Sobre el rejalgar.- Rocaberti
Fecha Monday, 14 January 2008
Tema 040. Después de marcharse


Hola a todos:

Al hilo de la carta de Jacinto Choza, querría espresar mi opinión y mi experiencia personal sobre el Opus Dei en la vida de las personas.

Desconozco el momento preciso en que Mons, Escrivà se sintió como la expresión viva de la voluntad divina, y todo lo que hacía, sentía y decía era de Dios. Incluso se me hace díficil pensar cómo se puede funcionar en la vida con este albedrío, pues la propia personalidad debe quedar absorbida en un Dios total, y si uno es seguidor del Atletic, del Barça o del Real Madrid, no debe saber si es él, quien sigue esta opción, o es el mismo Dios que se siente llamado por unos colores determinados. Todo es demasiado complicado, y hasta cierto punto un uso indebido de Dios para las cosas de monseñor.

Dios no puede mandar el rejalgar a los que dejan la Obra, y, en cambio, la comprensión y la ayuda a aquellas personas que dejaron y, según Escrivà, traicionaron su vocación en otras instituciones de la Iglesia. Recuerdo a una monja de la orden de la caridad de Santa Ana que se lió con un médico del hospital en donde prestaban sus servicios. Consideró un error este hecho, y volvió a la Orden, que la recibió con los brazos abiertos. En el Opus para los que se van sólo hay olvido y ,muchas veces,  murmuraciones y chismes, a no ser que sea gente importante o pueda continuar siendo útil a la organización.

Hace pocos días, el arzobispo de Canterbury saludaba el cambio de iglesia de Tony Blair, como una manera de encontrar a Dios por otros caminos ¡Qué maravilla! No es la visión carpetovetónica de Mons. Escrivà, muy moderno para los temas de dineros y empresas, pero muy rancio en su visión del mundo.

Creo que nadie puede sentirse culpabilizado por haber dejado el Opus Dei, si obró según su conciencia. Muy por el contrario ha de pensar que lo importante no es estar apuntado aquí o allí, sino ser fieles a nosotros mismos. Ayer me cometaba un amigo, al ver un programa de la televisión francesa: "los franceses llevan muchos años pudiendo pensar libremente, nosotros, los españoles, muy pocos". Tal vez haya gente que les guste no pensar, que se lo den todo hacho, pero esto no es humano.

También es verdad que la Obra es un sitio cómodo para vivir, pero lleno de flasedad e hipocresía. Tal vez, uno pueda añorar esta comodidad, este sentirse admirado por un grupo de supernumerarios o gentes de la clientela Opus, pero vaya, pobre cosa es esta.

Personalmente, no volvería a meterme en el Opus ni que me hicieran prelado absoluto, y Dios empezara a hablar a través de mi boca. No creo ni que sea un buen sitio para vivir el cristianismo, pues hay muy poca caridad y mucha gilipollez, y no creo que el ser gilipollas sea la característica de un cristiano. Creo que Monseñor Escrivà hubiera estado mejor de curita de pueblo, rezando el rosario con las viejas, que no habiendo fundado una organización que ha hecho tanto daño a las almas, por la mala saña con la que actua si alguien tiene el más mínimo sentido crítico, o sea si piensa por su cuenta, y no se toma la papilla que tienen los directores de la Obra para él.

Un saludo.

Rocaberti 









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