El manjar de los burros (Cap.5 de 'Bajando de la nube').- Flanpan
Fecha Wednesday, 03 March 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos



EL MANJAR DE LOS BURROS: LA OBRA NO CAMBIARÁ

Cap.5 de 'Bajando de la nube'
Por Flanpan


No sé si algunos de los más leídos o escribidos de esta grata tertulia recordarán el origen de la parábola, fábula o lo que fuese, sobre el festín del caballaje en las cuadras de un palacio. Era algo así:

Era que te era, una fastuosa fiesta en un fastuoso palacio. Acudían gentes ricas y famosas a bordo de sus estupendos carruajes tirados por fermosos ejemplares equinos. Los caballos, mulos y burreríos quedaban relegados a las cuadras, mientras sus flamantes dueños subían las escalinatas de palacio...

y se zambullían en una orgía... (perdón) ... se introducían en los maravillosos salones poblados de variadísimos bufetes de montaditos de lomos, tintorro gran reserva, pata negra del mejón, angulillas de verdad, pastelitos de pitiminín y capuchinos con bombones, que iban degustando entre baile y baile, de salón en salonete, mientras sonaban las orquestas, que varias había... y de lo mejorcete.

Pues bien. Escuchando estaban la algarabía, las mulas y jacas de la caballería, encerradas y sin poder moverse de sus pesebres, mientras alfalfa comían y comían, cuando una de ellas dice a las otras, a tenor de la música referida: ¡Hay que ver lo bien que se lo deben estar pasando nuestros amos! ¡Cómo de alfalfa deben ponerse! ¡En qué estupendos pesebres deben recostarse este día!

Esto viene a cuento de que cuando uno está inmerso en la santa Causa, es incapaz de vislumbrar la mugre que se está comiendo (a veces: que no todo lo es) y lo rico y saludable que puede ser otro tipo de alimentación.

Sólo cuando uno está fuera puede apreciar en su verdadera magnitud lo bueno y lo malo de la Causa, asombrándose de lo tonto y crédulo que ha sido al pensar que los mejores manjares se reducían a alfalfa y más alfalfa.

Creo que queda muy claro que no me estoy refiriendo a que dentro de la opus uno es un reprimido y que al salir de allí uno descubre los placeres de la carne y de la vientre. Me refiero a la cerrazón mental que la Formación y el Ambiente opusinos nos imponían. Esa cerrazón mental agrabada en las personas que, como yo, desde la más tierna infancia estuvimos inmersos en ese ambiente y que a partir de los 14 años ingresamos bajo la tutela del Sanfundador. Esa cerrazón que hacía que pensáramos que nosotros éramos los elegidos, el resto de Israel en medio de un mundo que se apartaba de Dios. Esa cerrazón que nos hacía mirar por encima del hombro a los chicos que acudían a reuniones de la parroquia, a los curas que "no iban de sotana", a los colegios de religiosos "vendidos a la secularización"... a todo el mundo, en definitiva, que no fuera Nosotros.

Los opus no salen de sus cuadras mentales. No salen porque no se les deja salir. Pienso que ni siquiera se les deja escuchar la música del palacio. Y por ello acaban pensando que el mundo ES como ellos piensan que es. Y piensan que la Obra es de Dios, y que todo es divino, y todo lo que vino por Sanfundador es palabra de Dios. Amén. Amén.

Cuando estás dentro esto es así. No hay margen para la disensión porque a la gran mayoría ni se le pasa por la cabeza que las cosas puedan ser de otro modo. Sin embargo siempre hay algunas mentes más preclaras (la mía no: yo fui un burro durante 17 años antes de salir y durante muchos años después de egresar), como las de D.Antonio o las de algunos que estáis aquí. Siempre hay algún burro -con perdón- que se atreve a levantar la voz y reconoce que hasta un bocata de lomo con pimientos está mejor que la alfalfa. Y eso no se puede consentir. No se puede permitir que un burro alborote el establo.

Si no recuerdo mal, el libro "Juan Salvador Gaviota" (habría que ponerlo en los libros que pueden ayudar) era un libro "desaconsejable". Recuerdo haberlo leído a los 15 años, y no entendí cuál era la razón de su maldad. Más tarde me di cuenta de que el que una gaviota se separe del resto y no haga lo que todas han hecho siempre (ese es el resumen del libro... que yo recuerde) es un ejemplo funesto, algo que no se puede permitir en la santa Causa.

Así las cosas, veo muy difícil que la Obra cambie.

Revolución interna nunca habrá: la gran mayoría ve su alfalfa como lo más y lo mejor; una pequeña minoría que se da cuenta de que "hay algo más" o de que las cosas "deben ser de otro modo", se ve relegada al ostracismo, a la reclusión o a la expulsión.

Revolución desde arriba es muy difícil. Los que han llegado arriba tienen tal panzada de alfalfa y de sanfundador, que están convencidos de que lo que hacen es lo bueno. Peor aún: creo que están convencidos de que hacen lo Mejor, y que no hay otro modo más optimo de hacer las cosas.

Revolución desde fuera: Nosotros. Nosotros no existimos. No somos nadie. De ser algo, somos unos Resentidos, unos Crápulas, unos Soberbios, unos Mentirosos y Calumniadores. Con estas etiquetas nadie nos va a invitar a un Congreso General.

La santa Causa no va a cambiar. Pienso que sí se pueden producir algunos ajustes, que se ponga un poco de aceite de oliva a la alfalfa (se dirá que es un cambio debido a que se ha descubierto que potencia el sabor de la alfalfa; no se dirá que era a causa de que la totalidad de la burrería llevaba años sazonando la alfalfa, y que "quedaba mal" que no se hiciera lo mismo). Las numerarias acabarán fumando, los curas vistiendo "cleirman" en las tertulias y todos los numerarios utilizarán móvil. Pero harán todo eso dentro del "pensamiento único". Serán nuevos ingredientes de la alfalfa.

No hay más que ver a los Miembros que de vez en cuando nos visitan, o a los simpatizantes bienpensantes: rezuman alfalfa por los cuatro costados. Les es imposible aceptar que haya cosas negativas en su Establo o en su Menú. No puede ser y ya está. Todos los que no estamos en su Establo somos unos pobrecitos sin razón, sin sentido, sin verdadera comprensión de la Existencia y del Mundo. Y por supuesto resabiados: muy resabiados.

Desde fuera, desde el palacio o desde las chabolas, seguiremos viendo con risa (o con pena) los establos donde esos pobres mulos se creen que su cuadra es el mejor sitio para vivir y para morir.

Mientras tanto, los que estamos fuera y estuvimos dentro, seguiremos disfrutando del mayor regalo que hizo Dios a nuestra naturaleza: LIBRE ALBEDRÍO. Ojalá sepamos administrarlo para el Bien, y en el Juicio Dios nos diga: Tú si que eres obra mía.





Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=1078