Buscando en internet planes de acción me he encontrado con un texto de Otaluto "Sobre la educación de los hijos" (Publicado el Miércoles, 15 marzo 2006) que me ha parecido un pelín pesimista.

Sólo quería contar mi experiencia. Los planes de acción son una herramienta útil, y que todos empleamos de forma más o menos consciente. Me parecen un arma pedagógica (cuidado que yo de psicopedagogía ni papa, aunque siempre presumo de que hice el CAP) para poner pies a las buenas intenciones de un padre que quiere educar bien a sus hijos.

Me da pena que a veces, en opuslibros, se cae en el mismo error que el que se critica, y es que se dicen verdades con poca tendencia a torcer el brazo, como demasiado convencido de que se está en la verdad. Y es que leyendo a Otaluto hay demasiados razonamientos explicando lo maligno que es lo de los planes de acción, y la base que lo sustenta.

Pues bien, por si alguien llega a estas letras buscando un plan de acción, que sepa que aquí hay un padre, que no se considera ni muy listo ni muy tonto, al que le parecen una herramienta muy útil.

Pues nada. Hace mucho tiempo que no leía estas páginas; pero leyendo un libro que se titula Imitación de Cristo copié unas palabras que tal vez puedan ayudar a alguien y que copio:
"No hay que poner mucha confianza en el hombre frágil y mortal, aunque sea útil y bien querido; ni has de tomar mucha pena si alguna vez fuere contrario o enemigo. Los que hoy son contigo, mañana te pueden contradecir, y al contrario: muchas veces se vuelven como el viento. Pon en Dios toda tu esperanza, y sea Él tu temor y tu amor. Él responderá por ti, y lo hará bien, como mejor convenga".

Lo escribo por si a alguien le ayuda. Yo también he estado en la Obra y también me he salido. Soy feliz. Y hay dos cosas que me han ayudado siempre mucho: seguir tratando a Dios a diario y reconocer que tal vez me equivoqué, que debía de haber perseverado; pero no me sorprende que pude equivocarme, como tantas veces lo he hecho. Eso sí: tengo la suerte de seguir enamorado de Dios.

Gonzalo