Querida Agustina

Como te dije por teléfono, cuando me asomo a la web leo con gusto esas primeras expresiones de libertad y análisis crítico de los que dejan el opus, algo verdaderamente positivo y por lo que hay que agradecerte el esfuerzo en mantenerla, pero también veo alguna otra cosa que no me gusta.

Da la impresión como si alguno quisiera reproducir en cuanto exsocios los contactos, las reuniones, las fraternidades de dentro. Y me parece mal y poco aconsejable para la recuperación de la gente. Puede que uno conserve algún amigo dentro o que los consiga entre los ex, al fin y al cabo la amistad es un plus pero me parece mal que, por ejemplo, alguien como Ramón Rosal se atribuya funciones de regenerador espiritual, de asesor psicológico, de convocante de reuniones y que otros le sigan la corriente o promuevan algo parecido. De las sectas se suele salir bastante mal y cuanto antes uno se organice lo más lejos posible de ella, mejor. Ya os dije que las sectas son muy viscosas, que generan adicción, por eso hay organizaciones independientes y profesionales competentes para ayudar a perder esa adicción, como hay otras que te ayudan a salir de la adicción a la droga o al alcohol.

Sinceramente, alargar el ambiente opusdeista después de irse uno, es lo peor que se puede hacer. Ya sé que cuesta pero, a la larga, es lo mejor. Me hizo gracia que uno de vosotros comentara sobre la reunión de Ramón, que él estaba dispuesto a ir pero a tomarse unas cañas y echar unas risas. Pues eso, y poco más.

Alberto Moncada