Trabajar para que no se repita.- Mineru.
Fecha Friday, 11 January 2008
Tema 040. Después de marcharse


A propósito del escrito de Isabel Nath de 9/1/2008, como ella, a mí también “me gustaría plantear una serie de cuestiones e invito desde aquí a las más que brillantes cabezas que nos acompañan a que alguien dé su opinión al respecto”. Bueno, a las brillantes –no necesariamente calvas refulgentes- y a todas las que se vean con suficiente ánimo.

 

Estimada Isabel (aunque no tenga el gusto de conocerte personalmente), me he tomado la libertad de cambiar el orden y subrayar algunos párrafos de tu escrito, con lo cual el tema que planteas se me aparece como sigue:

 

Algunas de las cosas que en su día hicimos hoy nos escandalizan y nos gustaría no haberlas hecho, pero las hicimos, y es necesario que cada uno asumamos las nuestras. (… ) El asumir las cosas como son es por aquello de que la verdad nos hará libres, ya sabéis... Pero es así, qué le vamos a hacer además de trabajar para que no se repita...  (…) Entra aquí seguramente el tema del perdón. Primero de cada uno consigo mismo, si no no hay forma de seguir adelante. Luego de cada uno con los que le hicieron daño. Me parece que el perdón es el punto clave para poder llamar a las cosas por su nombre, nombre feo e incómodo en ocasiones, sin juzgar y sin guardar culpabilidad insana o rencor por las cosas hechas o sufridas”.

 

Visto así, además de trabajar para que no se repita -y con ello pedir humildemente el perdón a cada uno de los ofendidos- la cuestión que ahora planteo es: ¿cómo puede alguien perdonarse a sí mismo?

 

Por otro lado, si es posible y lo deseas, te ruego una aclaración sobre lo que quieres decir en el párrafo final, ya que la “Institución” es una persona jurídica pública de la Iglesia Católica (Iglesia que es una persona moral por ordenación divina), Prelatura que es corporación con gobierno colegial (al igual que sus Regiones y algunas Delegaciones, que también son personas jurídicas con gobierno colegial, mientras que los Centros pueden, o no, estar erigidos canónicamente, es decir, pueden o no tener personalidad jurídica propia). En todo caso, la persona jurídica es algo sustancialmente diferente de la persona moral que la sustenta o erige y de las personas físicas que la componen y gobiernan, siendo que, salvo el Prelado y sus delegados (Vicarios, Consejos y personas con mandato expreso) y aún éstos sólo cuando actúan en el ejercicio de las funciones propias que lo conlleven, las demás personas no representan a la Institución en absoluto. Transcribo tu párrafo:

 

Esos errores que cometen cuando representan a la institución, son errores de la institución a la que pertenecen, puesto que una institución no es un ente virtual que toma decisiones por sí mismo e independientemente de las personas que la componen. La institución existe en las personas que la componen, especialmente en aquellas que por el cargo que ocupan tienen una mayor responsabilidad en la toma de decisiones. Porque si en el Opus Dei las personas son buenas y el problema es de la institución, quién se supone que es la institución?????. Quien materializa los errores de la institución????.

 

 

Atentamente,

 

Mineru







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