Para mí Dios es Padre, la Iglesia madre. Sobre los escritos de Daniel.- Armando
Fecha Wednesday, 03 October 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Estimado Daniel M y todos.

 

He seguido con mucha atención los argumentos que has publicado Daniel M sobre la diversidad de tópicos referentes al ser creyente o no creyente, en muchos estoy totalmente de acuerdo contigo, porque me parece que la lógica que sustenta los mismos está bien fundamentada, por lo cual celebro tu intervención en esta página y tus aportes que han contribuido a un debate sumamente interesante sobre la cuestión de los creyentes y no creyentes, tema nada ligero y que lleva siglos discutiéndose, ahora en esta forma, antes en grandes Concilios, debates y coloquios. Asimismo valoro muchísimo tu visión de la Fe desde la perspectiva de un converso la cual difiere obviamente de los bautizados desde nuestros primeros días de existencia, dicho en pocas palabras, la frescura de tus ideas en cuanto a la defensa de la Fe, contrasta con nuestra visión de la misma dada nuestras circunstancias, y me incluyo en estos últimos porque es donde me siento más identificado.

 

No obstante, aún con la erudición que se aprecia en tus escritos que son muy bien redactados, me queda una duda o varias dudas sobre la construcción lógica de tus argumentos...



Aclaro que es en cuanto a la forma de articular tus ideas  y no se trata de un ataque a tu persona, porque admiro tu coherencia de vida en cuanto a la Fe. La primera idea es en cuanto al mensaje de Salvación que culminó con la Revelación de Cristo, a mi entender en el Antiguo y Nuevo Testamento hay una especie de parte aguas –perdona que me exprese así - que está determinado en la figura de Jesucristo, cuyo punto esencial es la presentación por decirlo de alguna forma de Dios como Padre, algo sumamente novedoso en la historia de la humanidad y que constituye el culmen de la historia de la salvación.

 

Ninguna cultura, ni antes ni después, ha presentado a Dios como Padre, pero aquí viene la novedad del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, es que nos comunica que Dios es Padre si pero amoroso. Esta idea central que es el verdadero núcleo del cristianismo –en mí entender- implica muchísimas cosas que fueron reveladas por Dios hecho Hombre, es decir, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad viene y nos dice cómo es Dios. Obviamente con signos, figuras, señales comprensibles para el intelecto humano, por lo cual lo que nos vino a revelar es la punta del iceberg de la verdadera grandeza de Dios, del verdadero Ser de Dios, de Dios como Verdad, insisto, solo una parte, porque si nosotros, con nuestro intelecto, poseyéramos la capacidad de comprender, entender y aprender de Dios en todo su Ser, entonces Dios deja de ser Dios y se convierte a la medida de nuestro intelecto, dejaría de ser entonces la Divinidad Suprema para convertirse en lo que Feuerbach –me meto en terrenos pantanosos lo sé- atribuía a la deshumanización del ser humano, al despojo de su ser para atribuírselos a un ser superior que llaman Dios.

 

Por lo cual, mi duda es ¿qué tanto podemos saber qué es lo que piensa Dios y la lógica que aplica para –en este caso- los no creyentes que lo son por apostasía?

 

La Iglesia como Esposa de Cristo se convierte en madre de los creyentes y depositaria  de la Revelación. Ahora bien, mi pregunta es la siguiente ¿qué tiene que depositar, lo predicado por Nuestro Señor Jesucristo íntegramente o las interpretaciones que se han hecho a través de veinte siglos?. Para mi humilde entender aquí está el quid del asunto, porque obviamente la realidad de Dios, el Ser de Dios es tan inconmensurable que no podemos pretender que sabemos todo lo que es Dios, la Iglesia guarda el depósito de la Fe  revelada por Jesucristo y aún con la custodia de manera celosa y cautelar, hay elementos que se han “colado” por decirlo de forma vulgar, a dicho depósito, interpretaciones que no van en sintonía con lo que Jesucristo dijo, sino con interpretaciones  de sus respectivos tiempos que se le han añadido para beneficio de unos cuantos del tiempo correspondiente.

 

Esto no es nuevo, viene desde el primer Concilio y por lo cual no debe asustarnos. Me parece que viene bien poner de ejemplo la controversia que surgió en torno a los planteamientos de San Francisco de Asís, es obvio que sacudió a los mismo cimientos de la iglesia jerárquica llena de oropeles y prebendas. Tú matizas bien este ser de la Iglesia conformada por hombres y la Iglesia como Esposa de Cristo, pero debe tenerse muy en cuenta a la hora de matizar especialmente con el tema de los no creyentes.

 

Pues bien, dicho esto paso al centro de lo que deseo manifestar como dudas digamos metódicas. He comentado o señalado que Dios es Padre, pero no es un padre veterotestamentario sino neotestamentario, es decir, es la imagen de lo que posteriormente constituye el padre dentro del cristianismo. Asimismo se afianza la idea que la Iglesia como esposa de Cristo es madre y yo lo veo así, pero es una madre dentro del esquema cristiano y no desde la perspectiva del oriente próximo de aquella época en la cual las madres daban a sus hijos para ser inmolados en el altar de Moloch.

 

A partir de aquí manifiesto entonces que no comprendo el por qué si la Iglesia es madre, si Dios es Padre, los no creyentes estén ya fuera de derecho alguno y más aún los que fueron y se han alejado u abandonado la Fe. Me pregunto ¿quiénes serían atraídos a la verdadera Fe con esquemas que los excluyen de entrada?. Insisto que son dudas metódicas, no ataques ni alfilerazos. Esto me hace pensar en las religiones étnico – políticas, en ellas no existía el proselitismo sino los que nacían en ella ya eran parte de la misma y constituían un núcleo de privilegiados que los hacia distinguirse de los demás. NO es el caso vamos, pero me hace traer a la memoria el pensar que los no creyentes deban estar excluidos de todo derecho por el simple hecho de no creer o de haber apostatado. En esto si estoy de acuerdo en cuanto a darle a cada cosa el verdadero nombre, de aquí deriva el poder de las categorías para el análisis de la realidad social, pero eso es otro tema.

 

Pongámonos en la situación de la Madre Teresa de Calcuta para mencionar a una contemporánea nuestra. Si el criterio es que solo los creyentes por el simple hecho de serlo son merecedores de derechos y los no creyentes y también los apostatas  por decir que no a la verdad revelada merecen ya la expulsión en esta tierra de la visión de Dios, entonces esta santa mujer junto con sus seguidoras deberían hacer una verdadera criba en sus centros de acogida, porque resulta que son muchísimos más los no creyentes, ateos, agnósticos y apostatas de la fe atendidos por ellas que los que creen en Nuestro Señor Jesucristo. Sé que el argumento contrario es el decir que la idea de ellas es la conversión, vale de acuerdo y ¿si no se convierten?. Es tremendo el querer pensar como piensa Dios, el poner en Su Mente lo que llevamos en la nuestra. Y lo digo porque al momento de querer responderme a mi mismo estos cuestionamientos, me da la sensación que quiero resolver las cosas según mi entender pero atribuírselo a Dios mismo.

 

Si hacemos un repaso a la historia de la Iglesia, encontraremos hechos como los señalados por Atomito con quien también concuerdo en varias apreciaciones de su escrito, pero a la vez hechos heroicos de personas santas que dieron su vida en defensa de la Fe, sin distinción de creyentes o no creyentes. Entonces, si la Iglesia es Madre, ¿por qué va a rechazar a sus hijos pródigos?. No entiendo de ser cierta está actitud, ¿qué hace entonces la parábola del hijo pródigo en las Sagradas Escrituras?.

 

Pongo el análisis en otra esfera que tampoco domino pero que igual ilustra lo que quiero decir y no hay forma que pueda plasmar de manera clara. Dejando de lado la parte espiritual digamos y jurídica de la Iglesia en relación con los creyentes y no creyentes, pasemos a la parte meramente humana. Uno de los grandes papas de la historia de la Iglesia y del siglo XX fue Juan Pablo II, es indiscutible su liderazgo, su visión del mundo y sobre todo, su conocimiento del ser humano. De acuerdo que él aprobó la prelatura y canonizó a Josemaría Escrivá, pero ese no es el tema, voy a la parte de la defensa que Juan Pablo II emprendió y dirigió durante todo su pontificado a favor de los Derechos Humanos.

 

Los Derechos Humanos son producto de la idea liberal surgida en el período de la Ilustración, por tanto, los Derechos Humanos están fundamentados en el liberalismo que a la vez da origen o nutre el Estado Liberal Moderno y por ende el Estado de Derecho. En el siglo XIX la Iglesia se oponía a ello y decía claramente que el que votara por X o Y partido estaba excomulgado, porque para la Iglesia de entonces el poder de los reyes era de origen divino. Todavía para inicios del siglo XX tal argumento se esgrimía, con los tratados Lateranenses esta postura sufrió un leve relajamiento, pero la oposición en grandes sectores eclesiásticos seguía en pie. Juan XXIII inicio a romper con este lastre del pasado y Juan Pablo II lo culminó. Durante todo este tiempo que va del siglo XIX hasta la actualidad, se han sucedido una serie de guerras, conflictos armados y tragedias humanas que claman al cielo. En todos esos episodios de la historia de la humanidad, la Iglesia ha estado presente con su ayuda, apoyo, aliento y arropamiento a las víctimas, sean estas creyentes o no creyentes, sean católicas, católicos que han dejado de serlo o no lo sean nunca del todo. Pero esto se produce en el siglo XX con más fuerza, momentos en que se han superado los esquemas anquilosados que se encuentran reflejados también en el Kempis que corresponde a otra época muy distinta a la actual.

 

Entonces, si lo que muchos de los ex miembros de la prelatura han denunciado a la Iglesia no es atendido, debemos argumentar o dar por válida la argumentación que se rechaza su petición por no ser creyentes o tratarse de apostatas. Es que vamos, esto se me hace más familiar al Sanedrín que juzgo a Nuestro Señor Jesucristo que a la Iglesia actual. No sé, pero necesito más argumentos para comprender a cabalidad si esto es así.

 

Por lo cual de ser cierto, habría que hacer un repaso a las presentaciones de Juan Pablo II en los diversos campos, países y personajes y revisar sus actitudes para juzgarlas a la luz de estos criterios, de tal cuenta, se puede tachar de error el que estrechara la mano de Yaser Arafat no una sino muchas veces, el haber abrazo a Fidel Castro, el mantener comunicación epistolar con Mihail Gorvachov, el haberse permitido saludar a las autoridades israelíes, el hablar constantemente con Vaclav Havel y en fin, una larga lista de personajes.

 

 Talvez no he sido claro y estoy convencido de ello, pero lo que deseo manifestar es que no comprendo por qué la Iglesia rechaza a personas que en su momento tuvieron la fe en Cristo Jesús, la han perdido pero que en el camino pueden volver a encontrarla. Y digo esto según el hilo argumental que manifiestas Daniel M en tus escritos, es decir, estoy procurando en la medida que me permite mi limitada capacidad de análisis, seguir el fundamento lógico que empleas en tus escritos para tratar de comprender esto y a la vez, colocar ejemplos que contrastan con el mismo.

 

Yo conozco a mucha gente que no cree en Dios, lo dicen, lo predican, lo proclaman, pero con sus hechos demuestran que creen en El, que tratan de encontrarlo y que en ese camino hacia Dios hacen un gran bien, mientras que conozco a muchos que dicen llevar a Dios en su corazón y en su camino dejan un lastre de dolor, envidias, rencores, resentimientos etc. Por lo cual, como decía mi abuelita que ya está en el Cielo, ella afirmaba que la Misericordia de Dios es tan infinita, que si la llegaremos a comprender aunque sea la mínima parte de una miga, nos dejaríamos de complicaciones teológicas. Una mujer que apenas hizo la escuela primaria, pero con una gran piedad.

 

Me tengo que ir al trabajo y no he llegado a nada, pero lo que tengo claro es, Dios es Padre y como tal  no rechaza a nadie, Jesucristo no señaló a nadie, no rechazó a nadie, no excluyó a nadie y su mensaje es de Amor, pero no a lo hippy –ups no sé como se escribe- sino a lo cristiano, lo que implica entrega, darse a los demás sin ver si es esto u lo otro y sobre todo, ese amor implica no subirse a una especie de trono y hacer una criba entre los que se salvan o no. Luego la iglesia es Madre y si no lo fuera, entonces no entendería el por qué ha actuado como lo ha hecho ante los sacerdotes pederastas, ¿qué es peor, la apostasía o la pederastia en el plano de los pecados?. Ambos figuran en los Evangelios, vayamos a ver que nos dice Jesús al respecto.

 

En conclusión, el reclamo que se hace por parte de los que fueron de la Obra y dejaron la institución y a la Iglesia es en cuanto a la dignidad pisoteada, a los abusos que se han cometido y que son atentatorios contra los Derechos Humanos y si el Papa ha atendido a gente atea en estas demandas, ¿por qué no atenderá a los que fueron fieles de la iglesia y que la abandonaron por no haber sido atendidos a tiempo?.

 

Un fortísimo abrazo Daniel M y otro para cada uno y cada una.

 

Armando

 

P.D. Perdonad los errores, pero ya no puedo revisar el texto, que si no llegarè tarde a una reunión.







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