El 'santo pecado'.- Paul
Fecha Friday, 28 March 2008
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Llega un momento en el que tras la maraña de criterios, doctrina, instrucciones, espíritu de la obra, catecismo propio, charlas, consejos en la dirección espiritual, -tan difíciles de hacerlos compatibles con el propio Evangelio y la vida de Jesucristo, tas esquizofrénicas en su modo “cristiano” de aplicarlas-, sólo queda la deducción de que el pecado forma parte de su “buen espíritu”. Creo que no es ninguna deducción al límite ni al absurdo. Intentaré explicarme.

 

Del fundador aprendimos la “santa coacción”, la “santa desvergüenza”, la “santa intransigencia”, la “santa pillería”... y todo eso no se ha derogado y todo eso lo vivimos y se vive. Para un “socio” o “miembro” o “fiel” (según conviniese/procediera/fuera oportuno/ a los vericuetos jurídicos en lo que se ha ido acomodando, ha existido una denominación específica para quienes estuvimos o están en la institución), la coacción, la desvergüenza, la intransigencia, la pillería... ¡es santa!.

 

Atención señor prelado y su presbiterio (consagrados) y fieles cooperadores (numerarios, agregados, supernumerarios y cooperadores que dais vuestro dinero): Jesucristo no fue un acosador ni coaccionó a nadie, no fue un desvergonzado, no fue un intransigente ni fue un pillo. Ni tampoco fue desleal proclamando las confidencias de sus amigos o no amigos, ni fue un defraudador de impuestos (“dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”), ni fue un acosador de menores (no se conoce que ningún apóstol o discípulo “pitara” con 14 años y medio), ni fue un murmurador, ni fue un delator, ni le fue anulada su personalidad ni se la anuló a nadie. Fue sincero, espontáneo, criticó lo que quiso y cuando quiso, gastó bromas (anduvo sobre las aguas, envió a alimentar a una muchedumbre sólo con 5 panes y 5 peces), estuvo en “el mundo” (convirtió el agua en vino cuando su madre le dio que el vino se había acabado)... y tantas cosas más que el Opus dei parece no haber sacado conclusiones ni recuerda para hacer de sus súbditos mujeres y hombres con personalidad, criterio propio, alegres, maduros, felices en suma.

 

El Opus Dei ha forjado su “espíritu”, su manera de ser, en sus “santos” pecados. Ha convertido el pecado (la mentira, la coacción, la pillería, la desvergüenza, el saltarse las leyes, el murmurar, el desvelar la confidencia de la dirección espiritual, el mentir a los padres de los aspirantes, el ocultar su “plano inclinado” de la entrega a quienes coacciona para entrar...) en santo.

 

Y una vez convertido el pecado en santo, el “santo pecado” es su forma de vida.

 

Pero eso sí, si un numerario lleva en su coche a una mujer, por cortesía y educación a las puertas de su casa, eso es el gran pecado, la madre de todos los pecados. Jesucristo habló con la Samaritana y le pidió agua y habló con ella. No importa, Jesucristo lo hizo mal. Menos mal que Escrivá vino a enmendarle la plana a Jesucristo. Si no hubira venido él con su opus, no sabemos qué habría sido de la Humanidad.

 

Un saludo,

Paul









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=12073