Estimada Mercy:

Creo que en México sería mala estrategia acudir únicamente a la Comisión Nacional de Derechos Humanos por dos motivos:

1. Como bien dices, “Soberbianes”, el ombudsman, es super.

2. Aún en el caso de que ganes, la CNDH solo da “recomendaciones”. Es decir, sus resoluciones no tienen efectos jurídicos ni económicos, aunque el que recibe una recomendación queda chamuscado de por vida.

A menos que… la denuncia ante la CNDH sea acompañada de una campaña de medios. Llamas a una conferencia de prensa en la que dices: “Vengo a denunciar violaciones a mis derechos fundamentales por parte del Opus Dei, entre los años xx y zz. Espero que la CNDH tenga el mecanismo para resolver el conflicto de intereses en que se verá inmerso el ombudsman”. Con esa bomba consigues que sea noticia de primera plana y el escrutinio obliga a la imparcialidad.

Para la denuncia laboral, yo iría con un abogado de esos que ponen anuncios en el metro que dicen: “¿Lo despidió su jefe? Eso le puede costar mucho dinero…”. Me consta que son capaces de desplumar sin misericordia a quien cometa la más mínima irregularidad. Si le explicas tu caso y le das a conocer que hay cientos de personas como tú, le estás diciendo que las minas del Rey Salomón están a su alcance. En México los juicios laborales casi siempre los ganan los empleados porque la ley está muy a su favor.

Sobre lo que dices del Seguro Social: aunque no quieras usar sus servicios médicos, por la calidad o por lo que sea, los empleadores, en este caso el opus, tienen obligación de inscribirte y dar las cuotas correspondientes. Las cuotas que se aportan al seguro no solo son para la atención médica, también hay una parte que está destinada a la jubilación y otra más al crédito para vivienda. Todo debería reclamarse.

Tu caso, además, es particularmente bueno porque, si he entendido bien, trabajabas en la administración de la comisión regional.

Ojalá te lances. Detrás de ti se vendrían en cascada sabe Dios cuantas más.

Renacido