Sabemos de lo que estamos hablando. Para Morgana (Parte I).- Nometorres
Fecha Friday, 18 January 2008
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Querida Morgana:

 

Durante semanas he leído con estupor creciente tus argumentos en defensa de la opus, afirmando una y otra vez, con una perseverancia digna de mejor causa, que las cosas no son como muchos afirman en esta página. No me ha extrañado realmente que contradigas a los críticos, qué menos cabría esperar de un miembro activo y convencido de la casita de papel, sino tu obcecada resistencia a admitir como ciertas algunas afirmaciones que cualquier numerario sabe que son así y no se le ocurre cuestionar en modo alguno. Cuando alguien critica la obediencia a marchamartillo de los miembros de la casita de papel, uno cabe esperar que un numerario argumente para defender y justificar esa obediencia… estaremos de acuerdo o no con que esa obediencia sea buena y estaremos de acuerdo o no con las razones esgrimidas por uno u otro bando del debate… pero lo que no cabe esperar nunca de un numerario con dos dedos de frente es que te suelte que no, que la obediencia ésa de la que hablamos no existe, que en la casita no existe la obediencia total y sin discusión...



Y no cabe esperar esa negación, querida Morgana, porque tanto el numerario activo como los que ya no lo somos conocemos el terreno sobre el que nos movemos, sabemos de lo que estamos hablando y admitimos de salida las verdades objetivas porque no ignoramos que negándolas perdemos toda la razón. A ningún numerario en sus cabales se le ocurriría negar la naturaleza de la obediencia en la casita de papel porque quedaría sometido al más profundo de los ridículos cuando se le mostraran numerosos documentos internos donde se explicita el carácter de esa obediencia… si acaso la defenderá como algo bueno, pero no la negará porque, sencillamente, no puede… sabemos demasiado y no se nos puede tomar el pelo. A ninguno hasta que apareciste tú… claro.

 

Afirmas textualmente:

 

Personalmente no creo que todo lo que dicen o mandan las Directoras es Palabra y Voluntad de Dios. Jamás he creído en esto, que, además no sé quien lo ha inventado. La obediencia va por otros caminos. Todo está en la libertad de espíritu con que se viva. Me parece que hay que tener el suficiente criterio y rectitud para discernir lo que Dios quiere de cada uno. Muchas veces nos daremos cuenta y estaremos de acuerdo que lo que nos dice la Directora viene de Dios, otras veremos claramente que un capricho personal suyo (que también se da) y no le hacemos caso, por lo menos yo paso por alto.

 

Y aquí, Morgana es donde se te ve el plumero, donde todos, TODOS tus argumentos se van a freír espárragos. Acabáramos… es que tú no nos estás hablando de la casita de papel, tú no estás defendiendo al club de la cruz de palo… tú sólo hablas de tu visión personal de cómo debiera ser la obediencia en el Opus Dei… una visión, permítaseme decirlo, mucho más lógica y con mucho más sentido común que la visión oficial, que es precisamente de la que todos hablamos, la que todos criticamos y la que la institución y todos sus órganos de gobierno, del prelado para abajo, imponen. Otra cosa es que tú te lo pases por el forro de tus caprichos y hagas lo que te da la gana, que me parece muy bien, pero no es de lo que se está hablando aquí.

 

Por supuesto, mi comentario no es gratuito; está fundamentado en documentos internos que, como numeraria debieras conocer bien. “Jamás he creído en esto, que, además no sé quién lo ha inventado”. Pues yo te lo cuento, hija, yo te lo cuento…

 

Punto 141 del Catecismo de la Obra:

 

3) aceptar con la mayor prontitud y con esmero las sugerencias, disposiciones y consejos de los Directores del Opus Dei en todo lo referente a su vida espiritual y a la labor apostólica.

 

Según tu interpretación faltaría una aclaración que dijera “salvo en todo aquello que el interfecto considere que es capricho del director de turno”… pero la aclaración no está, no… lástima.

 

Punto 143 del Catecismo de la Obra:

 

Para obedecer a los Directores no es necesario que se reciban explícitamente sus mandatos. Como la Obra es una familia de vínculos sobrenaturales, las indicaciones son semejantes a las que suelen emplearse en los hogares cristianos: el mandato más fuerte es por favor o una frase análoga.

 

Dejemos aparte eso de que en las familias, cristianas o no, no se funciona al toque de “por favor” sino al de “haz esto”, pero en fin... Puede parecer que este punto enfatiza la delicadeza a utilizar cuando se deben impartir órdenes (o indicaciones, o sugerencias… llámalas como quieras). Sin embargo, esto no es así… es un boomerang de efectos devastadores. Al no exigir la explicitud del mandato, se está obligando a los subordinados a obedecer siempre, ya que no hay manera de distinguir lo que es una orden de un simple consejo. No sólo esto, es que al no haber necesidad de mandato explícito, la dirección siempre puede desentenderse de los efectos de esa obediencia y el pobre subordinado no tiene manera de demostrar que sólo hizo lo que le mandaban (con lo cual no se excluye su responsabilidad, pero sí se atenúa y mucho).

 

Punto 144 del Catecismo de la Obra:

 

La materia de la obediencia a los Directores del Opus Dei se extiende a todo lo que se refiere a la misión propia de la Prelatura, y sólo a eso.

 

Ese “sólo a eso” se utiliza habitualmente para defender la obediencia en la casita de papel… “Veis, sólo se obedece en lo referente a la misión propia de la Prelatura… en lo demás no hay que obedecer”… qué bonito es… y qué mala excusa… porque resulta que, como también dice el catecismo (punto 3), la misión propia de la Prelatura es:

 

Promover la búsqueda de la santidad y el ejercicio del apostolado en medio del mundo, a través del trabajo profesional y de las demás circunstancias de la vida ordinaria.

 

Santidad en el trabajo profesional y en las demás circunstancias de la vida ordinaria… si encuentras algo que escape a eso, me lo dices. Basta con relacionar cualquier circunstancia con tu santificación personal… y mira que es fácil, unidad de vida obliga… para que tu proceder entre dentro del campo de la obediencia.

 

Punto 147 del Catecismo de la Obra:

 

Los fieles del Opus Dei han de recibir las indicaciones de los Directores con una docilidad humilde, inteligente y responsable.

Por tanto, han de escuchar y entender lo que se les dice, porque no son instrumentos inertes ni pasivos, sin responsabilidad ni pensamiento. Luego, con originalidad, con iniciativa, con espontaneidad, de modo responsable, habrán de poner todas las energías de la inteligencia y de la voluntad en lo que se les indica, para ejecutar todo lo que se manda y sólo lo que se manda.

 

Todo lo que se manda y sólo lo que se manda. No lo que a ti te parezca correcto, Morgana… todo lo que se manda. Tu razón, tu criterio, no está para cuestionar las órdenes, está para escucharlas y entenderlas… y de paso, no te olvides de que, al cumplirlas, te haces responsable de ellas… por si se te olvidaba… y encima con recochineo: hazlo con originalidad, con iniciativa, con espontaneidad, pero hazlo… y con todo tu empeño. Y si, aun poniendo toda tu inteligencia al servicio de esa orden, sigues sin entenderla… tú hazlo igual, que no te equivocarás (no me hagas buscar esta cita, que no me acuerdo dónde está… pero está y lo sabes).

 

Ay, Morgana… que el Catecismo de la Obra te traiciona…

 

Por si lo he entendido mal, he acudido a otras fuentes… a ver si es que estoy yo obcecado en el error…

 

Meditaciones III, página 338

 

La fe nos da energía para acometer las empresas más difíciles al servicio de Dios y de su Obra, siempre que, por ser indicación de los Directores, Dios quiera que las realicemos.

 

Anda, mira… ya tenemos a quien se ha inventado eso de que las indicaciones de los directores expresan la voluntad de Dios… a ver quién es… a ver… Morgana, como comprenderás, los volúmenes de meditaciones no los he escrito yo… ni Agustina, ni Satur, ni Emevé, ni Austral, ni Heraldo, ni Ana Azanza… qué larga lista de gente que no se lo ha inventado… ¿quién habrá sido? ¿se te ocurre, Morgana? ¿sabes tú quién ha escrito los libros de Meditaciones?

 

Y no sólo eso… es que si no lo indican, o aprueban, los directores, entonces no es voluntad de Dios… como dijo tu hermano Trillo en el Congreso… “manda güevos”.

 

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