La dimensión periodística de la página web Opuslibros.- Josef Knecht
Fecha Friday, 06 June 2008
Tema 140. Sobre esta web


Querida Agustina y queridos/as Orejas:

 

El agudo escrito El Opus Dei se erige en maestro de debate que Agustina (2.06.08) dirigió a Marc Carroggio, responsable internacional de la Oficina de Prensa del Opus Dei, me ha hecho pensar en un aspecto del que hasta el momento presente apenas hemos hablado en esta página web quienes con mayor o menor frecuencia la leemos e intervenimos en ella. Me refiero a la dimensión metodológica de la misma, a saber, su carácter periodístico. No deseo, pues, entrar en esta carta mía al contenido de Opuslibros, sino a su faceta formal, técnica y mediática.

 

Y debo advertir de entrada que soy un lego en materia periodística. Muy pocas veces en mi vida he entrado en contacto con periodistas (sólo una vez me hicieron una entrevista para un diario) y jamás he trabajado profesionalmente en este terreno. Pues bien, precisamente por ello, algo que me agrada e ilusiona de veras cuando envío escritos a Opuslibros es la novedad de adentrarme en un mundo desconocido para mí como es el del periodismo.

 

Agustina ha sabido contagiarme –y probablemente no sólo a mí, sino también a muchos otros usuarios de esta página web– el amor y el serio interés que siente por su profesión. En Opuslibros se informa de la vida interna de la Obra, se debate acerca de esa realidad, se intercambian testimonios y experiencias, a veces discutimos y contrastamos opiniones entre nosotros, también reflexionamos intentando profundizar en los problemas doctrinales y jurídicos de esa institución, nos aventuramos por clarificar aspectos dudosos de la historia de la Obra, escribimos artículos empleando distintos géneros literarios (cartas, ensayos, relatos autobiográficos, relatos humorísticos, etc.), nos ayudamos humanamente unos a otros, compartimos vivencias y sentimientos, hasta el punto de hacer surgir encuentros y amistades (a veces incluso matrimonios). Todo esto es periodismo palpitante y auténtico, protagonizado vivazmente por una gran mayoría de inexpertos en este ámbito profesional, aunque no faltan excepciones como Nacho Fernández, que es buen periodista.

 

Además, la página Opuslibros, siendo fiel a su metodología mediática, ha metido el dedo en una llaga importante, pues ha demostrado que la “versión oficial” que el Opus Dei presenta de sí mismo no responde a lo que realmente acontece en su vida interna. La imagen oficial que los directores y periodistas del Opus Dei –es decir, el así llamado “apostolado de la opinión pública”– presentan acerca de esa institución contiene un alto grado de manipulación. La mentalidad periodística de Agustina ha contribuido así a prestar un servicio impagable a la sociedad civil y a la Iglesia.

 

Por todo ello, quisiera agradecer a Agustina la oportunidad que me ha dado de adentrarme tímida y mínimamente, pero adentrarme al fin y al cabo en el mundo, novedoso para mí, del periodismo. Y lo he hecho sin apenas darme cuenta de ello, simplemente siguiendo la dinámica que ella ha marcado para el buen funcionamiento de esta página web.

 

¡Muchas gracias, querida Agustina, por acercar a tantas personas al apasionante mundo del quehacer periodístico! Así nos has abierto de forma práctica y eficaz un horizonte nuevo en nuestras vidas.

 

Cordialmente

 

Josef Knecht

 

Nota de Agustina.- Querido Josef, las gracias no se merecen porque quienes hacéis Opuslibros sois los que escribís y contribuís a que, en base a vuestros testimonios y modestamente el mío, salga a la luz el debate que no pudimos tener dentro de la obra. El aire periodístico que pueda tener la web enriquece el diálogo y el contraste de ideas, especialmente cuando se tiene un protagonista -el opusdei- que hace gala del pensamiento único sin permitir la menor discrepancia. Si entendiera la institución que se puede discrepar -¿para qué tanto alabar a una de sus santas protectoras, Catalina de Siena, que pasó a la historia por cantarle las 40 al mismísimo Papa?-, si las "vocaciones" no estuvieran tan en el aire y prendidas con alfileres  que al leer una leve crítica dudan de dónde están y qué están haciendo de sus vidas, quizá cosechara madurez y no fanatismo entre sus "fieles". Cuando la burbuja es tan frágil, el país de las maravillas tan falso, artificial, tan poco cristiano y las defensas tan endebles, el castillo Disney se les viene abajo. Un abrazo. Agustina L. de los Mozos. 









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