Dios quiso detener al opusdei por un instante, quiso que el niño se le acercara y sin temor preguntara:
- ¿Cómo te llamas?
- Mi nombre es legión.
- ¿Cuántos son?
- somos muchos
- ¿Qué buscas?
- ganar
Dios entonces dejó correr el tiempo, y entonces el niño veía que al mismo tiempo que aquel gigante desechaba la carne y los huesos de unos, atraía a otros hacia sí.
Aquel niño se le acercó a su padre y le dijo:
- Quiero que todos conozcan al opusdei.
Entonces Dios le empezó a quitar las vestiduras a aquel monstruo infernal.
Saludos cordiales,
Leonardo Cantú.
PD. El uso del término "monstruo infernal" quizá resulte un poco fuerte, pero me refiero a algo que en apariencia es bonito, pero que se comporta mal. Por otra parte, para mí, todos los socios(cooperadores) menores de edad, o los que siendo mayores no han tenido la oportunidad de reaccionar ante las consecuencias del opusdei, son víctimas. Digamos que el opusdei es una cizaña gigante.