La soledad sonora.- Amandus
Fecha Friday, 19 October 2007
Tema 040. Después de marcharse


Me he quedado "pensativo" con el escrito de Pensativo y quiero escribir algunas reflexiones, tal vez inconexas. Hay dos tipos, creo, de soledad, la "obligada" y la "buscada". La primera, vista así tal cual, parece dura. La segunda es altamente beneficiosa.

Cuando nos desvinculamos de la prela, una de las primeras "obsesiones" de todos, como de la mayoría de los humanos, es la búsqueda de la media naranja dado el pánico a enfrentarse a sí mism@s. La dificultad estriba, muchas veces, en la nula formacíón afectiva recibida en aquel lugar. Por eso, sales y vas dando palos de ciego: !ay, ésta no me hace ni puto caso, aquel pasa de mí, a esta otra le hago tilín pero ella no me va, este es un plasta,... y así hasta el infinito!Luego te vas autoconociendo, de una forma libre, real, sin intermediarios, descubres los pequeños y grandes placeres,... y poquito a poco vas aprendiendo a quererte y respetarte, descubres que eres una personita, que tienes sentimientos, etc y que sabes dar y recibir amor.

Y, a veces, tienes la impresión de que se te ha pasao el arroz y que te vas a quedar pa vestir santos. Me atrevo a decir que, dada la magnitud de la experiencia vivida allá dentro, tenemos más recursos que el resto de los humanos para salir adelante y reírnos de todo. Es algo así como que en las dificultades la persona se crece y madura. Hemos tenido que empezar prácticamente de cero, algun@s a una edad no fácil para emprender nuevos proyectos vitales. No sé si me hago entender. Intento explicar que la soledad en sí no es mala ni dañina sino todo lo contrario. ¿Cuántas personas, aparentemente bien acompañadas con pareja, familia, éxito profesional, amistades, etc. están en el fondo de su ser más sol@s que la una? Además, qué puñetas! ¿no nacemos y nos morimos solos, completamente solos? Si un@ no sabe estar solit@, difícilmente sabrá estar acompañad@. Y acabo, como Pensativo, prefiero esta soledad de hoy, libérrima, serena, amable, agridulce, antes que aquella pseudocompañía angustiada, ruidosa, hipócrita y despersonalizadora que nos tocó vivir. Esta soledad de hoy es sonora, aquella era sorda.

Amandus









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