Me ha dejado sorprendido el final de tu escrito en defensa de Morgana cuando afirmas: “Yo disfruto tus escritos y me ayudan a querer, de a poco, un poco más a Dios”. Si lo que escribe esta señora te lleva a Dios entonces que mal está el patio.

Aunque igual puede ser que estoy demasiado severo y te refieras que te acerca cada vez más al “dios tiquismiquis” que nos ha descrito magistralmente Heavy, si de ese se trata pues en todo tu derecho estás, porque sin duda es a quien más puedes ir arrimándote paulatinamente después de leer lo que nos regala Morgana en cada una de sus entregas. Unos escritos llenos de soberbia, de arrogancia y de humillación hacia todos los demás. Una actitud que demuestra que está en las antípodas de lo que es la caridad y la verdadera entrega a Dios, pues como que no es precisamente la vía para llegar al Dios Uno y Trino.

Respeto y estoy de acuerdo en que cada quien escriba lo que le dicte su inteligencia y su corazón, pero hay que marcar distancias y una de esas es que esta página no es precisamente para hablar de nuestra cercanía, lejanía o indiferencia de Dios, sino para sanar nuestras heridas y salir adelante después de lo vivido dentro de la Obra. Si alguno u alguna con lo que dice nos llevan a Dios pues enhorabuena, pero no es digamos necesario proclamarlo a los cuatro vientos. Eso por un lado y por el otro, que disto mucho de considerar válido que tales escritos conduzcan a alguien a Dios cuando por los mismos se respira ese “gracias a Dios no soy como estos” del publicano del templo.

Tienes todo tu derecho a defenderla si a ti te parece y es más, de haberte quedado en eso, yo no hubiera dicho ni "mu", pero venir y concluir con esa frase, pues me ha inspirado para decirte: ¡cuidado! porque es meterse a temas en los cuales puedes, sin querer, confundir a Dios con el dios tiquismiquis.

Armando