¿Calumnias dentro de la Iglesia?.- Victor M.
Fecha Wednesday, 11 June 2008
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Queridos amigos,

 

El pasado jueves 6 de junio, apareció una pequeña noticia en el diario digital “El Mundo” haciendo referencia a unas palabras del  Cardenal Carlo Maria Martini titulada “La envidia es el vicio capital 'por excelencia' en la Iglesia” que seguramente habréis leído. Sin darle mucha más importancia de la que se merece, si quisiera resaltar un pequeño detalle que puede haber pasado desapercibido y presentar una reflexión al respecto.

 

Este se refiere a la frase que resume todo el artículo. Dice el Cardenal Carlo Maria Martini “… "el vicio clerical por excelencia" es la envidia, el más habitual por encima de otros fuertemente presentes como la vanidad y la calumnia”. Y en otra parte del texto, refiriéndose a la calumnia dice el artículo: “El cardenal italiano asegura que a las diócesis llegan numerosas cartas anónimas en las que se habla mal de algunos de sus miembros”

 

Lo que me sorprende es la manera en que trata por igual a la “envidia” la “vanidad” y la “calumnia” como un “vicio”(¿). Y es que, en mi opinión, no son ni mucho menos comparables. Quiero decir que la “calumnia” no es en absoluto comparable a la “envidia” o la “vanidad”.

 

Puedo entender la vanidad dentro de las personas que ocupan altos cargos en la Iglesia. No la justifico, pero la entiendo. Lo único que demuestra es que utilizan la Iglesia para satisfacer su ego, lo mismo que el que medra en una empresa. Resulta patético ver a miembros de la Iglesia peleándose por ocupar el consejo de administración de la Caja andaluza Cajasur. Cuando seguidamente nos sermonean con que debemos (nosotros, no ellos) ser humildes y desprendernos de las ataduras terrenales, me pregunto el entrenamiento que tendrán para no sonrojarse al decirlo (a mí me sería imposible).

 

También puedo entender la envidia. En el fondo las personas envidiosas me dan pena. Solo se perjudican a ellas mismas, sufriendo sin obtener beneficio alguno.

 

Pero la calumnia es otra cosa. La calumnia demuestra una maldad calculada y programada. Se dirige a hacer daño al prójimo de la manera más infame y cobarde; atacándolo cuando no puede defenderse, incluso se llega a utilizar contra alguien después de haber fallecido.

 

Me creo que la Iglesia, en ciertas esferas, esté corroída por la vanidad y la envidia, no lo dudo, yo mismo lo he visto, y muchas de las actuaciones de sus miembros relevantes así lo demuestran, pero no me creo lo de la calumnia. No me creo que haya gente tan malvada y sin ningún tipo de escrúpulos dentro de la Iglesia como para llamar la atención del Cardenal Martini.

 

Pero todo puede tener una explicación: que una secta haya conseguido infiltrarse dentro de la misma Iglesia. Una secta que para sobrevivir necesite constantemente ocupar altos cargos en la organización. Una secta que utilice sistemáticamente la calumnia para conseguir este objetivo: eliminar a los candidatos que no son afines y desacreditarlos para que no les crean cuando intenten hacer ver la realidad a los demás.

 

Si a alguien le queda alguna duda de la utilización sistemática de la calumnia por la secta opusdei, que lea en estas páginas los numerosos testimonios de las personas que la han sufrido.

 

Noticia de El Mundo.

Victor M.









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