Hola!
¡Hay tantas cosas que suceden, tantas historias personales de escalofrío vividas en estos cuatro años que conozco opuslibros, que no es prudente dar a conocer pero de las que yo podría hablar... que me da cierta rabia esa ceguera de muchos adictos al Opus Dei, y estoy pensando en “mi amiga invisible” esa que me escribe de algún país hispanoamericano y ella sabe.
Hoy os quiero contar algo sobre el verdadero rostro del Opus Dei, sobre su corazón y su forma de querer, algo de hoy, aunque todos podríamos contar algo similar, y a esto lo podríamos calificar de leve.
La historia es de otra amiga -hablo con su permiso- que ha pasado más de 30 años en el Opus Dei y lo acaba de dejar, con las secuelas propias de haber vivido engañada hasta los 50 años de su vida y aterrizar en ella con esa edad. Pues esta mujer acaba de perder a su único familiar directo con el desgarro interior que eso supone.
En un primer momento se sintió muy acompañada por todas las personas que ha sentido cercanas en la obra, y lo ha agradecido de veras, porque como decía vio que la reacción había sido espontánea y sincera. Estas reacciones le han llenado de fuerza y agradecimiento.
Sin embargo, pasados 15 días, se han olvidado de su dolor, y como no saben en qué consiste el ser humano, recibe llamadas para hacer romerías y para que se confiese. Si falla la romería no hay plan posible. No les cabe en la cabeza la necesidad de conversar, de llorar juntas, de ayudar a las mil gestiones administrativas en las que ahora se ve inmersa.
¿Y la confesión? Es una muestra más de la falta de delicadeza, metiéndose de cabeza y sin permiso en la intimidad de las conciencias. ¿Quién es nadie para decirte que necesitas confesarte?.
Pero la historia sigue, y hace días le llamó la secretaria de su último centro y al comentarle ella de sus pequeños apuros económicos, la callada por respuesta y el silencio hasta el día de hoy.
Querida “amiga invisible” (la que aun vive en la obra) éste es el Opus Dei que yo he conocido y el que hoy vive en España, el de corazón de piedra, al estilo Casperbanana, el de cabeza destrozada que ya ni razona, el que trata a un Dios de cartón-piedra inhumano y monstruoso.
¿La obra no tiene nada que hacer con una mujer que les ha dado su tiempo, energías, trabajo y dinero durante más de 30 años? ¿Sólo pude invitarle a romerías y exigirle que se confiese? Y eso lo hace una hermana del pueblo fiel, que las directoras, ni eso!!! ¡¡¡Por Dios!!! ¿Y decís que buscáis la santidad?
Amiga invisible, ¡explícamelo por favor!
Carmen Charo