Una despedida y un epílogo (Un año fuera... Cap.8).- FML
Fecha Thursday, 18 March 2004
Tema 010. Testimonios


ÚLTIMA ENTREGA AL ESCRITO "UN AÑO FUERA DEL OPUS DEI"


Queridos Orejas y queridos lectores:

Este creo, será mi último escrito en la web, en cualquier medio público, mi última comunicación sobre mi vida en el Opus Dei.

Ahora quiero descansar. Quiero dejar que el pasado sea historia, quiero disfrutar de mi familia, de mi novia, de mis sobrinos, de mis amigos...

Os seguiré leyendo, a cada uno, no faltaré a la cita de las 21.00 horas todos los días, cuando se actualizan los correos. Pero ahora creo que debo rezar, disfrutar y dedicar tiempo a los míos, y ello sin que salga cada dos por tres el tema del Opus de Dios. Aunque sé que es difícil, vosotros orejas lo sabéis.

Aún así, recuerdo un día hablando con mi novia, en que me decía que no me imaginaba callado... porque el Opus era una experiencia que se notaba me había dejado marcado. Le hablé de heridas, cicatrices... esas cosas que todos nosotros sabemos. Ella me dijo que me imaginaba en la sala de estar de mi casa, junto a la chimenea... con mis hijos... y escribiendo sobre mi experiencia en el Opus Dei.

No soy un ex numerario que se va a esconder, porque ahora privadamente continuaré ayudando a cada persona que lo necesite, que me pida ayuda. Y eso, lo haré con la conciencia tranquila, en nombre de la libertad, de la justicia, de la verdad... en nombre de Dios.

Orejas de Guardia que coordináis la web, vosotros sois únicos, tenéis mucho mérito, os quiero un montón. Queridos demás orejas de la web, gracias, mil gracias por ser personas buenas de verdad. Algún día os conoceré a todos, segurísimo. Si no aquí en la tierra, será en el cielo. Incluso esas personas que han dejado de creer por su experiencia en el Opus Dei, incluso a esas me las encontraré allí arriba.

Espero verme con Jaume y Satur en ese Mar del que habla en el escrito... para quienes necesiten un empujón, les aconsejo que piensen en ese Mar, pero no sólo ese Mar, es que la vida en sí vale la pena vivirla.

El otro día hablaba con un ex numerario, y salió el tema de cuánto ayuda Dios a quienes nos hemos ido del Opus Dei. Reconstruir las vidas como muchos la habéis reconstruido después de tantos años metidos ahí dentro... eso es un milagro. Mi vida fuera de la Obra (sólo un año) está llena de pequeños detalles de Dios, de pequeñas caricias cotidianas pero divinas a la vez. Ya dije en la primera entrega de estos escritos, que he visto más frutos apostólicos fuera que dentro del Opus Dei.

Pero antes de finalizar, quiero rememorar qué paso el 19 de marzo de hace un año... Vino el director del centro de estudios a mi piso. Y nos fuimos los dos a Misa. Estuvimos hablando sobre qué iba a hacer... quedaban pocas horas para que el día acabara y antes de las 12 de la noche, debía de renovar mis compromisos... una simple llamada telefónica o un mensaje al móvil a las 23.59, diciendo que quería renovar, me haría permanecer en el Opus un año más... o por el contrario, si no lo hacía, dejaría de ser de la Obra (a la que durante 4 años había servido) para siempre.

Para mí en aquellos momentos, dejar la Obra, era en partes como dejar a Dios, porque así me lo intentaban hacer ver, aunque yo insistía en que no. Luego más adelante comprendí con gran certeza que eran cosas muy distintas, y que allí me habían engañado.

Recuerdo llegar al piso esa noche... y llorar y llorar... desesperado, llamo a mi casa, y le cuento todo a mi madre... mi madre que no podía parar de llorar y no podía ni hablar... recuerdo que me dijo como pudo: "Paco, haz lo que quieras, y no olvides que te quiero mucho, que yo te quiero mucho..." y sin yo poder decir nada, me colgó el teléfono. Allí me hubiese hecho falta estar con alguien... un amigo, un apoyo... quien sea, pero nadie estaba, nadie... Esto que acabo de narrar, como otras muchas cosas, no se me van a olvidar en la vida.

Como se ve, mi familia estaba al margen de cualquier decisión que tomase, es más, me amarían mucho aunque siguiese en la Obra. Sin embargo, un supernumerario se dedicó a escribir al periódico de Almería diciendo que me había ido por presión familiar, y también porque había conocido a una chica. A parte me llamaba insincero, desleal... no sé si se confesaría el hombre o no, pero desde luego a mi familia nadie ha pedido perdón. Que a mí no me hayan dicho nada, me da igual, pero mis padres y mis hermanos, son intocables.

Mi familia, con toda la tranquilidad del mundo y saber estar, calló y no dijo nada ante dichas críticas.

Por eso me molesta mucho que pueda venir un director como vino hace tres semanas, a decirme que no hablase más de la Obra... cuando yo digo verdades, tanto buenas como malas... sin embargo, ellos acusan con mentiras.

Esto es todo lo que quiero decir y dejo aquí escrito, como testimonio personal de mi vida en el Opus Dei. Quien no se crea lo que escribo, le entiendo, yo a veces tampoco me lo creo, pero la realidad por desgracia es así.

Un fuerte abrazo para todos los coordinadores de la Web, para todos los orejas, para todas aquellas personas que nos leen. Gracias, mil gracias.

Ahora sólo seré oreja para quienes necesiten alguien que les escuche.

Francisco





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