Hace tiempo que leí en la prensa que el Papa tiene un gato,y me hizo gracia... Traté de pensar como el numerario que fuí para analizar la cuestión de la tenencia de un gato por una persona que está dedicada a Dios y no encontraba más que reproches, los reproches del opus: que es algo superfluo, que cuesta dinero, que es un apego a las cosas de éste mundo, que es buscar compensaciones terrenas, etc.,etc. y en definitiva, que no es razonable que una persona le entregue a Dios todo menos el deseo y el placer de tener un gato...

En la opus ponían un ejemplo similar para enseñar que la entrega de un numerario es total, tan total que no puedes tener un gato, ni un perro, ni nada parecido. Por tanto, si dependiera de los del opus el Papa se quedaba sin su gato, no sin antes hacerle una buena corrección fraterna con la finalidad de hacerle entender que la tenencia del gato supone -según el opus- una clara falta de entrega y una falta de pobreza que podrían escandalizar a muchos aspirantes a numerarios (agregados y numerarias auxiliares), a los que el opus exige una mayor entrega.

Posiblemente la señorita Aranguren iría gustosa al Vaticano a hacerle al Papa la oportuna corrección fraterna y a recordarle de paso el pasaje de la Escritura -que a mí me enseñaron en el opus- según el cual "a los tibios los vomitará Dios"... todo ello con la finalidad de que el Papa corrija cuanto antes el síntoma de tibieza que supone la tenencia del gato y no corra el riesgo de condenarse eternamente por no haber entregado el gato. ¡Qué cosas más raras se le ocurren al Papa, tener un gato...! Y es que el opus va por un lado y el Papa va por otro...

El opus canta la canción esa de que los numerarios (agregados y numerarias auxiliares) tienen el derecho de no tener ya ningún derecho, y el Papa acaba de decir que hay que luchar para conseguir que se respeten los derechos humanos de todas las personas, lo que lógicamente -digo yo- incluye a los católicos, y desde luego a los jóvenes captados por el opus con engaños y ocultaciones sobre la realidad de la institución.

Es muy interesante el libro que ha escrito el Papa sobre Jesús. Yo he empezado a leerlo y animo a la gente del opus a que lo lea: Posiblemente encuentren en él argumentos para irse del opus, o reafirmen los que ya tenían. El Papa demuestra una libertad de pensamiento que está prohibida en el opus; cita a autores que el opus no permitiría leer, y a veces hasta les da la razón en algunos aspectos importantes; toma lecciones de errores cometidos por la Iglesia (debemos evitar -dice, citando a un autor- que se nos pueda reprochar por algunos, que buscaban a Cristo y sólo encontraron a la Iglesia; yo añadiría el reproche de que algunos buscábamos a Dios y en su lugar sólo encontramos al opus). Y no sólo eso, sino que -además- él mismo somete sus opiniones a la crítica de los lectores, sin pretender tener razón en todo. Se nota que no sabe cómo entienden los del opus éstas cosas.

En fin, que Dios perdone al Papa por tener un gato, y a la señorita Aranguren por no darse cuenta -todavía- de lo que realmente es el opus. Ya se enterará...

Saludos cordiales.

José Antonio.