Sabemos de lo que estamos hablando. A Morgana (Parte 2).- Nometorres
Fecha Monday, 21 January 2008
Tema 070. Costumbres y Praxis


Continúo con mi escrito a Morgana:

 

Más adelante, en la pagina 511 de Meditaciones III:

 

Pero no siempre el soberbio rechaza el mandato de un modo tan claro. Otras veces, encubierto por una falsa humildad, acepta aparentemente las indicaciones, pero en realidad, no les da cabida en su corazón, sino que las somete a crítica y pone límites constantes a la obediencia, creando un coto personal en el que a nadie permite entrar.

 

Uy Morgana… ¿que pasas por alto la indicaciones de los directores? ¿Qué no les haces caso? Qué soberbia eres, hija… tendrás que rectificar…

 

Por si fuera poco y para dejar las cosas bien claritas, nos vamos a la página 514

 

LA OBEDIENCIA que se da a los que mandan, se da a Dios mismo. Por eso, todo cuanto el hombre ordena de parte de Dios, es preciso ejecutarlo con tanta sumisión como si Dios mismo lo hubiese mandado. De esa convicción nacerá en nosotros el cuidado y la ilusión por realizar, hasta en los menores detalles, todo lo que nos hayan indicado, porque en la obediencia nada hay trivial y sin importancia.

Por su parte, la humildad dispone al alma para la obediencia, haciéndola sensible a las más leves insinuaciones de los Directores. La persona que es humilde tiene habitualmente deseos de obedecer, sabe descubrir en los que gobiernan la Voluntad divina, y procura poner por obra enseguida el mandato recibido. La humildad no busca excusas —¡tan fáciles de encontrar!— y llena el alma de alegría.

 

Más claro, imposible… ¿o es que aún lo dudas, Morgana? Tú no te lo creerás, pero en la casita de papel es doctrina oficial que para cumplir la voluntad de Dios hay que obedecer lo que dicen los directores, sin restricciones… de lo contrario no cumples la voluntad de Dios y además eres un soberbio que sólo pone excusas. No lo digo yo… lo dicen los documentos internos… esos que han de sorprender la mundo por su bondad y delicadeza.

 

Ya imagino que me dirás que todo es cuestión de interpretación… que no lo estoy entendiendo bien. Precisamente para evitar errores de interpretación, para dejar las cosas bien claritas y fuera de toda discusión, tu madre guapa se encarga de emitir los correspondientes documentos, vademecums, instrucciones, notas, aclaraciones y demás mandangas. Veamos qué dice sobre el tema un interesante documento titulado “Dirección espiritual: Formación de la conciencia. Fidelidad”, especialmente dirigido a aquellas que tienen responsabilidades de gobierno (los subrayados son míos):

 

Es necesario, pues, explicar (medios de formación personal y colectiva) las razones sobrenaturales de nuestro comportamiento. Hacer entender el porqué de las cosas: no actuar solamente «porque éste es el espíritu de la Obra», ni «porque lo dicen las Directoras», «porque siempre se ha hecho así», ni con «obediencia ciega», etc.; la inteligencia ha de conocer que aquello es Voluntad de Dios, y no actuar como autómatas; y esto, a todas las edades (se evitarán desencantos e indiferencias que parecen inexplicables). En esta explicación, se hace ver que para entender se requiere lucha, mortificación, negarse, correspondiendo a la gracia. No obstante, si después de intentado algo no se entiende, se obedece con la fe de que así somos muy gratos a Dios.

 

Mira por dónde…apareció la cita que omití antes…

 

Y ya para concluir (esta vez los subrayados no son míos):

 

Esta enseñanza y esta formación que imparten las Directoras ha de referirse a todos los aspectos de la vida: todas y cada una de las potencias y sentidos, todas y cada una de las actividades, como se ha dicho: no deben quedar parcelas que: o no se ven, o no se quieren ver, o no se quieren someter, o quedan apartadas de la dirección espiritual. Unidad de vida: totalidad y exclusividad, como se ha dicho, fraguada en la oración personal.

 

A la vista de todo esto, sólo cabe llegar a una conclusión objetiva: nada debe quedar apartado de la dirección espiritual, ni, por extensión de la búsqueda de la santidad. Por tanto, todo forma parte del fin propio de la Prelatura y, por consiguiente, es materia de obediencia, obediencia que se debe a los directores porque sus mandatos son expresión de la voluntad de Dios. Ésta y no otra es la interpretación ortodoxa de la doctrina del Opus Dei sobre la obediencia… tu interpretación es un cuento de hadas.

 

Lo resumiremos todo utilizando el método dialéctico, tan querido por los marxistas y que pone los pelos de punta en ciertos sectores cuyo nombre no es necesario mencionar (no lo hago por un aprecio especial al marxismo, que no siento, sólo por tocar las narices :-):

 

Tesis de Morgana: Los miembros de la casita de papel son libres de obedecer o no, según su propio criterio, las indicaciones de sus directores, indicaciones que no siempre expresan la voluntad divina.

 

Antítesis documental: Los documentos internos de la casita de papel exigen obediencia total a las indicaciones de los directores, se entiendan o no, porque éstas son expresión de la voluntad de Dios.

 

Síntesis: La afirmación de Morgana no se sostiene.

 

Sin embargo, y a pesar de tan extensa disertación (perdonadme amigos, sé que no estoy siendo breve), intuyo que seguirás en tus trece. Sólo cabe, por tanto, una pregunta. ¿A qué viene tu obcecación en negar la evidencia?, ¿por qué sigues erre que erre negando lo que todos, incluyendo muchos que han sido directores, sabemos a ciencia cierta que es verdad? A mí se me ocurren tres explicaciones… te agradecería no hicieras el ridículo de defender la cuarta (morgana tiene razón y los demás estamos errados) porque es evidente que los documentos internos (y aquí, aunque parezca mentira, sólo he hecho una escueta selección superficial, muy lejos de la exhaustividad) te quitan la razón. Veamos las posibles explicaciones:

 

1. Morgana sabe perfectamente que tenemos razón, pero miente como una bellaca para defender a su madre guapa de cualquier crítica. Te voy a dar el beneficio de la duda, voy a presuponer tus buenas intenciones (Señor, dame fe…) y voy a descartar esta posibilidad.

 

2. Morgana es claro ejemplo personificado de su propia frase: “qué difícil hacerse entender y qué fácil entender distinto”. La pobre entiende distinto que todos los demás, incluyendo todos sus superiores y, claro, no se entera de nada. Así se explica tu posición, Morgana, pero desde luego no se justifica. Para salir del error te invitaría a que acudas a los órganos de gobierno de tu país y preguntes a la responsable de San Miguel si las indicaciones de tus directores son o no son expresión de la voluntad de Dios… y si te dice que no, le muestras la ristra de documentos internos que dicen que sí… y luego, al menos por dignidad, le das con la puerta en las narices.

 

3. Todos conocemos ejemplos de esos numerarios que, con el paso del tiempo, han llevado a cabo, con envidiable precisión, un intenso e impecable proceso de adaptación al y del medio. Conocen bien el “buen espíritu” y de cara afuera actúan en la más estricta ortodoxia del numerario modelo. Sin embargo, en su interior, han sometido ese espíritu a su propio criterio, a lo que ellos consideran correcto. Han seleccionado los elementos del espíritu que consideran aceptables y fundamentan su vida en ellos, descartando completamente aquellos que consideran inadecuados. No es que hagan lo que les da la gana, las formas obligan, pero casi. Se han acomodado al medio y han encontrado su nicho para salir adelante sin grandes conflictos. La adaptación llega a tal punto que acaban identificando su propio criterio, ya lejano de la ortodoxia, como el criterio oficial. Hasta se convencen de estar obrando según el espíritu… pero, ay… llega el día en que, desgraciadamente para ellos, llevan esta identificación demasiado lejos y quedan en evidencia porque presentan como criterio oficial aquello que, acertado o no, no es más que su opinión, tan lejana de aquello que viene de Villa Tevere… y entonces reciben el palo y se sienten maltratados y martirizados. Posiblemente, Morgana, ésta sea la explicación de tu postura, al menos en el tema de la obediencia. Te has hecho una obediencia a tu medida, en la que tu criterio pinta algo… pero aquí no se discute tu criterio, aquí se pone en cuestión la doctrina opusdeística (toma palabro) oficial, y ésta no es como tú afirmas, como a ti te gustaría que fuese o como tú dices vivirla, sino como machaconamente indican los documentos internos, que discrepan profundamente de tu interpretación. Empecinarse en lo contrario es ponerse en evidencia cual cordero expiatorio sacrificado en el altar del buen nombre de la casita de papel.

 

Bezoz a todoz

 

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