Hola:
Soy un joven estudiante de 24 años en la facultad de derecho de la Pontificia Universidad Catolica de Puerto Rico. En el pasado me he destacado como presidente del consejo de estudiantes en nuestra institucion y siempre he sido un ferviente católico que se destaca por la defensa de la dignidad humana y la justicia social. El motivo de esta carta es para solicitar encarecidamente su ayuda. Nuestra institucion educativa esta siendo controlada dictatorialmente por miembros del Opus Dei. Estos utilizan diariamente tácticas represivas contra aquellos que se oponen a su manera de gobernar. Se mantienen en el poder alterando fraudulentamente los procesos universitarios para así continuar siendo electos a los puestos administrativos de la institucion. Como si esto fuera poco, se valen de lo que solo puede ser catalogado de una mafia, ya que el grupo de personas que utilizan para perseguir son homosexuales, personas que viven en publico concubinato, personas divorciadas que conviven entre otras situaciones irregulares canónicas. A cambio de esta persecución al grupo de personas antes mencionado se les permite permanecer en nuestra Pontificia institucion como profesores, estudiantes o empleados.
Un grupo de católicos comprometidos con la iglesia entre los que se encuentran sacerdotes, profesores, estudiantes y empleados de la institucion hemos iniciado un esfuerzo por combatir estas practicas. Cuando los miembros del Opus Dei entraron en conocimiento de nuestro esfuerzo comenzaron una persecución masiva en contra de nuestro grupo. Hemos presenciado y documentado violaciones a la doctrina de la iglesia, sus canones y catecismo, además violaciones contra derechos humanos internacionales, derechos constitucionales y actos delictivos. La situacion ha trascendido a tal magnitud que han fabricado casos dentro de la institucion para justificar la expulsión de varios católicos o su despido. Entre las personas perseguidas se encuentra un sacerdote jesuita doctor en derecho canónico de 77 años de edad que impartía clases en nuestra institucion hace 45 años. Hemos acudido ante el obispo de nuestra diócesis el cual se muestra indiferente ante la situación y simplemente no nos escucha. Tenemos documentadas docenas de querellas de todas indoles que son ignoradas para proteger a estos enemigos de la iglesia. Les suplico que nos brinden ayuda ante esta desesperante situacion pues no queremos que esto llegue a convertirse en un escandalo publico que afecte nuestra iglesia.
Gracias anticipadas;
Jorge (Puerto Rico)
