De aceitunas y espárragos.- Mokka
Fecha Monday, 31 March 2008
Tema 010. Testimonios


No tengo mucho que contar de mi entrada ni de mi salida porque pasé apenas sobrevolando y  lo poco  que ví, oí y sentí, es agridulce. Es una extraña sensación de amor-odio como comer aceitunas y espárragos, en verdad saben mal, pero tienen algo que nos invitan a seguir consumiéndolas.

Fuí mamá Opus durante dos años (los dos primeros años de primaria de mi hijo). Al principio nos trataron muy bien, todo era alegría, entusiasmo, cooperación, ayuda, tanto de nuestra parte como familia, como de el colegio. De pronto... mi esposo se atrasó con el pago de una colegiatura y mágicamente todo cambió: me llamaban muy seguido para reportarme malas conductas de mi hijo, problemas escolares (que nunca ví reflejadas en las calificaciones), hasta el grado de entregarme el resultado de la prueba de habilidades del niño diciéndome que él no tenía, en resumen, ninguna habilidad (siendo que tiene 127 de IQ), abreviando, me invitaron a no reinscribirlo al siguiente año escolar.

Por otra parte yo asistía gustosa a todas las catequesis para mamás, escuela para padres, etc. Hasta que escuché una plática de un sacerdote (OP obviamente) donde dijo que cuando nos vamos al cielo, somos como siempre quisimos ser, o sea, si eres bajo, serás más alto, si eres lacio, serás rizado, etc, en ese momento pregunté:  ¿ Y cómo nos vamos a reconocer? jajaja, por supuesto se molestó (pensará que somos tan cándidos). Eso fue gracioso, hasta que el padre hizo que una señora rompiera en llanto cuando dijo que si no te confesabas justo antes de morir, irías al infierno irremediablemente,  la mujer dijo que como su padre había muerto en un accidente y no pudo confesar sus pecados, estaba ardiendo en el Efebo y el santo señor claramente sudoroso solo atinó a decir que seguramente Dios le habría regalado algunos segundos antes para que lo hiciera (como si alguien en esa desafortunada situación tuviera cabeza para recordar el mal que había hecho). Fuera de eso, me parecía hasta divertido escuchar una sarta de estupideces, que claro está, no aparecen en la Biblia.

¿Se preguntarán dónde está la parte dulce? El nivel académico era maravilloso, el inglés inmejorable, los deportes excelentes y lo mejor es que mi hijo estaba feliz. Tenía amigos adorables, quería a sus maestros y a su preceptor.

Después de su salida obligada, ha sido un andar por muchas escuelas, siente que no encaja en ninguna, se la pasa añorando su cole del Opus, y me comprenderán como padres, que he estado tentada a regresar, haciéndome que olvido lo mezquinos, desalmados, mentirosos, fanáticos e imbéciles que son, con tal de ver a mi hijo felíz.

Me gustaría saber su opinión.  Mokka









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