De ‘largarte’ no te arrepentirás nunca.- Para ‘Cilicio’.- Un_amigo
Fecha Friday, 26 October 2007
Tema 020. Irse de la Obra


Tu llevas veinte años; yo me largué contando veintisiete de permanencia. La temporada anterior a tomar físicamente las maletas (tres o cuatro meses) fue angustiosa, literalmente quería morirme, que alguien me borrara del mapa. Si alguien me hubiera dicho que esos espasmos eran normales posiblemente no me lo hubiera creído, pero por lo menos hubiera encontrado diálogo con alguien ajeno al aparato del opus. Esta página entonces no existía. En aquél entonces hablé con pocos amigos que pudieran comprenderme. Uno me dijo algo bastante pegado a la tierra y que rezaba así: "mira colega, tanto si decides irte como quedarte hazlo con dos cojones..." Lo del quedarme ya lo había intentado antes con esa furia, así que me afané con el empeño recomendado comenzando una nueva vida. Y desde entonces no me he arrepentido nunca, es más, hubiera deseado que la crisis hubiera llegado quince años antes para no dilapidar una parte importante de mi existencia.

 

Si tras veinte años de pelea sientes el deseo racional y existencial de largarte, te recomiendo que no lo dudes más y que tomes las de villadiego. No esperes a verlo "claro" en la oración, porque más claridad que tu falta de acomodo no la encontrarás en ningún sitio. Además, la oración por muy omnipotente que pueda parecer, nunca soluciona problemas de este tipo; en este sentido tengo mi propia experiencia y la de diez más que tras su salida charlamos sobre esta cuestión, sobre las posibles soluciones que se pueden encontrar en la introspección del silencio de la oración. De largarte no te arrepentirás nunca, hazme caso, sé de lo que hablo, en cambio, de quedarte lo lamentarás siempre.

 

En tu texto dices que eres económicamente solvente y que no aspiras a llevarte nada. Yo tampoco aspiraba a llevarme grandes cosas. Cuando tuve la conversación definitiva con uno de la Comisión le dije: si no se quiere que me quede en la prela, supongo que tampoco se querrá que se queden mis circunstancias... No, bueno, ejém, -respondió éste- ¿a qué circunstancias te refieres...? Me refiero, respondí seguro, a los millones de pesetas que he dejado en la caja, después de restar los gastos ocasionados por mi persona.

 

El de la Comisión se puso rojo de vergüenza y tartamudeando intento hacerme ver que eso era innegociable. Entonces mi situación anímica no estaba para más peleas y lo dejé estar levantándome de la butaca para irme y no volver nunca. De tener la fuerza y el convencimiento que ahora me acompaña hubiera montado un buen lío para solucionar esta última e importante cuestión, pero se quedaron mis circunstancias.

 

Ánimo, no desfallezcas y comienza a ser feliz mañana mismo, que te queda mucho por vivir auténticamente "en medio del torrente circulatorio de la sociedad".

 

Que tengas suerte amigo.

Un amigo









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=10954