Estimados Orejas
 
A mí Angel Ron, al parecer nuevo presidente del banco popular me resulta conocido. Yo diría que es numerario y que en mi etapa en la universidad de Navarra lo ví por allí, o quizá era el responsable del crédito que me concedió el banco opusiano para hacer mis estudios de filosofía. Ese crédito aunque lo daba el banco condal, hace un tiempo hablamos de él en la página, yo al menos lo recibí en Pamplona a través del banco de Vasconia. Y ahora leo que la fundación Vasconia forma parte del grupo banco popular. Es muy curioso observar como toda la cúpula del banco popular son hombres ¿todos numerarios, supernumerarios? y como se afanan por decir que son independientes.
 
Desde luego si Angel Ron es numerario y gana todos esos millones de euros vaya un escándalo, vaya un desprendimiento y vaya una pobreza. Evidentemente hay dos opus dei claramente diferenciados: el de los esclavos muchos de los cuales estamos fuera que no disfrutamos más que de los sacrificios, el cilicio y los encargos, y el de la élite que se forra y vive la vida padre. Lo que más me molesta de todo el tinglado es que muchos de los que salimos nos quedamos con la "supuesta espiritualidad" del opus dei, que si filiación divina, que si rezos, que si normas, que si fidelidad a la iglesia... y no nos damos cuenta del negocio que supone tener a tanta gente engañada, trabajando gratis y asegurándose que las herencias familiares van a parar a sus arcas.
 
También resulta del máximo interés esta noticia sobre la imputación de Angel Ron en un caso de "apropiación indebida" ¿no nos suena esto de quedarse con las ideas y los negocios de los demás? 
 
A lo mejor alguno de los lectores de opuslibros puede darnos más información fidedigna sobre la pertenencia de los consejeros delegados del banco popular a la prelatura. Con ello a lo mejor la gente se anima a llevar sus ahorros a una entidad más transparente. Donde no se te habla de Dios y de la vocación divina ni se te crean problemas de conciencia para finalmente quedarse con tu dinero.

Cada vez tengo más claro que sin dinero por medio no hay vocación al opus dei.
 
Yo sí creo que merece la pena elevar nuestras quejas de forma colectiva al Vaticano, es nuestra obligación. Además esta última queja que se va a enviar no es la primera ni será la última, y hasta donde quieren los gobernantes eclesiásticos ser cómplices del fraude pasa a ser su problema no el nuestro.
 
Ana Azanza