Hola Estrella, desde que apareció en la web tu primer escrito he ido leyendo tus envíos, hasta hoy nunca me había dirigido a ti pero tu último escrito me ha recordado mi forma de argumentarme ante las crisis de vocación por eso me decido a escribirte porque en mayor o menor medida las vivencias que has ido reflejando en lo que escribías en la web me dejaban apenada pero lo que acabo de leer me parece más que preocupante y te cuento por qué.

Pienso que cada uno hemos tenido tiempos distintos para tomar decisiones, en mi caso la decisión de dejar la obra fue muy lenta,  siempre volvía a empezar: después de un curso anual o un curso de retiro o de una conversación con una directora de la delegación o con el nuevo curso académico o con el nuevo año ... no me faltaron motivos para volver a intentarlo y siempre me argumentaba al igual que tú nos cuentas que debería esforzarme más, debería hacer lo que Dios me pidía. No me atrevía a ir más allá, sencillamente me daba miedo verme fuera de la obra.

Nunca dudé en que todo se arreglaría hablando y confiando pero fui comprobando que aunque yo contaba todo todo mi tristeza y malestar no sólo no disminuían sino que la cosa empeoraba.

Nos dices que quizá sea bueno lo de no llevar una doble vida, mi opinión es que cuando uno está tan desorientado en su interior en realidad no hay doble vida sencillamente hay supervivencia.

Nuestro inconsciente nos habla, nuestro cuerpo, nuestra mente también y la tristeza, el desánimo, la falta de fuerzas son formas de decirnos que algo no va o que mucho no va.

En la obra se repite demasiado lo que Dios quiere para cada uno pero te recomiendo, si puedes, que intentes "enterarte" por vía directa que es lo que Dios quiere de ti o para ti, sin la intermediación de las directoras. Yo me pasé mucho tiempo en la oración pidiendo luz y la verdad no salía de mis dudas hasta que poco a poco y después de mucho tiempo las cosas se fueron poniendo en su sitio.

No creo que sirva de mucho esforzarse por estar alegre, la alegría sale como consecuencia de estar en paz con uno mismo lo demás es puro voluntarismo.

Bueno no quiero extenderme más pero si decirte que desde que escribes pido por ti, si piensas que en algo te puedo echar una mano aquí estoy, Agustina tiene mi e-mail.

Te deseo Estrella que la tristeza se vaya alejando de ti, que poco a poco el sol vuelva a iluminar tu vida.

Un abrazo, Mabel.