Este Papa y el Opus Dei.- Marcos Castaña
Fecha Monday, 05 November 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Anoche, mientras tomaba unas copas con varios amigos, y nos sincerábamos en nuestras filias y fobias eclesiales, me preguntaban sobre el Opus Dei, sobre mi relación con ellos y la vinculación de mi familia en tal "institución". En el transcurso de la conversación, descubrí que la comprensión de la gente normal para con los que hemos estado cerca de la Obra, es grande. No así en el caso contrario. Les contaba la experiencia de un familiar cercano mío, al que después de dejar el Opus le empezaron a tratar (más bien a no tratar) como si no le hubieran conocido en la vida. Y esto es, como he comentado antes, una falta de comprensión total, y una extraordinaria y escandalosa falta de caridad.

 

Al hilo de la comprensión, y de la caridad, hablamos de muchas cosas del Opus y de otros movimientos fuertes y poderosos de la Iglesia, y fuimos desgranando las diferencias y las similitudes. Diferencias, muchas. Similitudes, mínimas. Precisamente aquí, se me quedó un pensamiento rondándome la cabeza que me hace reflexionar mucho últimamente, y que quiero compartir con vosotros.

 

Hace pocas semanas, el Papa ha publicado un magnífico libro (a mi entender) sobre Jesucristo: Jesús de Nazaret. Yo, que tengo conocidos y familiares de la Obra, he querido intercambiar con ellos opiniones acerca del libro, y sobre todo en determinados capítulos del mismo donde el Papa, con una extraordinaria valentía, aborda temas tan espinosos que seguramente la gente de la Obra no entenderá el porqué de tal empuje esclarecedor. El libro, en las personas del Opus Dei que yo conozco, no ha despertado grandes entusiasmos, quizás porque toca temas que ellos consideran que no deben tocarse, aunque en el fondo, todos intuimos que es porque tienen la consigna de no darle mucha propaganda a este Pontífice (sin hacer menosprecio alguno, por supuesto, ni desobediencia) sencillamente porque ha tenido algunos gestos que han perjudicado a la Obra en el Vaticano, y han dado de lleno en la línea de flotación de su estructura de poder, léase la "renuncia" de Navarro Valls en la portavocía de la Santa Sede (para poner, por si esto fuera poco, a un jesuíta). Digo que quizás estos motivos estén llevando a la Obra a no publicitar demasiado el libro del Papa, a no favorecer que sus numerarios y supernumerarios lo lean y lo comenten con sus amigos y conocidos los unos, y con sus familias los otros. A mí, introducir la lectura de este libro en ciertos miembros de mi familia, francamente, me ha costado mucho. Las reticencias no han sido puestas de manifiesto, pero el remoloneo que se traen a la hora de abrirlo por la primera página, es muy descriptivo y esclarecedor de su actitud. No sé qué pensarán cuando lleguen al capítulo en el que aborda las tentaciones de Jesús, pero mucho me temo que determinadas expresiones utilizadas por Benedicto XVI para explicar el asunto no van a ser de su agrado, es más, es posible que incluso se escandalicen. Eso, si llegan a tener la valentía suficiente como para llegar hasta ahí.

 

Es curioso cómo a mi casa llegaban los escritos y libros de Juan Pablo II casi al momento de haberse puesto a la venta, y cómo los de Benedicto XVI tardan mucho en aparecer; tanto, que algunos ni siquiera llegan (algo impensable con las publicaciones del anterior Papa).

 

Este comportamiento, y otros muchos, me indican y me hacen pensar que el Opus Dei se mueve para sí, y no para la Iglesia. Vamos, no es que me lo hagan pensar, es que estoy absolutamente convencido de que es así.

 

Marcos Castaña.







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