Disputas e insultos.- E.B.E.
Fecha Wednesday, 17 October 2007
Tema 140. Sobre esta web


Hay un concepto de ortodoxia que necesariamente pasa por la exclusión del otro. Es decir, para definirme ortodoxo, necesito definir la herejía y en lo posible señalar al hereje. Sin hereje y sin herejía no hay santidad según esa concepción, pues no habría modo de diferenciarse. «Todos buenos no, alguien tiene que hacer de malo», decía Felipe en una de las tiras de Mafalda donde jugaban a los vaqueros. La ortodoxia no puede convivir pacíficamente con la heterodoxia y/o herejía: debe combatirla. La religión como combate es una de las tantas interpretaciones del Evangelio. Es el espíritu de la Contrarreforma. Y en mi opinión, esa ortodoxia es bastante heterodoxa.

El reclamo de Daniel por respeto y educación es plenamente razonable. Pero hay que tener en cuenta que no sólo se agravia o maltrata con palabras creadas para ese uso (insultos). También es posible despreciar, humillar e injuriar mediante argumentos racionales de la más alta categoría académica.

Y en este sentido me parece (pues no he seguido los mails con rigurosidad cronológica) que el cruce con Emeve empezó por ti Daniel (por eso me dirijo a ti). Sientes que debes combatir la «heterodoxia» y saliste al cruce, armado con la espada de la doctrina (14/9).

Creo que nunca la insultaste, pues no es tu estilo. Pero de manera muy elegante le dijiste a ella (y a un gran porcentaje de la población mundial) que es digna del infierno, al mejor estilo de Escrivá. ¿Y te sorprendes de que tus educadas palabras provoquen reacciones? Lo tuyo no fue un insulto personal. Fue una sentencia de muerte general (cfr. 1/10).

En la carta de Emeve del 8/10 no veo agravios aunque tal vez haya un tono que pueda resultarte impertinente, que en realidad procede de la comprensible indignación frente a tu condena indiscriminada.

Es complicado que hables de tolerancia y democracia cuando anteriormente has empuñado la espada de la ortodoxia combativa. Primero condenas la «heterodoxia» y luego pides respetar tu opinión y libre expresión. Convengamos que es contradictorio.

Empleas contra Agustina un tono más elevado que el utilizado por Emeve hacia ti. O sea, no estás en posición de exigirle nada a nadie en nombre de una serenidad que has perdido. Serenidad que te permitiría leer de otra forma el mail de Agustina y aún el de Emeve: ves fantasmas donde no los hay. Y no ves la severidad que tú aplicas a los demás.

Creo que te pusiste a pontificar en un foro no confesional y luego has reaccionado airado a las reacciones que has provocado. Si quieres que los demás se disculpen, creo que corresponde que te disculpes tú por esas dos maneras de proceder desafortunadas. Y en realidad no importa que los demás se disculpen, lo importante es ser bueno uno mismo.

Tus escritos sobre temas jurídicos son muy interesantes. Creo que en eso coincidimos todos. Pero ponerte en este foro a combatir la «heterodoxia», creo que no es nada conveniente.

***

Un insulto personal tiene menor alcance que situarse en el lugar de “doctor de la ley” y a continuación ponerse a condenar a los demás. Aunque te parezca difícil de aceptar, esto es lo que has hecho tú, Daniel.

Juzgar y condenar de manera general e inapelable las conciencias de los demás es una forma de agravio peor que un insulto verbal, por su carácter abarcador y totalizante (especialmente para quienes han sufrido en sus conciencias la tortura moral de la Obra).

Hay una concepción fiscal de la religión, semejante al pago de impuestos: el que no cree es lo mismo que el que no paga impuestos. No creer, entonces, no es una opción válida sino condenable. Y pagar impuestos es algo molesto pero necesario para vivir dentro del estado de derecho (“salvarse”). Quien ve en el ateísmo una comodidad, posiblemente vea en la religión una incomodidad. Y la acusación hacia el ateísmo no sea sino tal vez producto de una enmarañada envidia, en la cual el ateísmo no tiene participación alguna.

Hay mucha severidad en tus palabras Daniel, mucha lógica pura. Juan Pablo II hablaba de ser «expertos en humanidad» para ser evangelizadores. A tus razonamientos les falta un cuerpo de carne y hueso. Cuando se encarnen, podrás descubrir todo un mundo más allá de la ortodoxia racional.

Saludos,
E.B.E.









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