Mi visión y vivencia.- Adri
Fecha Thursday, 04 March 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Mi visión y vivencia (de Adri)

Estimados Orejas:

¿Cómo están? Hace tiempo que quería escribirles con calma ya que mi primer mail fue bastante fuerte y crítico hacia una persona en particular: el "inefable" José Carlos (parece que Otaluto acertó con el calificativo, inefable significa "que no se puede expresar con palabras"). Pero ya me ocuparé de nuestro inefable amigo más adelante, y espero que esta vez no sea tan cobarde "de dejarme en paz" como la vez pasada y me conteste lo que pregunto.

Como les conté en el mensaje anterior, estoy casada hace 7 años con un ex agregado de la obra; un ser humano maravilloso que todavía tiene en su alma las laceraciones de lo vivido y no reúne las fuerzas para relatarlo con sus propias palabras.

Hugh es mi marido (el nombre es ficticio, obvio) y es abogado de profesión, ingresó a la obra un poco mas tarde que lo mencionado en estas páginas donde el promedio son 15 años; él tenía 17 para 18 y se encontraba finalizando su escuela secundaria. Llegó allí por mi extinto suegro, que era supernumerario y dedicó la mayor parte de su vida a soñar con un hijo sacerdote o con un hijo dentro de la opus como numerario. Mi suegra atea como una piedra (ahora no tanto, hemos logrado que al menos crea en un Ser Superior) le llevó la contra toda la vida y de tres hijos "cayó" solo el mayor, mi esposo. No podemos explicarnos cómo, pero ese par de viejos estuvieron casados felizmente 30 años siendo el agua y el aceite, con alguna que otra pelotera por temas religiosos pero con un telón de fondo de mucho amor y con tres hijos varones que son verdaderamente joyas.

Como les contaba, Hugh estaba en el último año de secundaria y tras años de insistencia del padre aceptó asistir a una charla de la que volvió muy contento y bastante "enganchado". Según me cuenta, vio un ambiente sano y contrario a lo que escuchaba decir a su madre "los numerarios no parecían marcianos sino buenos tipos felices en lo suyo". Tras asistir a un ciclo de varias conversas con el sacerdote y reuniones semanales solicitó su incorporación como asociado numerario de la obra. Hasta allí todo parecía ir bien, excepto por un detalle: Hugh era asmático (medicado y controlado desde hacía casi 10 años) y eso pareció no gustarles, por lo que le dijeron que en lugar de ser numerario, convenía que fuese agregado que era casi lo mismo pero residiendo con la familia de sangre.

De todos modos ingresó con gusto, comenzó los cursos y sin saber nada de las obligaciones que le venían encima además del estudio en la universidad. Lo primero que le objetaron fue su carrera, decían que estaba en mejores condiciones de seguir filosofía o ciencias de la comunicación. Como su papá era abogado y él dijo que realmente le gustaba el derecho, aceptaron y comenzó a estudiar hasta su graduación cinco años y medio después. Fueron cinco años de desgaste tanto físico como emocional, por un lado le exigían eficacia y empeño en el estudio y por otro lo abrumaban con encargos, cursos, retiros, charlas, asistencia espiritual, oraciones, meditación, misa... iba y venía como un loco de la casa a la universidad, de la universidad al centro, al campo, a visitar a fulano o a mengano ¡no daba abasto! Perdió peso, se puso irritable, las normas se le hacían detestables e ilógicas y llegó un punto en que no pudo más, su asma volvió a jugarle una mala pasada después de años.

Viendo su cuadro clínico, los directores resolvieron "premiarlo" con menos actividades y una recomendación para un trabajo en una consultora, donde nos conocimos. Él acababa de finalizar su carrera y yo estaba a punto de finalizar la mía como economista, en una universidad católica pero de ideario mucho más liberal.

Si alguien dice que no existe el amor a primera vista, está equivocado. Nos vimos y fue como si nos conociéramos de toda la vida, conversamos mucho el primer día de trabajo y yo sentí algo dentro mío que dijo "con este hombre me quiero casar"; luego supe que a él le sucedió lo mismo y fue el momento en que tuvo la certeza absoluta de salir de la obra. Pero lo nuestro no fue un camino de rosas sino mas bien de espinas. Nuestro noviazgo se inició en la oficina y a escondidas de los demás. A los tres meses de conocernos falleció su padre y Hugh se deprimió mucho, se sentía culpable de esa muerte puesto que diez días antes le había dicho a su papá que pediría salir del opus porque no se sentía a gusto y porque había conocido una chica de la que se había enamorado. Nunca llegué a conocer a mi suegro, pero evidentemente era una persona de carácter fuerte y "de armas tomar" ya que al escuchar a su hijo le dijo que estaba "echando por la borda un futuro brillante, una vocación y una carrera prestigiosa por un par de tetas (textual)" y dejó de dirigirle la palabra. Murió sin que se pudieran reconciliar y eso aún no está del todo procesado por mi marido.

Tuvimos un "impasse" por el duelo y por las culpas que lo abrumaban hasta que la muralla de contención que se había auto impuesto cedió y literalmente ¡explotamos! Hablamos seis horas seguidas y convenimos en manejarnos con la mas absoluta transparencia y verdad. Nuestro amor era limpio y decente y no debíamos avergonzarnos de ello. Hugh fue donde su director y le entregó la carta de dimisión, le dijo que la decisión era irrevocable y que no le insistieran más, que estaba enamorado y que quería casarse. Le preguntaron si estaba seguro y si sabía lo que sucedía con los que abandonaban "el camino"; como les contestó que sí con firmeza y decisión le dijeron que debía esperar la respuesta definitiva porque nadie se iba así como así.

Sabíamos que la respuesta tardaría en llegar, pero nunca nos imaginamos que al mes de enviar la carta mi entonces novio perdería su trabajo. Sin mas explicaciones que "estamos haciendo rediseño de personal" se le pagó su dinero y se le despidió. Como mi trabajo era una pasantía, no me hicieron nada pero al terminar mi carrera simplemente no me contrataron ni me dieron certificado alguno de trabajo para agregar a mi currículo. Quedamos los dos en la calle con un título bajo el brazo y sin más apoyo que el de nuestras familias y amigos.

Los directores de la obra, ya convencidos que perdían a Hugh, volvieron a llamarle en el intento de ponerse en las buenas y con absoluto descaro le ofrecieron ser supernumerario, no aceptó. Le ofrecieron ser cooperador, tampoco aceptó y animándose les echó en cara todo lo que estaba sucediendo con su vida profesional, les llamó pérfidos, arruinavidas y vengativos. Ellos ni se inmutaron, solo sonrieron como me dijo él "con esa sonrisa que aprendí a detestar con el paso de los años, por lo falsa y gozosa de las desgracias ajenas".

Yo tuve mejor suerte ya que en mi universidad hubo una vacante y conseguí un trabajo de medio tiempo como ayudante de cátedra. Eso me permitió vincularme con otros docentes y a posteriori conseguir otro trabajo en un centro de investigaciones, eran dos sueldos pequeños pero dignos.

La persecución hacia mi novio no cesó hasta que cansados de tanta mugre y tanta maldad en gente que se decía "santa en medio del mundo" decidimos enfrentarles. A pesar de saber bien que la condición de prelatura personal les daba atribuciones para actuar a su aire sin rendir cuentas mas que al Papa, fuimos directamente al arzobispado a solicitar una audiencia y a comentar las "perrerías" que estaban haciendo con él al extremo que prácticamente no podía ejercer libremente su profesión. Nunca pensé que serían así, sabía que los opusinos eran gente "jodida" pero realmente no les imaginaba tan rencorosos y de tan mal proceder.

No pudimos hablar con el obispo porque estaba fuera de la ciudad por obligaciones pastorales, pero nos atendió un secretario muy cordial y sonriente (otra sonrisa, mas clara, mas generosa y frontal), nos escuchó, nos dio consuelo y nos prometió ver qué estaba sucediendo para ayudarnos al menos moralmente. Nunca supimos qué sucedió ni qué intercesión hizo ese sacerdote por nosotros, pero no había pasado un mes de la entrevista cuando a Hugh le salió trabajo en un importante estudio legal.

"Ellos" nunca mas dieron señales de vida, ni volvieron a molestar con llamadas a toda hora (mi suegra tuvo mucho que ver en eso ya que les cantó las cuarenta y hasta amenazó con denunciarles). Nos casamos como dije hace siete años, tenemos una hermosa niña de seis y ya mi marido tiene su propio estudio jurídico junto a un amigo de su hermano menor. He sintetizado y omitido detalles en el relato para no extenderme pero lo vivido, si fue para estar juntos y felices como hoy día, no fue en vano.

Lamentablemente no están cerradas todas las heridas y en mi esposo subyace el temor a que vuelvan a la carga o que intenten arruinar su profesión que va tan bien. Tampoco puede escribirles a ustedes (aunque le gustaría) porque teme expresarse o dar datos que puedan descubrir su verdadera identidad y así generar en alguno de ellos deseos de venganza, que ya vivimos bien de cerca que los tienen y que usan muy bien sus influencias para cristalizarlos.

Por lo expuesto y lo leído en los testimonios de la web, no puedo percibir ninguna santidad en la gente del opus. Puede haber gente buena dentro de la obra y no me caben dudas que habrán ingresado con buenas intenciones, pero los que tienen la sartén por el mango no son gente de fiar. He sufrido en carne propia su goce del poder, su tráfico de influencias y cómo son capaces de apelar a cualquier cosa (y cuando digo cualquier cosa, es CUALQUIER cosa) con tal de lograr sus objetivos, incluido el de arruinar vidas. Se jactan de ser muy piadosos pero actúan como seres sin piedad y sin comprensión; se consideran intelectuales superiores pero actúan con los métodos más bajos cuando alguien pretende vivir sanamente fuera de su "Manual de Instrucciones" escrito a su conveniencia y comodidad.

Por esto también no entiendo la actitud de José Carlos el inefable, que a pesar de haber sido ECHADO por la puerta de atrás como él mismo dijo (lean sus mails que está bien clarito, no fue salida voluntaria sino que "lo fueron"), sigue defendiendo una institución que no le aceptó como él era. ¿Qué si lo hicieron santo a Escriba, qué si los opusinos tienen rodeado, mimado y consentido al anciano Papa? Eso no exime a la obra de ser una institución que no tiene líneas madres santas sino un fundamentalismo atroz, creada para convertirse en los "primus Inter pares" de la Santa Sede y no para atender las necesidades de la gente como expresa la doctrina social de la Iglesia. A lo largo de la historia de la Iglesia hay muchos acontecimientos y personas que dejaron mucha tierra bajo la alfombra ¿O la Santa Inquisición, Borgia y el torturador Torquemada no fueron "los de arriba" dentro de la estructura eclesial? ¿No gozaron acaso estos réprobos e inquisidores de todos los consentimientos y favores de la jerarquía en un determinado contexto histórico? ¡Entonces no me vengan con la excusa de la tolerancia y comprensión con una institución solamente "porque es de la Iglesia y su fundador se ha canonizado santo"! Pues, ¡disfruten de su poder en la tierra porque cuando tengan que rendir cuentas ante Dios no podrán poner excusas, ni habrá santa coacción ni santa intransigencia, solo quedarán desnudos frente a la Verdad Revelada que seguro no es la que predican ni practican!

El mensaje de José Carlos del lunes (y también el del miércoles) es una enumeración de excusas inaceptables en una persona adulta, profesional y según el mismo se considera: bien formada. Excelente la respuesta de Aquilina, coincido con ella al 100% aunque yo no me llenaría de rabia sino que me sentiría muy feliz de poder vivir mi vida y mi cristiandad sin el cepo de un vulgar "Manual de Instrucciones" como dije antes. Lo que realmente harta de José Carlos es su tozudez y repetición robótica de "sólo hace falta haber visto el Opus Dei hecho como debería ser (a grandes rasgos) en un solo lugar, para saber que un Opus Dei así es posible" y sus estúpidas y almibaradas anécdotas de "la vida en familia" como si se tratara de los Ingalls. Y aunque fuese verdad lo que él cuenta, representaría solo una leve EXCEPCIÓN ya que otras prácticas horrendas y medievales como el cilicio, las disciplinas, las mujeres durmiendo en tablas y fregando para los varones, las auxiliares tratadas en régimen de cuasi esclavitud, el index de libros prohibidos, etc. etc siguen existiendo en todo el opus y sobre eso nunca lo he visto hacer un solo comentario en contra. ¿también está de acuerdo con esas reverendas hijaputeces que se hacen al interior de la obra en contra de la dignidad humana? ¿o en su "centro extraplanetario" donde vivía junto a los Ingalls y nadie peleaba, se lavaban y planchaban la ropa, fregaban sus pisos y sus baños, se preparaban la comida, no usaban los instrumentos de tortura y se daban el besito de las buenas noches como el Topo Gigio antes de ir a dormir?¡Pamplinas! ¡Puras pamplinas de un ser incapaz de aportar algo sano para que se dé un cambio real y provechoso, si es que vale la pena que la obra cambie! Si realmente se quiere mejorar una institución debe prevalecer la verdad ante todo, y si la verdad no sale por las buenas, debe salir por medio de la denuncia, de los medios, de Internet, o de recursos judiciales ¡que salga! Eso es bíblico: se llama "separar la paja del trigo". Del mensaje de José Carlos advierto sin embargo, al menos una pequeña luz de sensatez en el final:

Quizá me equivoque; quizá todavía esté secuestrado en una órbita en la que no he aprendido a pensar por mi cuenta; quizá esté anclado en una concepción de la Iglesia estrecha o tradicional; quizá, con los años y la experiencia, me abra a otras miras. Pero ahora mismo, en la presencia de Dios, habiendo oído las opiniones divergentes de amigos de la web que respeto y de cuya rectitud de intención no me cabe duda, esto es lo que hay.

Sinceramente me tomó por sorpresa, no esperaba un reconocimiento de esta naturaleza. No me caben dudas que todavía tiene el pensamiento secuestrado y teme pensar por su cuenta, que se resiste a aceptar la verdadera misión de la Iglesia que es la evangelización y la opción fundamental por los pobres porque tiene una concepción estrecha y tradicional donde solo cabe rezar mucho e ir a misa todos los días. Pero entonces, amigo José Carlos...a no verter comentarios en defensa de lo indefendible, a no justificar mediante una visión corporativa verdaderas atrocidades que se cometen dentro de una institución anteponiendo el nombre de Dios, sea porque "no es de buen espíritu" o por que no conviene que se sepa, y porque es mejor matar al cartero en lugar de hacerse cargo de la mala noticia. Cuando se reconoce la inexperiencia de vida, cuando se reconoce la incapacidad para pensar por sí solo; lo mejor que se puede hacer es vivir dignamente, cerrar la boca y guardarse las opiniones (positivas y negativas) para el momento en que se sienta maduro, seguro y sobre todo: libre.

Un cariño muy grande de mi marido y en el mío propio

Adri







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