Amalia, ¿estamos hablando de la misma Montse?.- Saddie
Fecha Wednesday, 23 January 2008
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Amalia,

 

Tu escrito me ha hecho revivir de alguna manera el acoso que sufrí con 17 años por parte de una numeraria llamada Montse y también muy divertida, cuando pienso ahora en el acoso al que me sometió me dan ganas de quitarle esa sonrisa de un bofetón. Han pasado casi 20 años y de vez en cuando aún se aparece en mis pesadillas. Nunca consiguió que pitara, aquello no me iba, pero ella era tan simpática y aparentemente en mi onda… ¡qué os voy a contar! Afortunadamente tuvo un error de cálculo que fue mi salvación: presentó un poema con el título “fe” a un concurso del colegio (del opus, claro) a mi nombre! Se pilló los dedos por que si hubo algo que yo nunca tuve fue fe, y tampoco soy mentirosa, así que mi rebote fue “del quince”; no me atreví a denunciarlo y recogí el primer premio con cara de circunstancias de manos de la directora del colegio, que casualmente vivía en el mismo centro que Monsita... Para entonces mis padres ya habían pagado el viaje a Roma con el UNIV, sinceramente (o mejor, ingenuamente) me apunté para hacer turismo y pasarlo bien, y fue la peor semana de mi vida, si hubiese sido hoy la hubiera denunciado y le hubiesen puesto una orden de alejamiento. El acoso empezó al cruzar la frontera, se dio cuenta que había hecho el mal cambio de pesetas a liras y salió de España con 5.000 liras (500 pelas), resultado: dividimos mi dinero, y en el resto del viaje se quedó mi libertad: me obligó a dormir en su cuarto y a acompañar el programa de las numerarias, lo único que vi de Roma fueron iglesias y robots por no decir borregos (con todos mis respetos) siguiendo las instrucciones de las “mandamases”. De lo más humillante que me traje de Roma fue un moratón en el brazo que me lo hizo mi querida Monsita cuando me negué a entrar en el confesionario por enésima vez, hasta ese punto llegó. Claro que recapitulando el resultado no fue del todo malo: me bajé del autobús en España y corte por lo sano, le dije que no me volviera a llamar. Os podéis imaginar después el acoso en el colegio. Terminé COU con muy buenas notas por que afortunadamente sólo tenía 2 profes numerarias, una mi Monsita, y se encargaron de bajarme las notas en sus 2 asignaturas. Lo bueno es que se armó un revuelo grande en el cole porque yo era bastante popular y expliqué lo que había pasado, les fastidió lo indecible pero conseguí mi objetivo: no me molestaron más, era un peligro.  

 

Sabéis una cosa, os doy a todos las gracias porque leer vuestros escritos y escribir está siendo una terapia fantástica. Salí de España hace 10 años y vivo “in an opus-free zone”, nunca oigo hablar del opus, pero sigue ahí en algún recoveco de mi cerebro y me sigue haciendo daño, fueron muchos años de cole de fomento, clubes y papás supernumerarios. Mi marido alucina con las historias que le cuento, le suena a marcianos o algo así, es fenomenal. 

 

(lo siento por las faltas de ortografía, son muchos años sin contacto con el español)

 

Saddie









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