Fui Seminarista en Bidasoa.- Camilo
Fecha Friday, 14 December 2007
Tema 010. Testimonios


Para mi mala suerte así fue. He leído con extrema atención lo que Tido ha denunciado y también P. Consagratur. A esto se ha unido la denuncia de varios del opus que aclaman justicia sobre la falta de caridad en el irrespeto al romper el secreto de confesión.

 

Todos quienes hemos pasado por Bidasoa, sabemos ya de estas denuncias, porque la voz se ha regado como río revuelto y nos hemos estado enviando mail sobre esta tragedia, porque así lo es.

 

Quiero decir que todo lo que cuenta Tido y el P. Consagratur, es totalmente cierto. Yo fui Seminarista ahí y desde que llegué lo único que hice fue rezar para que pronto acabara mi tortura. No podía volver porque mi Obispo no quería y además porque ellos querían atraparme para pasar a formar parte de la mafia.

 

A mi lo que más me impresionó fue que dentro del mismo Seminario hay odio entre los numerarios. E. F., quien es una mala persona y muy hábil en la mentira, constantemente vivía comparándose con P. B. Estos dos eran vicerrectores respectivamente de las dos sedes.. Parco y necio es P., pero bueno, con gran corazón, era siempre atacado en tertulias y en toda forma por su hermano E. con faltas de caridad terribles y de esto todos dan fe. Esto a mí me escandalizaba constantemente y en cambio J. L. B., hacía lo mismo con J. L. L., que los dos eran directores de distintos centros donde acudíamos los que habíamos pitado para ser de la SS. B. era amoroso, te llevaba a paellas, tertulias, paseos, a su despacho y al momento que tú decidías ir para el otro centro, se convertía en tu más fiel enemigo. El saludo ya no se producía, más bien lo contrario por su rostro se emanaba un odio enfermizo que a mí me llevaba a reflexionar, ¿cómo aquel Cura que tanto predicaba santidad y que a diario decía Misa, podía odiar con tanto ahínco? Estas dos actitudes hacían que yo no pueda con mi alma.  Sin embargo me dediqué a estudiar a rezar y la verdad J. L. L., me devolvía la paz que sus hermanos nos robaban con avidez.

 

En la Facultad ocurría algo similar. Los que caían mal a E. y J. L., eran castigados por los profesores. Más de uno fue suspendido por J. Á. G., por J. L. G. y el mismo J. L. B. cuando nos examinaba era como un loco suelto por si acaso alguien copie.  Otros que entraban en el juego anticatólico eran E. M. o el mismo R. M., que llamaba la atención su actitud, porque él fue victima del maltrato de E. y cuando salí de aquella cárcel de exterminio vocacional, dos años después, supe que terminó el pobre de R. con depresión.

 

¿Porque nombro aquí a Bidasoa y a la Universidad?  Porque, en los consejos académicos también se hablaba sobre la confesión. Lo digo con absoluta certeza porque no tuve mayor problema en esta casa, pero cuando hicimos  un paseo a Itxaropena cerca de Pamplona al finalizar el curso, mientras comíamos un chuletón, se me preguntó por unas faltas de pureza que el día anterior me había confesado. Casi se me atraviesa el chuletón de la impresión que recibí. Soy humano igual que ellos y en pureza hemos caído todos, pero confirmé este sucio acto, cuando yo estaba en el último año, el día de las ordenaciones de mis compañeros, en el piscolabis que ofrecía la facultad,  el cínico del J. L. B., me dijo: Si hubieras pitado conmigo, los problemas de pureza que tienes ya no los tendrías, pero en el otro centro poco les importa. Me quedé de piedra y me tomé un vino para pasar el susto. Pasó 15 minutos y el moralista de M., me dijo que no me he ordenado por tener problemas de pureza. Precisamente en esa misma semana había vuelto a caer en mi pecado de pureza, sea como sea, sí confirmo las atrocidades ahí cometidas y la gravísima pena que existe por comentar abiertamente sobre la confesión. No solo es Bidasoa, en la Facultad pasa lo mismo porque se reúnen para ver qué hacer con los pecadores. Cristo dijo: Perdonad en el nombre del P-H-ES, pero aquí es: “El que peca mátalo”. Yo también creo que son actos más bien ateos.

 

Lo que me llama la atención es que toda esta porquería que da pena, pasa con los Sacerdotes, yo creo que es el personal más hipócrita de la Obra, porque no solo que predican sino que enseñan en la facultad todo lo se debe hacer pero que nunca lo hacen. Y como muestra mi experiencia es que en la facultad, jamás se ha tenido este tipo de problemas con los numerarios o supernumerarios laicos, a decir: J. L. F., J. N., E. A., J. B., E. R., E. L., que siempre han sido más bien la distinción entre ellos y tampoco quiero ser injusto con ciertos profesores Curas magníficos que sí han entendido la vocación sacerdotal como son: J. M., L. M., S., P. V., J. A., que son realmente ejemplares, mientras que son de muchísimo miedo el actual decano V., que hay que tenerle pavor o el vanidoso de I., que critica la dogmática de todos y la única real es la de él, pero a varias preguntas claves tiembla y cambia el tema con astucia y vanidad.

 

Están en mi cáliz a diario, ofrezco por ellos y por quienes han sido perturbados, conozco a muchos, pido que Dios desde ya les de misericordia porque en verdad la necesitarán y espero que dejen ya la mentira de lado, porque estamos llamados a predicar la Verdad. Que la Macarena y el Cachorro os guíen.

 

Camilo









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