Sobre la cuestión de la sexualidad.- Madreselva
Fecha Friday, 21 December 2007
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Si, es cierto que la cuestión de la sexualidad, en el Opus Dei parece enfermiza. O al menos, yo así la creo.

Cuando leía el correo de U2, recordé una anécdota que me contó un amigo hace años. Hacía poco había dejado de ser del Opus Dei, y a mis 23 años yo todavía le argumentaba convencida que de las encíclicas del Juan Pablo II se deducía, claramente, que llevar minifaldas era un pecado (de escándalo contra la pureza). Mi amigo, educado en un ambiente cristiano, practicante e idealista pero completamente ajeno al Opus Dei, me miraba con los ojos atónitos y me seguía la corriente. Hasta que decidió atajar mis desvaríos contándome la siguiente historia personal:

“Mira- me dijo- yo el único contacto con el Opus Dei lo tuve cuando me fui a estudiar a Barcelona. Mi madre quería que fuera a un colegio mayor, así que me consiguió una entrevista en uno. Entré a una salita y me recibió un sacerdote. A los pocos minutos me preguntó a bocajarro : “¿tú te masturbas habitualmente”. A lo que le respondí  tras dos segundos de desconcierto: “¿y usted?. Fin de la entrevista, no me aceptaron”.

También recuerdo, como en un colegio obra corporativa del Opus Dei, hablaron con los padres de una amiga mía para avisarle que su hija (mi amiga) tuviera cuidado con otra compañera de clase, pues parecía tener tendencias homosexuales. Mi amiga, sigue siendo aún hoy amiguísima de la presunta lesbiana, ambas casadas con hombres, por cierto. Y me cuenta que “la presumible lesbiana” jamás lo había sido. Esto es gordo buena gente, aunque parezca una anécdota cortita.

En el Opus Dei hay una prevención enfermiza hacia cualquier tipo de acercamiento corporal: abrazos, caricias, muestras de cariño... que es interpretado como tendencias homosexuales o provocaciones sexuales. La faceta afectiva (por no pasar a la sexual), cuenta con tal grado de represión, que cualquier manifestación de cariño sensitiva, a flor de piel, es torcida y retorcida y viene acompañada de unas dosis de temor e inseguridad que tiene de todo menos de normal. Y si esto no pasa en todos los miembros, si en una grandísima mayoría. Ayer sin ir más lejos, me contaba una amiga el razonamiento que le había hecho una numeraria amiga a cerca de las razones para evitar el exceso de “familiares”: para volverse loca.

Besos a todos y todas, especialmente para Kika (mujer de carácter, jeje): me alegro que todo haya quedado arreglado. Y una vez más, mis deseos sinceros de feliz Navidad,

Madreselva







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=11439