Hace unos días llamé a Agustina y le dije que tenía mucho miedo, si bien habían desaparecido todos los anuncios de google que tenía Enrique Rojas y los de Esanum (un foro de médicos, donde se anunciaba como experto para que le consultasen casos) y el enlace patrocinado había cambiado de la web de Enrique Rojas, a otro de venta de libros de El Corte Inglés, donde ya era “catedrático de Psiquiatría en Madrid” y no de la UCM (eso es mucho más que lo que he conseguido en más de 10 años de lucha judicial) tenía la certeza que este sujeto no me iba a permitir que contase lo que hacía, cual era su negocio y la praxis que utilizaba.

Hoy estoy especialmente asustada y creo tener motivos para ello.

Quiero dejar constancia aquí que, cuando denuncié a Enrique Rojas en el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM), por haber emitido sobre mí, a mis espaldas, dos Certificados Médicos prescribiendo internamiento psiquiátrico, habérselos entregado al padre de mis hijos, que dieron lugar a que de los Juzgados de Majadahonda saliesen en 3 días, dos Providencias Judiciales propias de la postguerra (en ninguna de las dos ocasiones me vio la juez, el fiscal o el forense), el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEN) requirió a Enrique Rojas para que explicase – dos o tres veces en un mes -, Enrique Rojas no contestó a los requerimientos del ICOMEM y sufrí un nuevo intento de internamiento psiquiátrico – como los anteriores, por la espalda -.

Conociendo la secuencia Denuncia a Enrique Rojas/requerimientos del ICOMEN / No contesta / 3er. intento de internamiento involuntario, además de otros hechos maquiavélicos también denunciados, el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEN), archivó el expediente disciplinario 1/99, que meses después abrieron a Enrique Rojas porque seguía sin contestarles.

Tómese como ejemplo, de la ética profesional que salvaguarda el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) y, si no vuelvo por aquí, preguntaros de qué Juzgado ha salido esta vez otra Providencia Judicial, propia de la postguerra.

Desde allí donde esté, os agradeceré siempre que hagáis todo lo posible, para que estos chanchullos y barbaridades, no vuelvan a producirse porque, hace tiempo que no estamos en la postguerra. Nos lo recuerdan siempre.

Isabel Caballero (Madrid – España) 

Nota de Agustina.- Querida Isabel,  si te sucediera algo -que no va a sucederte-, no me quedaría con las manos cruzadas. No tengas miedo porque tú estás denunciando cómo te trataron y estás en tu derecho. No estás sola. Un abrazo muy fuerte.