La dispensa no es gratis.- E.B.E.
Fecha Thursday, 04 March 2004
Tema 020. Irse de la Obra


La dispensa no es gratis (de E.B.E.)

Alfredo, entiendo tu planteo y te agradezco tu intervención porque permite ampliar el tema y llegar a otras profundidades.

Creo que si por un problema de escrúpulos uno va a "pactar" con quienes cometieron un tremendo fraude, la verdad, no parece la mejor manera de "cerrar el pasado".

Casi se podría decir que si pediste la dispensa, no hay reclamo que valga ni queja que plantear y que toda crítica posterior implicaría una traición a ese acto de solicitud (me refiero por supuesto a los casos en que las personas podían tener conciencia clara del fraude que les significó la Obra en el momento de pedir la dispensa, cosa que sucede difícilmente, por eso no considero este planteo de manera "retroactiva" sino mirando para adelante, para las nuevas generaciones).

Es lo que, en el fondo, hace la Obra: a quien se va se le dice que la Obra ya no es su tema, que no tiene por qué meterse. Y pensándolo desde este punto de vista, la Obra tendría toda la razón... si no fuera porque el acto está viciado en su origen.

Quien rescinde un contrato, no creo que pueda tener mucho derecho a reclamar nada luego.

Por eso posiblemente la Obra presenta la dispensa como algo necesario para el miembro que se va (plantea el pecado mortal y fomenta los escrúpulos) porque le conviene en primer lugar a la Obra tener la prueba de la cancelación del contrato.

Si hay escrúpulos, lo mejor será tratar esos escrúpulos de la manera que sea (con dirección espiritual o con terapia o las dos cosas). Pero una cosa son los escrúpulos y otra los derechos. Si curas tus escrúpulos al precio de la dispensa, entonces se pierde muy probablemente todo derecho a reclamar nada. Me parece difícil obtener las dos cosas.

Yo reconozco que no presento mi planteo como "el único válido". Ni pretendo que sea un consejo: es un razonamiento. Se pueden hacer otras cosas, salvo pactar sin costo alguno. Si para curar los escrúpulos, uno acude al mismo Opus Dei, me parece un asunto complicado. Si acudieras a la Santa Sede (otra de las opciones entre tantas), ahí me parece más sano.

Cada uno puede tranquilizar su conciencia como quiera, pero siempre tiene un costo, de una manera o de otra.

Alfredo, este es mi parecer.

un abrazo,

E.B.E.







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