Fui un supernumerario por 5 años.- Jaime
Fecha Tuesday, 23 March 2004
Tema 010. Testimonios


Estimados amigos:

Fui un supernumerario por 5 años.

Quizás, muy poco tiempo, luego de leer las experiencias de otros que se fueron de la Obra después de un década o más. Pero, ahora que llevo dos años fuera del Opus creo que fueron 50 años.

Nunca mi esposa ni mis hijos aceptaron que perteneciera al Opus, incluso me preguntaron ¿Cómo debe ser la esposa de un supernumerario? ¿Qué es tener un papá en el Opus?

Sin embargo, seguí adelante y a una velocidad tal que en ese lustro recibí una formación que la mayoría de los integrantes alcanzan después de tres décadas.

Pero, casi perdí a mi mujer y mis hijos no entendían que para ser buen cristiano había que ser fundamentalista, integrista y fanático de Dios.

Por mi parte, nunca acepté-y parece que se daban cuenta en la Obra- que yo debiera tener un Director Laico, a quien contarle mis cuitas; tampoco aceptaba que solo me confesara con sacerdote de la Obra, contándole intimidades que a mi juicio no eran pecados. Por ende, al Director le contaba lo que yo quería contarle y tenía dos sacerdotes, uno de la Obra, para cumplir con los preceptos (a quien le confesaba trivialidades)- y otro diocesano, con quien realmente me sinceraba. Si no hacía esto, me asfixiaba.

Soy abogado y cuando me cesaron en el cargo de Gerente de una importante entidad, traté de auscultar el sentido de la solidaridad y de la ayuda entre los integrantes de la Obra, y recibí por respuesta de mi Director Espiritual laico: El Opus Dei no es una agencia de empleos. Y de parte del cura de la Obra, al término de la confesión me dijo extrañado: ¡cómo puede Ud., ahora en el ejercicio libre de su profesión, dedicarse a los juicios laborales defendiendo a los trabajadores! ¿es acaso Ud.un hombre de izquierda?.

Dejé pasar esas observaciones y mientras en mi pais azotaba la cesantía, durante un año observé como frente al altar y al lado de un ex-gerente cesante, con varios hijos, que llevaba más de un año sin trabajo, se arrodillaban un Presidente de un gran banco y otros grandes empresarios, que con solo una orden de ellos podían darle trabajo al hermano cesante. Y nada hacían. Pregunté varias veces por el sentido de la solidaridad y de la hermandad. Solamente recibí como respuesta que a la Obra se va a hacer oración y no a buscar trabajo... Hasta allí soporté. Hablé con el Director General y crudamente le conté lo ya relatado. Dijo que en todas partes se cometen errores (sic)

Me alejé de la Obra como entré: en silencio, pero advirtiéndoles que no me cuelguen la enfermedad de "depresión" como lo hicieron con un numerario que se alejó de la Obra. Les recalqué que estaba muy sano de mente y cuerpo. Al salir a la calle, senti que mejoraba mi respiración, que el aire era más puro, que puedo servir a Dios con mayor dedicación en libertad.

Mis relaciones con mi esposa cambiaron, recuperé el 100% del cariño de mis hijos y el 100% del respeto de mis amigos.

Por supuesto, días atrás cuando me crucé en la calle con el supernumerario que me llevó a la Obra, me saludó levemente con una seña de la mano y siguió raudamente su camino. Yo nunca lo dejé solo cuando estuvo varias veces enfermo en un hospital.

Jaime







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