Estimados Orejas,
 
Quería  unirme a la protesta de que Enrique Rojas va de catedrático sin serlo, que hay políticos españoles que asisten a sus presentaciones sin empacho ninguno. Y hacer mi propia protesta por el caso de Julián Marías que como se puede leer en opuslibros fue denigrado por el opus, y como a tantos otros intelectuales de valía se les obstaculizó el acceso a la universidad. Fue Calvo Serer el implicado en este caso creo recordar.

Ahora cuando Julián Marías descansa en paz resulta que la universidad san Pablo CEU organizó en febrero un congreso sobre él, al que asistieron personas opus o filo, al menos figura en el programa una profesora de la universidad de la Sabana, "su" universidad en Bogotá. También  uno de los participantes procedentes de la universidad de Málaga. E incluso tienen a alguien en Pamplona, una persona a la que yo conozco bien, que también trabaja "sobre el pensamiento de Julián Marías."
 
Y digo yo, ¿sobre qué tipo de pensamiento se puede trabajar cuando no se tienen en cuenta las circunstancias de la vida de una persona? ¿cúándo se ocultan hechos, realidades como casas? si Julián Marías salió adelante y publicó fue a pesar de lo que le hicieron los opusianos, se buscó la vida. Ahora resulta que es un modelo de pensamiento cristiano, incluso como reza el título de una de las conferencias de ese congreso Marías fue inspirador de la "generación Juan Pablo II". La expresión me parece terrible, porqué yo pertenecí a esas masas que aclamaban a Juan Pablo II engañada, sin tener ni idea de lo que estaban haciendo con mi vida, ni tampoco del montaje financiero del opus para salvar al Vaticano cuando llegó Juan Pablo II al papado. Con muertos incluidos.
 
Y lo de Isidoro Zorzano es realmente bastante insoportable como lectura, ¿es posible que se considere determinante para la santidad de una persona "tardar en abrir las cartas para mortificar la curiosidad"? o no beber después de una excursión a pesar de estar sediento, o que su familia ya de niño observaba que se mortificaba comiendo de lo que menos le gustaba... Con afirmaciones así a los creyentes no nos hacen falta ateos para parodiar una vida cristiana.
 
Ana Azanza