Emoción, razón y manifestar la opinión. Para Spiderman y otros.- Daniel M.
Fecha Monday, 22 October 2007
Tema 140. Sobre esta web


Agradezco con algo de retraso la carta de Spiderman del miércoles 17 y sus ideas, y que no he podido responder antes por asuntos profesionales. Al leer su carta pensé que la razón y la emoción son aspectos inseparables de la personalidad. Por ello, no veo posible esa separación tan radical que hace, hasta el punto de contraponerlas. Parece que trata de anular el valor racional de un escrito por una aparente falta de valor emocional. No creo posible que se pueda anular el valor de la lógica o de la razón, otorgando un valor desmesurado y desconocido a la emoción. Cito a Ignacio Morgado, catedrático de psicobiología, autor de “Emociones e inteligencia social. Las claves para una alianza entre los sentimientos y la razón” Ed. Ariel. (Pág. 132, 143 y144): ...


 
“Si a veces hay que “morderse la lengua” para no decir lo que pensamos es porque los centros emocionales y los racionales del cerebro están compitiendo para controlar nuestra conducta. Es cierto que no siempre resulta fácil, pero está comprobado que la voluntad puede ser adiestrada para controlar la expresión emocional. También es cierto que cuando se reprime la expresión de las emociones la procesión sigue por dentro, es decir, no se reduce el sentimiento, que puede incluso aumentar. Pero la mejor manera de evitarlo no consiste en sentirse libre para dar el puñetazo en la mesa, algo que hay que tratar de evitar siempre, sino en utilizar la razón para tratar de ver las cosas de otra manera o generar otras emociones incompatibles y adaptativas. En todo caso, el consejo de Gracián (Baltasar Gracián, autor de “El arte de prudencia” de 1647) es el siguiente “Cuando uno se siente alterado, la cordura toca retirada” (Af. 287)”.
 
La Razón promueve la empatía.El  sabio se pondrá en el lugar del otro y examinará los motivos del contrario” (Af. 294)
(…) Habrá constatado igualmente el poder de la razón para generar empatía, para meternos en la piel del otro. Muchas, muchísimas veces, ésa es la mejor, si no la única forma de viendo las cosas de otro modo, comprender la conducta ajena. (…) La empatía es una forma de comunicación que potencia la solidaridad, el entendimiento y el bienestar de las personas. Un uso correcto de nuestro cerebro racional debería conducirnos siempre a ella.
 
Creo que estas citas –y la lectura del libro, que recomiendo- puede ayudar a entender bien mi última carta del lunes 15. También sirve de marco intelectual para comprender las disputas que mencionan Spiderman y Josef Knecht en su magnífico escrito del viernes 19. Citaré una breve parte de un proceso jurídico incoado, tramitado y finalizado hace dos mil años. Este juicio tuvo lugar en lo que hoy es Israel, en la ciudad de Jerusalén y el reo es un profeta llamado Jesús de Nazaret. El Alto Tribunal que le juzga es el Sanedrín del pueblo judío presidido por el Sumo Sacerdote, Caifás. (Evangelio de S. Marco, 26, 63-68)
 
Entonces el Sumo Sacerdote le dijo: “Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios”.
Jesús le respondió: “Tú lo has dicho. Además, os digo: a partir de ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo”.
Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y dijo: “¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece?
Ellos respondieron: “¡Es reo de muerte!”.
Entonces comenzaron a escupirle en la cara y a darle bofetadas; y los que le abofeteaban decían: “Adivínanos, Cristo, ¿quién es el que te ha pegado?”.
 
Veamos en un diagrama la secuencia temporal de la comunicación, emisión de mensajes, recepción, y posteriores mensajes (o reacciones) en esta escena.
 PERSONAJE (1)     MENSAJE (1)             PERSONAJE (2)             MENSAJE(2)__
 
Jesús ----------------su Verdad-------------Sumo Sacerdote --------------descalificación---
 
PERSONAJE (3)     MENSAJE (3)_____ PERSONAJE (4)      ____MENSAJE(4)__
 
Resto Tribunal----condena a muerte------los presentes----------escupir, insultar a Jesús.
 
Vemos algo que para cualquier conocedor de un proceso jurídico, sorprende. Y es que el reo no miente, no busca excusas, no intenta eludir la condena. Hace todo lo contrario, proclama una idea o da un mensaje que provocará una cascada de reacciones emocionales adversas que se iniciarán en el insulto y llegarán a la agresión física hasta la muerte. Para el reo parece más importante decir la Verdad que salvar su propia vida.
 
Spiderman, cuando yo comencé a razonar que se necesitaban críticas desde el campo de los creyentes dirigidas al Opus, ya me imaginaba que tipo de reacción habría por parte de algunas personas. Pero si soy católico debo seguir el ejemplo de quien es mi modelo, y consideré que decir la Verdad prevalecía frente a cualquier insulto. Ofensas, ironías y burlas que han sido constantes desde el primer día. Otra cita que puede servir para que me explique mejor:
 
El Pontífice, preguntó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina. Jesús le respondió: “(…) ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me oyeron de qué les hablé: ellos saben lo que he dicho”.
Al decir esto, uno de los guardias presentes le dio una bofetada a Jesús, diciendo: “¿Así respondes al Sumo Sacerdote?.
Jesús le contestó: “Si hablé mal, da testimonio de lo que esté mal; pero si bien, ¿por qué me pegas?
 
Fíjate que en Jesús predomina la manifestación de su Verdad, incluso frente a cualquier reacción adversa emocional de sus oyentes. Yo también opino que el derecho de decir la verdad predomina frente a las reacciones insensatas y violentas (insultos, ironías, ofensas, descalificaciones) de los que puedan recibir ese mensaje. Así que ¿cuál es el aparente fallo “emocional” de mi carta del viernes 15 de octubre, la que dirigí a Agustina? Ninguno. Pues ya había sopesado en mis correos las reacciones posibles y antepuse a todas la defensa de lo que consideraba verdadero (en algún caso verdad con mayúscula pues era la de Jesús, que no mía).
 
A E.B.E tengo que decirle que yo no empecé a insultar a nadie. Sólo manifesté mi opinión. Y que exponer una Verdad no tiene porque ofender. Tampoco he perdido serenidad en ninguno de mis escritos. Frente al insulto y descalificación constante, especialmente de emevé –creciente en todos y cada uno de sus escritos hasta el patético del lunes 15- me limité a ironizar sobre su pretensión de calificar mi interioridad… La balanza no se inclina del lado de mi platillo. Está notoriamente hundido por el lado de quien insulta obstinadamente desde otro continente. Eso sí con la anuencia y amiguismo de quien se puso de su parte, sin el menor sentido de justicia.
 
Así que no ha habido ninguna reacción airada. Aparte que son bastantes días recibiendo insultos. Y mira, para aclararte, este foro no es “aconfesional”. Sea quienes están fuera de la Iglesia –al pan, pan, y al vino, vino- o dentro de Ella, las críticas se dirigen hacia una institución de una confesión religiosa muy concreta. Hasta tal punto, que no procede las críticas de miembros de otras religiones. Me sorprende que critique una pretendida falta de humanidad de mis escritos. Manifestar una supuesta ortodoxia, simplemente que soy católico, es para ti algo que agrede. (¡!) Eso si, no le das ninguna importancia a cualquier tipo de insultos que me dirijan. Utilizas un doble rasero muy peculiar. Pues eso no es ser justo. ¿Por qué no haces un esfuerzo en aplicarte la regla de oro a ti mismo/a?
 
Isabel Nath también aporta sus ideas el lunes 15. Con una ausencia total respecto a cualquier mención de todos los insultos que he recibido, me critica con cierta extensión. Me parece su exposición, también con todo respeto hacia ella, un ejemplo más de la ley del embudo, ancho para unos y estrecho para otros. Ancho para permitir insultos (los de emevé y otros hacia mí) y estrecho para ni dejar que yo conteste. No le veo sentido de justicia o equidad, ni siquiera al nivel básico de la “regla de oro” que sirve tanto para católicos, como para creyentes de otras religiones, o incluso para los que no creen en nada (pero viven en este mundo creado y formado mayoritariamente por creyentes desde que el homo sapiens apareció en este planeta). Ah, y el correo de Ramón que alude aparte de  manifestar un gran desconocimiento de la historia de la guerra civil española, cae repetidamente en aplicar criterios emocionales para descalificar razonamientos, lo cual es una forma muy errada de razonar.
 
Me parece muy bueno el escrito de Josef Knecht. Solo disiento en su idea de la utilidad de las críticas de quienes están fuera de la Iglesia. No los veo ni siquiera como el veneno en el océano….por otra parte, una muy buena metáfora. Comparto con él la necesidad de un control adecuado por parte de instancias superiores de la Iglesia en lo que es el funcionamiento de la prelatura. Una especie de figura –externa y no sujeta a control del Prelado- que garantice la inexistencia de perjuicio alguno a cualquier miembro. Y a la que incluso pudiera acudir cualquier ex-miembro si fuera necesario. Agradezco su tono conciliador y de unir posturas, respecto a quienes escriben en la Web. Como él, considero que si hay una espiritualidad vocacional en el Opus Dei. Como en los jesuitas, franciscanos, dominicos, benedictinos… todos siguen las enseñanzas de sus fundadores respectivos. Por tanto el Opus Dei –que intenta que sus miembros se identifiquen con el pensamiento y obrar de S. Josemaría Escrivá- es también una espiritualidad vocacional (y asociativa como las ya citadas) y el hecho de recibir una “misión” al ser erigidos como prelatura no destruye la sustancia de su vocación, como tampoco lo hace el hecho de no efectuarse votos.
 
Gracias, Miguel_C por tu apoyo. Y a todos los que han aportado ideas interesantes, y no insultos (que por otra parte sólo sirve para que desafortunadamente se retraten).
 
Daniel_M.






Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=10905