dyer (y luego "El Secreto" de Rondha Byrne) o busca en "interneck" sobre el tema "La Ley de la Atracción". A lo mejor aprendemos algo... así sea otoño.
Emevé
