Hola Orejas,
El último correo de Satur me ha parecido bastante fuera de lugar. Comparto el diagnóstico sobre el prelado en cuestión, Mons. Setién, sus estrambóticas elaboraciones intelectuales y todavía más sobre sus actuaciones. Pero me parecen fuera de lugar y de bastante mal gusto los comentarios que hace sobre el aurresku (para los no españoles: danza tradicional vasca, bailada por hombres, parca en movimientos), las aficiones de los gays y el hecho de que Setién sea vasco o no, accidente que podría sucederle a cualquier región de España.
A mayor abundamiento, uno puede pensar en el peculiar modo de funcinar de la Iglesia, que se permite tener un representante como Setién, y luego nos alucina que el asunto del Opus siga como sigue. ¿Nos extraña?
Ramón