Obediencia debida. Para Isabel Nath.- Abelardo
Fecha Friday, 11 January 2008
Tema 040. Después de marcharse


Querida Isabel:

Después de leer tu último escrito, me ha venido la pregunta de ¿a dónde quieres llegar? Los que escribieron informes sobre sus hermanos, dentro del Opus Dei, lo hacían en virtud de "obediencia debida". Mandad un informe para la Oblación de... Archiva estos informes... Saca fotocopia de estos informes... Nunca nadie dijo "no me da la gana". Tú nunca, después de un Circulo Breve te levantaste enmedio y dijiste: "No estoy de acuerdo con lo que has dicho". Tú callaste y tragaste como todos los demás.

En los juicios de Núremberg se exculparon a aquellos oficiales que, incluso estando en campos de concentración y al frente de cámaras de gas, actuaron en virtud de obediencia debida. Se les aplicó lo que en Derecho se conoce como "eximente completa o incompleta": Hicieron eso pero no se les estimó culpables.

Los jóvenes de las SS eran reclutados entre los universitarios y se excluía a quienes habían tenido conductas "crueles". Eichman les instruía diciéndoles que "¡tenemos una misión histórica única: llevar a Alemania a ser la nación más grande de la historia!". Con ese ideal combatían los soldados alemanes y funcionaban las SS nazis. Hay que distinguir, por tanto entre la "clase de tropa" y el "Estado Mayor".

Hannah Arendt en su libro "Eichman en Jerusalén" cuenta cómo el Mossad investigó e identificó a Otto Adolf Eichman, Teniente Coronel de las SS nazi, responsable directo de la "solución final" del holocausto, encargado máximo de las deportaciones a los campos de exterminió. "Le miré a los ojos -escribe Hannah Arendt- y no vi nada, estaban vacíos". Fue condenado a morir en la horca, por crímenes de guerra.

Los que nos enrolamos en el Opus Dei en los años 80 -hablo de mi generación-, teníamos también una misión única: "Poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas". Por eso, Isabel, por favor, no quieras crear complejos de culpabilidad, apunta más bien a los Tenientes Coroneles, a los Otto Adolf Eichman de la Prelatura, a los responsables directos de este, nuestro holocausto, que tantas vidas se ha cobrado.

Atentamente

Abelardo









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