Hola, Ignacio:

Me ha gustado que hayas escrito a Opus libros, transgrediendo todas las leyes del buen comportamiento, porque… se te fue un poco la mano buscando tu colegio, ¿no? Es normal, nos pasa a todos. Si esto ha sido así de espontáneo y una sugerencia de tus amigos del club, pues te doy la enhorabuena por valiente.

Has salido a dar la cara por lo que tú crees bueno. Y es lógico que lo creas, porque tus padres son buenos, tus profesores también, por supuesto tus compañeros que estén a favor, y los curas! Todos, todos son buenos. Buenos y engañados.

Comprendo que no te lo puedas creer. A mí misma me pasó lo mismo. Desde los 15 hasta los 55, pasando por los 17, claro. Cuando me comía el mundo y daba guerra. Como tú, por eso me has caído bien, valiente, y noble.

No dejes de ser noble, no dejes de ser valiente. No dejes de levantar tu voz si en algún momento alguien te la ahoga. Yo también aprendí de mis padres las virtudes cristianas, y humanas. Y también hubiera saltado a la yugular del que hubiera traicionado alguno de mis inviolables principios. No sé si les hubiera insultado como tú haces, pero sí los hubiera cuadrado.

Me recuerdas a mí, y te he cogido aprecio. Además, veo que te responden con la misma fuerza con que les has provocado. Yo no te voy a proteger, quiero que sigas haciéndolo sólo. Yo hice lo mismo que tú durante 40 largos años. Podrías ser mi nieto; es verdad, te he cogido afecto. Así que te concedo que, un poco inmadura debí ser, al no darme cuenta del fraude para el que vivía. A pesar de haber congelado mi vida ¡tantos años! En absoluto estoy amargada. Amo la vida, y lo que siento es estar ya entrando en la última etapa. Si no te aburre, lee mi primer artículo (algo sobre el rejalgar). Me han dicho varias personas que se sienten identificadas con lo que escribí. Así que todas amargadas, no. Tampoco todos somos católicos, ni todos leemos y recomendamos la Biblia, ni tampoco inmaduros todos… Tampoco he leído medias verdades, aunque es cierto que algunos cargan las tintas por el lado que tienen la herida. Bastante es seguir con ganas de vivir para  ayudar a los demás a que no caigan en la misma piedra. Sabrás hacerlo mejor o peor dependiendo de cómo te haya tratado la vida, y si tienes suerte, te quedan  arrestos para dar un carpetazo al pasado, y mirar hacia adelante. Y si no hay secuelas… Estos si son los restos de un ejército, los que realmente fueron gravemente heridos en el campo de batalla. Y éstas heridas, las debemos curar entre todos. Tú, también. Y se curan siendo más comprensivos que agresivos. Y por supuesto, conociendo a las personas, oyéndolas, y con una pequeña dosis de amistad particular. Entonces, sana seguro.

Espero que no necesites otros 40 años, como yo, para descubrir la veracidad de algunas de las cosas que se dicen en ésta Web. Espero que seas más listo que yo, más espabilado, más crítico, y que para juzgar, oídas las dos partes, te pongas en medio, un poco distanciado y dejes que Dios hable.

Si no tardas mucho en caer, aquí me tendrás, me encantaría conocerte.

Y si no caes, y sigues en plan ataque, pues también me apetece conocerte, siempre que no te excedas en tu pelea. Que respetes las canas.

De verdad, me encantaría conocerte.

Pregúntale a Agustina mi teléfono, me darás un alegrón.

Y aunque me creas vieja, no lo soy, y seremos capaces de pasarlo bien, y se ira uniendo toda la Web, y veras que majos chicos…

Espero tu llamada,

Un besazo.

Dolce Vita