¡Santa ingenuidad!, de Paulo Andrade. Traducción.- Inés
Fecha Monday, 14 January 2008
Tema 070. Costumbres y Praxis


 

El texto original en portugués

 

Estamos habituados a las intrusiones, en esta página, de supuestos miembros del opus. Curiosamente el tono de estos contactos ha cambiado y se ha hecho mas suave, especialmente con los escritos de Morgana. Desde mi punto de vista es una “dulzura” puramente estratégica y que no me convence del todo. Eso sí, que el opus ya percibió que esta web es una fuente incontrolable y, por tanto, pretende dejar aquí constancia de su versión.

 

Desgraciadamente para el opus, aun no acertaron con el emisario adecuado. Todo esto lo digo a propósito del último escrito de Morgana...

 

No me voy a complicar en cuestiones de faldas y pantalones, porque siempre usé pantalones aunque en mi interior admita, a veces, que las faldas deben ser mucho más frescas y aireadas en verano. Jamás lo experimenté, todavía.

 

Con todo, no deja de ser interesante y revelador que la cuestión de que las numerarias pudiesen usar pantalones hubiera sido objeto (según creo) de una deliberación en un congreso del opus dei. Esto me hace recordar aquel asunto de las discusiones sobre el sexo de los ángeles o, si prefieren una metáfora más evangélica (la que Morgana prefiera)como aquella expresión “colar un mosquito y dejar pasar un camello”. Encuentro que es más o o menos esto.....

 

Como tú misma dices, Morgana, lo que es esencial no cambió ni va a cambiar. Ahora ahí reside la clave porque mientras no haya cambios esenciales el opus continuará siendo una institución perversa por todas las razones que conocemos y que omito repetir. Curiosamente, incluso en los aspectos accesorios (no esenciales) tampoco me parece que hayan cambiado tanto como dices. 

 

Vayamos a los hechos.

 

a)      La asistencia a las bodas.

En 2003 fui a una boda de un ex−numerario. De sus tres hermanos numerarios sólo uno, repito uno, estuvo presente en la ceremonia religiosa y nada más que en la ceremonia religiosa.

 

b)      El trato con personas del otro sexo.

En 1980 recibí varias correcciones fraternas de un numerario, hoy sacerdote, por haber tapado con mi paraguas a compañeras de la facultad en días de invierno riguroso, a la salida de clase, rodeados de decenas de estudiantes.

 

En 1985, me rompí una pierna y tuve que hacer recuperación durante algunos meses, quedando la consulta del fisioterapeuta en la otra punta de la ciudad donde vivía. Mi hermana (la verdadera, claro) se ofreció para llevarme diariamente a los tratamiento. Lo consulté con el director y fui autorizado. Un mes y pico después me hicieron una corrección fraterna diciendo no ser conveniente que anduviese en coche, solo con una mujer que, encima, me dejaba a la puerta de la residencia. Espanto de los espantos: quien autorizó la corrección fraterna fue el mismo que me autorizó a aceptar el ofrecimiento de mi hermana. Así que empecé a ir en taxi.....

 

A finales de 1993, ya no pertenecía al opus, fui con una supernumeraria, en mi coche, a ver casas para instalar un colegio. Al dia siguiente fui objeto de riguroso interrogatorio y de una advertencia por parte de un supernumerario. Moraleja de la historia: dejé de tratarme con supernumerarias.

 

Di-me una cosa, Morgana, ¿tú eres numeraria? ¿No será que te llamas Alicia y vives en el País de las Maravilla? 

 

No vale de mucho que invoques la idiosincrasia de los países. Soy portugués, como es sabido, un País de buenas costumbres, de fados y añoranzas, de nieblas y “deseos”, y todo de lo que hablo pasó aquí. Aparte de esto, la cuestión de la idiosincrasia solamente tendría alguna relevancia si fuese realmente respetada por el opus y si no un atraso de 50 años (dos generaciones). Lo esencial no cambia. No te engañes Morgana y no intentes engañarnos: si hubo cambios fueron meramente estéticos y en aspectos completamente accesorios.

 

Fueron fruto de algunas cesiones al espíritu de los tiempos, fue inevitable que las autoridades de la obra tragaran so pena- si así no fuese- de apartarse más todavía del mundo real donde piensan que viven y donde se sienten (y son vistos) como cuerpos extraños.

 

Déjame decirte una cosiña (palabra muy portuguesa) antes de terminar: en esta web se puede entrar sin pedir permiso y salimos siempre que queremos sin que nadie nos presiones. Dejas esos modos sumisos y excesivamente delicados porque ya sabes que, a pesar de aquello que dices, eres siempre bienvenida. ¿Sabes por qué? Piensa un poco y tal vez percibas.....

 

¡¡ Feliz año nuevo para ti también y para todos!

 

Paulo Andrade









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