Para Catherine y otros.- Daniel_M
Fecha Monday, 01 October 2007
Tema 900. Sin clasificar


Catherine: leí con mucho interés tu testimonio. Estoy de acuerdo contigo en mucho de lo que dices sobre la naturaleza consagrada de la institución Opus Dei. Introduces una cuestión que creo importante: la Iglesia ¿hace algún caso de los testimonios de ex-miembros del Opus Dei que han dejado de ser católicos? Si la respuesta es negativa ¿Por qué no los tiene en cuenta?

Aquí quedó constancia de una carta remitida por 40 ex-miembros en que denunciaban una serie de comportamientos funcionales de la Obra. Es obvio que esa carta no tuvo  éxito, ni siquiera se sabe si la Iglesia dio acuse de recibo a la misma. Históricamente, consta que el Cardenal Basil Hume recibió a la madre de un numerario y escuchó sus quejas por el modo de captación, actuando en consecuencia, dictando una orden de obligado cumplimiento en su diócesis.

En esta Web se menciono la visita de una ex-miembro a su Obispo, con entrega del “Catecismo de la Prelatura” y tampoco este obispo hizo nada. La ex-miembro al poco tiempo apostató. Pero no conozco nada más de ningún obispo u organismo eclesial respecto a quejas contra el Opus Dei. Parece que se puede deducir que la Iglesia no hace caso de las denuncias de los ex-miembros y si públicamente dicen no ser católicos, mucho menos. Expondré una hipótesis de por qué sucede esto.

Pongámonos en el papel de un obispo. Puede recibir quejas sobre el Opus Dei ¿Cómo son estas personas, los obispos? Luchan por ser santos, por identificarse con Jesús en sus pensamientos, palabras y obras, en el ejercicio de su autoridad, en sus sufrimientos, en su vida. Su voluntad es estar unidos siempre y en todo a Jesús y a Dios Padre. Son personas que subordinan su voluntad e inteligencia a la Voluntad e Inteligencia divinas.

¿Qué sucede cuando les llega la queja de una persona sobre una organización de creyentes, en este caso el Opus Dei? Cito al libro más publicado después de la Biblia, la “Imitación de Cristo” de Tomás de Kempis, capítulo 4: “No se debe dar crédito a cualquier palabra, ni a cualquier espíritu; más con prudencia y espacio se deben, según Dios, examinar las cosas. ¡Oh dolor! Muchas veces se cree y se dice más fácilmente del prójimo el mal que el bien. ¡Tan flacos somos! Mas los varones perfectos no creen de ligero cualquier cosa que les cuentan, porque saben ser la flaqueza humana presta al mal y muy deleznable en las palabras. (…) A esta sabiduría también pertenece no creer a cualesquiera palabras de hombres, ni decir luego a los otros lo que oye o cree”.

En este sentido examinarán con detenimiento a la persona que acude a ellos. Supongamos que esa persona crítica, que viene a quejarse del Opus Dei, ha dicho que ha perdido la fe, que dejó de ser católico y ni siquiera es creyente. Para empezar esa persona ya no es católica, no pertenece a la Iglesia, ni siquiera está viva espiritualmente y no es hija de Dios –sólo criatura creada. Así lo considerará el Obispo en adhesión plena a las enseñanzas de Jesucristo, su Dios.

El Obispo es consciente de la situación espiritual de esa persona. Si tuviera que escucharla, lo hará con esa prevención, y detectará rápidamente por donde pueden ir sus intenciones: denigrar, dañar la imagen del Opus Dei. Organización de la que presupone es fiel a Cristo, y que sabe parte de la Iglesia. Pues al menos se mantienen dentro de la Iglesia. Por lo que la balanza de la decisión del obispo ya tiende desde el primer momento hacia el lado de defender la Iglesia y sus organizaciones.

¿Qué más podría considerar el Obispo? Podría recordar el Génesis, la tentación de Satanás sobre el primer matrimonio, Adán y Eva. Adán y Eva ya sabían cual era el mandamiento a cumplir, se lo había revelado Dios. Experimentan un día la presencia de un espíritu –un ser personal- que dialoga con ellos y les incita a hacer algo que saben que está mal, se dan cuenta del alejamiento de Dios de ese espíritu y que es contrario a Él. Pero son tentados, le hacen caso… y ambos pecan, muriendo su espíritu de manera inmediata.

El Obispo podría extraer una enseñanza de esta escena bíblica y aplicarla a su encuentro con la persona ex-católica que se queja del Opus Dei. Por lo que ya sabe, ha situado a esa persona como aquella que no quiere hacer su Voluntad aunque se busque excusas. Esa persona le está diciendo algo –que el Obispo- podría considerar como una tentación concretada en el mandamiento: “no darás falso testimonio, ni mentirás” y que también prohíbe dañar la fama ajena. Cumpliendo con su deber de católico “no caería en la tentación” y rechazaría el mensaje del ex-católico. Se ha posicionado a favor de la Iglesia, de sus instituciones, de cumplir los mandamientos. Y quien está enfrente le está planteando –tentando- precisamente contra eso.

También podría venir a su mente aquellas palabras de Jesús y aplicárselas al ex-católico: “¿Porqué pretendes sacar la mota del ojo de tu hermano, cuando tienes una viga en el tuyo? Saca la viga que tienes en tu ojo y luego verás de sacar la mota del ojo de tu hermano”. Siendo la viga del ex-católico su situación de alejamiento de Dios, su estado de muerte espiritual y la mota… los errores que le relata del Opus Dei. Y quizás recordaría también la experiencia de miles de mártires de la Iglesia asesinados en estos dos mil años. Próximamente van a ser beatificados 498 mártires asesinados en España por la República en la Guerra Civil española. Murieron por el “odio a la fe” y por no renegar de ella ni de Jesús.  

Por cierto, la Iglesia no actuaría como “no madre” al rechazar el testimonio de esa persona ex-católica, ni se convierte en “madrastra” de ella. ¿Sabes por qué? Porque dicha persona, ex-miembro del Opus Dei y ex-católico, hacía tiempo que había dejado de ser “hija” de la Iglesia y a la vez “hija de Dios”. La Iglesia es “madre” de sus hijos, pero no de quienes no quieren ser sus hijos.

Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, ¿Por qué tendría la Iglesia que escuchar a ese ex-católico? ¿Y por qué habría que reprochársele que no lo hiciera? Apreciada Catherine, es por esto que considero que quien mejor puede criticar los errores del Opus Dei son los que siguen siendo hijos de Dios, porque cumplen sus mandamientos –que son su Voluntad: los católicos practicantes. A esos, los obispos pueden escucharlos. A los que han decidido excluirse de la familia de Dios, no.

Dices “tenía fe antes del conocer al Opus Dei. Hoy no la tengo por haber conocido y sufrido al Opus Dei”. Es verdad. La experiencia en la Obra alteró y perjudicó tu relación con Dios, la que era tu verdadera vocación. Pero da la impresión de que te mantienes alejada de Dios voluntariamente cuando ha pasado tiempo de tu salida. Podrías cambiar tu  situación espiritual actual, pero parece que no quieres. Y si te mantienes tal como estás ahora podría ser más por responsabilidad tuya, que por culpa del Opus. ¿No te parece?

Con todo aprecio personal,

Daniel_M.

 

Nota sobre escrito de Emevé: Nunca fue cuestión de ser listo, eso es sólo su percepción personal. Entiendo que haya creyentes y no creyentes en esta web. Mejor de lo que supone, pues yo también viví lejos de la Iglesia y conozco esa experiencia que puedo comparar con la actual, que considero sin duda alguna mucho mejor. Por ello se diferenciar a los que están en la Verdad de Jesús, de quienes no están. Y saco las conclusiones pertinentes si se pretende conseguir algo de la Iglesia respecto a la Obra. Tampoco me siento atacado por ningún pensamiento de nadie, si es que es realmente pensamiento y no un conjunto de ataques, burlas, ironías o prejuicios. Me limito a contestar un pensamiento con otro. Para mí eso es dialogar.

Es verdad lo que dice, soy católico. Pero, hay que matizar, uso las Escrituras tal como las usa la Iglesia Católica, porque es tal como las usa Jesucristo. La Iglesia tiene toda la razón en Moral, porque la razón en Moral la tiene Jesús, que es Dios. Si defendiera una peculiar interpretación moral de un acto que no coincidiera con las palabras de Jesús o con las enseñanzas de la Iglesia, le aseguro que sería un grave error por mi parte. No me siento capaz de inventar ninguna religión o adaptar la católica a mi gusto, porque sé que no sería camino de salvación ni para mí ni para nadie. Dijo usted que pongo cuota de pasión a mi escrito. Y es cierto. Sin duda, es la pasión por la Verdad. La que descubrí después de mi conversión.

 

Al que no cree ni en el rejo de las campanas pues ni eso es verdad. Pues creer, cree, pero sólo en si mismo, en lo que su mente –una más de entre seis mil quinientos millones de mentes humanas- puede darle a entender, que siempre será una perspectiva muy limitada de la realidad. ¡Qué listo debe creerse para ponerse por encima de tantos!

 

Nota a Atomito: gracias por tus ideas. Me interesó como expusiste tu salida de la Prelatura. Podría haber una respuesta a algunas de tus ideas en el comentario a Catherine. Es cierto que el Opus fue aprobado y San José María Escrivá Albás canonizado por la Iglesia. Pero su organización, el diseño de ella, los modos de actuar pueden ser criticados y mejorados.

¿Cómo podría explicarme? Todos sabemos que los hospitales están para curar a las personas. En su interior trabajan un montón de profesionales, todos ellos con la magnífica vocación profesional de curar, salvar vidas. Sin embargo, puede haber profesionales que hagan mal su trabajo, que en algún caso hasta perjudiquen o -por negligencia médica- acaben con la vida de sus pacientes. Si sucede esto ¿se convierte en maligno el hospital, o sus fines? Pues no. Se tendrá que averiguar al responsable de los hechos, detectar que protocolos médicos fallaron… Y si hay que ir a juicio y castigar al culpable, pues se hace. Algo así se podría aplicarse al Opus Dei. Ver que cosas no hacen bien, a quienes han perjudicado, que métodos no son los adecuados, si hay que intervenir o no en dicha institución o llamar la atención a sus cabezas directivas…

En la Iglesia hay hombres pecadores… y está también el Espíritu de Dios. Pero Dios da bastante libertad a los hombres y estos fallan. Las estructuras que crean pueden trasladar parte de esos errores, a demás de los aciertos que sugiera el Espíritu. Piensa en el Evangelio. Jesús –verdadero Dios- se rodea de hombres que luego le abandonan, no habría que extrañarse de tantos errores humanos posteriores y también los aciertos existentes. Respecto a la historia de la Iglesia, en esencia es una mezcla de maldad y bondad humanas. Y una institución también tiene sus crisis históricas, como los países.

La Iglesia católica presenta a los hombres una persona: Jesucristo. Es Jesucristo quien dice una serie de cosas de Él mismo. Invita a los hombres a seguirle, y forma una Iglesia para facilitar ese seguimiento a todas las generaciones. No es una colección de “absurdos” sólo porque tú no los comprendas, o hayas creído que tu inteligencia se podía poner por encima de todas ellas y juzgarlas. La Iglesia sólo facilita –lo mejor que puede- un lugar de encuentro entre cada persona y Dios, encuentro personal, relación personal. Eso es realmente lo que sucede cuando alguien acepta a Jesús, tiene una amistad personal con él. Cuando no acepta sus enseñanzas, lo que hace en realidad es acabar su relación con Él.

Por lo que dije antes a Catherine, para conseguir que el Opus rectifique… sólo la autoridad superior de la Iglesia puede hacerlo. Pero para ello hay que salvar los escollos que actitudes ateas o agnósticas provocan en obispos, cardenales, religiosos, etc. Ten en cuenta que esta es una Iglesia muy dañada y perseguida a través de la historia. Muchos cristianos por no querer destruir su relación personal con Jesús, prefirieron morir antes que rechazarlo o negar sus ideas y enseñanzas. Muchos mártires en dos mil años, en la actualidad también. Piensa en ello.









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