El caso Josecar.- Salvador
Fecha Friday, 05 March 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


El caso Josecar

Los integrismos, los fascismos en el sentido popular del término, son siempre fundamentalismos; es decir, el empecinamiento exclusivo y excluyente de una determinada "opción fundamental". Frente a esa opción voluntaria, la razón no tiene nada que ver ni hacer. En los fundamentalistas, la razón, el pensamiento, se disfraza y se sustituye por "razonamientos" o elucubraciones que o no son razón o son erróneos.

Extraña cómo muchos no ven el planteamiento y, creyendo que el fundamentalista "razona", se enzarzan en intentar contestar razonando cuando la cuestión no es esa. Como resultado, quien intenta razonar, y lógicamente, no llega a ninguna parte, se cabrea con el fundamentalista. O el incansable piensa, como Cooper en el correo de ayer "ahora lo pondré ante una prueba definitiva" y pregunta "cómo explicas la página ODAN"?. Pero el fundamentalista nunca contesta: o guarda silencio o explica cosas que no entran en materia. Y eso es así porque no reconoce más que su opción. Y por lo tanto un dialogo verdadero no es posible.

Parece mentira que siendo el tema tan conocido y claro se caiga en esa dinámica, que acaba en irritación o violencia.

Me llevó cierto tiempo analizar la sustitución de razonar, o pensar correctamente, por el modo de "razonar" de los integrismos o fundamentalismos con los que no son de su cuerda. Uno de los mecanismos más habituales es el uso de generalizaciones y tópicos (en el sentido de espacios físicos o simbólicos: el lugar común).

Por ejemplo, el drogadicto, casi siempre, ha empezado fumando tabacalera, luego no tabacalera y después inyectándose o comiendo pastillas. En fin que previamente se ha metido cosas en el cuerpo no sanas (bebida, comidas) y después francamente insanas. De esta generalización se hace un encadenamiento causal: se empieza merendando, se continua tomando vino, luego de copas y acabas alcohilizado. En una entrega de Satur se llega al paroxismo cuando un cura dice "primero te comes la guinda del pastel y luego... es una mujer".

Para ver que esto no es un razonamiento, es decir que una cosa no es razón (o causa, sea inductiva o deductiva) de la otra se puede poner el siguiente ejemplo: "se empieza con un espantoso crimen, se continua con un burda y poco lucrativa estafa, luego es un pequeño hurto, pasas a un lenguaje soez y acabas...¡ sin saber pelar una naranja con cuchillo y tenedor!. Y eso es lo grave" La generalización es que los delincuentes no saben pelar una naranja con cuchillo y tenedor, pero ¿hay alguien razonable que pueda establecer un nexo causal o razón en esta secuencia "argumental"?.

Las prácticas más habituales del fundamentalismo o integrismo es la de confundir las causas con los efectos , la incapacidad para discernir sobre unas y otras, y para sustituir sistemáticamente las causas reales por secuencias "argumnetales" que no tienen nada que ver con la realidad. En definitiva, la ausencia de pensamiento.

Un ejemplo político lo vimos en la ·"teoría del dominó" en los años 6O: si cae Vietnam, cae Laos, luego Camboya, Tailanda etc y al final los comunistas desembarcan en California. La opción fundamental (en un sentido fundamentalista) era intervenir en Vietnam, el resto pensamientos erroneos o no razonamientos.

Para Jose Carlos, su "razonamiento" estrella es decir que si yo he vivido un Opus Dei happy en un sitio determinado es que ese Opus Dei puede existir. Como ha intuido Flanpan en su correo de ayer esto no es una razonamiento. Parece meridiano que la posibilidad no tiene nada que ver con un razonamiento. Primero porque casi todo es posible, luego porque una posibilidad no explica, ni justifica, ni causa nada. La posibilidad se mueve en el campo de los acontecimientos sin más o en el de la capacidades, pero no tiene nada que ver con una argumentación. Y sin embargo, es un mecanismo habitual: si yo puedo hacerlo, tu (se sobreentiende un "debes") también. Si Don Fulano puede hacerlo, tu también puedes (que significa debes) hacerlo.

Esas curiosas transiciones de las posibilidades al reino de la necesidad o razones es un mecanismo característico de la sustitución del pensamiento por
"razonamientos" de los fundamentalismos. Porque no olvidemos que el integrismo no tiene verdadero pensamiento, ni verdadero razonamiento, solo consiste en actos y elecciones voluntarias. El resto es literatura malilla y enredarse en ella da qué pensar y mucho. Al fin y al cabo no es posible una estafa sin codicia por parte del estafado. Y con esto quiero equiparar planos, porque el estafador tiene sanción penal y el estafado no; solo pretendo que tan interesante es el análisis de la oferta (estafador) como el de la demanda (estafado) .

Por otra parte a mi me parece que el correo de Brisas de ayer plantea una cuestión importante: el ámbito o contenido de la web. Si se dice que es una "página de ex sobre el Opus Dei" parece razonable que todas las vivencias o aportaciones auténticas - y no dudo que Jose Carlos lo viviera así a causa de su fundamentalismo en esta cuestión- deben caber sin excepción. Solo deberían excluirse las no auténticas, esas que son intercambiables y perfectamente reconocibles, y que sun un subcapítulo de la teoría oficial.

Cordialmente,
Salvador







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