El endiosamiento bueno y acertado.- Spiderman
Fecha Wednesday, 19 December 2007
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Quisiera mostrar mi más profundo apoyo a las tesis de Heraldo sobre la mentalidad de los directores de Delegación/Comisión. En el Opus Dei, hasta donde llega mi experiencia y mi reflexión, todo puede analizarse desde los dualismos que apunta acertadamente Heraldo. Especialmente el tema sexual.

Creo que ha puesto el dedo en la llaga y ha abierto la puerta para revisarlo todo desde la motivación más honda e inconfesable: la motivación sexual. El sexo, el deseo y la actividad sexual, es en el fondo el eje en torno al cual gira toda la vida y la praxis del Opus Dei. Creo que en último término todo puede referirse a esa cuestión: sexualmente puros o impuros ("se diga lo que se diga, los supernumerarios son otra cosa"). En mi caso, una ausencia total de "problemas de pureza" durante mi pertenencia (motivados por los lógicos síntomas de la anhedonia de tipo depresivo) me hicieron ser apto para multitud de encargos apostólicos a pesar de mis evidentes desequilibrios emocionales. Lo importante era que mi expediente (sexual) era inmaculado, es decir, vivia en medio del mundo como los ángeles de Dios (cfr. Camino, capítulo Castidad).

"Entre los opus y los ex existe un abismo infranqueable, a no ser, claro está, que el ex se prosterne a sus pies". Ese abismo es la distancia que crea el fundamentalismo religioso extremo que todos, unos y otros hemos vivido. Es esa distancia que vimos empezar a desvanecerse el día que nos marchamos del centro, el día que empezamos a sentirnos iguales a nuestros hermanos los hombres. Es un abismo infranqueable, una convicción psicológica tan fuerte y a la vez tan irreal, que al percatarnos de su radical absurdidad es lógico que muchos nos sintamos profundamente desorientados. Es un abismo que, al ser franqueado, implica un cambio radical en la concepción de la religión y del cristianismo, un terremoto interior que conduce (y más hoy día en que la Obra y su clero son hegemónicos en algunas ciudades españolas) hacia la salida de la Iglesia de Cristo, al menos de manera implícita. Bajo esta perspectiva fácilmente evaluable (la práctica religiosa de los que se fueron del Opus Dei) debería también la Jerarquía plantearse la disolución de la Prelatura Personal.

El Opus Dei no ayuda a la Iglesia a formar cristianos maduros y responsables, simplemente los instrumentaliza y, en caso de no lograr doblegarlos, impone "un abismo infranqueable, a no ser que el ex se prosterne a sus pies". En el fondo pone un abismo entre el mismo Cristo, el Puro entre los Puros, el que nunca dejó que le acusaran de impuro (cfr. Es Cristo Que Pasa), y el alma de esos desgraciados ex miembros.

Se dice que muchos ex abandonan la Iglesia a causa de sus pecados y su vida desordenada... yo empiezo a pensar que al salir "sin prosternarnos a sus pies" somos colocados fuera de la Iglesia de manera directa o más sibilinamente, según los casos. Y repito, el efecto se potencia en las diócesis donde la hegemonía de la Obra es más notórea.

Pax Christi (que no conoce de abismos humanos)

Spiderman









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