No puedo contenerme, voy a tratar de ser muy breve en este tema. Veo que muchos se han indignado con Morgana, he visto incluso escritos que merecerían el calificativo de “tristes”, como mínimo. No entiendo qué tiene que ver el personaje de la fábula del Rey Arturo, ni su vinculación con esta web y considero que escritos de ese tipo desmerecen la calidad de la página. Pero ese es otro tema.
En primer lugar, creo que muchos hemos actuado y pensado sectariamente: los “in” opus son “malos” y los “ex” opus somos buenos. Cuando un ex opus da un testimonio contrario a la versión oficial, le creemos a priori, cuando un “in” opus nos cuenta con sus palabras la versión oficial, ya está, le saltamos a la yugular. Estoy de acuerdo con lo que dice Isa Nath “Entiendo que cuando se cuentan experiencias personales debe bastarnos la propia palabra del que lo cuenta para creerlas. Así lo hacemos con los demás y deberíamos hacerlo también con los del Opus Dei”. Eso deberíamos hacer –anoto yo-.
Sigo con Isa, “Pero cuando alguien afirma citando fuentes, que los documentos del Opus Dei dicen esto o lo otro, no es serio (por decirlo suave y educadamente) que se contra argumente una y otra vez con “eso no es así en absoluto porque lo digo yo que llevo no se cuantos años en el Opus Dei”, y punto”.
Entiendo que muchos sientan, como sentí yo, que el testimonio de Morgana y el de otros debe ser tomado con respeto, mientras ella nos respete. ¿Cómo así, si no nos ha llamado “traidores judas” sino que siempre ha aparecido muy cordial? Pues nos falta al respeto cuando un día dice una cosa y al otro día se contradice. Nos falta el respeto cuando un día nos dice que se le encoge el corazón el trato que el opus nos ha dado a varios y al otro día nos dice que ella no se mete en el gobierno del opus, que ella no cuestiona y que ella sabe que haciendo eso le es leal a Dios (¡!). Es decir, un día aparece diciendo que le duelen las faltas a la caridad del opus y al otro nos dice que el opus tal como es, es una cosa de Dios (entre otras perlas, como el desfase y la derogación de los sufrimientos). A menos que Dios haya derogado el “Mandato, novum”, yo creo que no puede sostenerse lo que ella dice. Y eso que la leí de buena fé.
Sin embargo, aunque no lo parezca y las reacciones que causó estén plenamente justificadas, yo en el fondo creo que Morgana tiene buena fé. Creo que es una “buena chica”. Creo que muchos no hemos sabido manejar lo que la aparición de un personaje como ella nos ofrece. Porque si nos fijamos bien, ¿qué ha hecho ella si no mostrarse públicamente tal cual es? ¿acaso necesita de alguien que le desbarate sus argumentos cuando ella misma lo hace (ocurre igual con antoniogonzales opusdeiinc) ¿Acaso no hemos podido apreciar la lucha interior que ella vive auto- engañándose? ¿Acaso no es evidente que lo que otros vemos como 2+2 ella no lo ve?
Y sigo preguntando, ¿qué reacción nos provoca cuando un ciego nos da con su bastón? ¿Acaso le caemos a ese ciego a golpes y le decimos que la próxima vez vaya con cuidado? ¿Acaso no –más bien- lo tomamos de la mano y lo guiamos a su camino? Si eso hacemos con un ciego a quien no conocemos, ¿por qué no reaccionamos igual con un ciego que viene aquí y nos enseña exactamente eso que muchos de nosotros fuimos? ¿o nos saca de nuestras casillas el recordar que nosotros fuimos también, Morgana, Antoniogonzales, y etc.?
Yo a Morgana le extendí la mano, la he tratado de guiar a través de sus propias palabras, sin filosofías ni documentos internos. Le he demostrado que eso que ella presiente (no hay caridad en el opus y eso viene desde el gobierno) es real, y que esa lealtad que ella necesita argüir para no volver a pensar en que las cosas van mal (algo que ella misma ha dicho y evidenciado con sus propias palabras) no es tan cierta, porque cuando hay un conflicto de lealtades (o le soy leal al opus o le soy leal a Dios) es legítimo optar por la lealtad más importante. ¿Cuál es la lealtad más importante? Eso sólo lo sabe Morgana y todos aquellos que como ella, están ciegos, y buscan inconciente (o concientemente) un poco de luz.
Este escrito es para recordarles (recordarnos) que un día fuimos ciegos y que un día una mano (la de quien fuere) nos ayudó y nos guió hacia la luz, y finalmente pudimos ver, y finalmente pudimos sentirnos felices. No nos olvidemos que a lo mejor si estamos “por aquí” es porque podemos (a lo mejor, debemos) ayudar a que otros ciegos vean. Y no darle de palos porque equivoca su camino.
En resumen, “un poquito de paciencia” con la gente que se muestra tal cual es … no nos cansemos ni nos aburramos de ayudar a quien lo necesita, incluso (la mayoría de las veces) los que lo necesitan son algunos ciegos que nos querrían dar de palos porque nosotros ya no cerramos más los ojos.
Y un poco de paciencia conmigo también, que no soy abogada de nadie, sino que digo las cosas que siento que debo decir, a ver si a alguien le interesa.
Saludos a todos,
Eméve
