LA CASA NATAL DE SAN JOSEMARIA NO FUE UN RESTO HISTÓRICO PARA LA OBRA
La casa natal del fundador del Opus Dei no figura entre los recuerdos que se han conservado de San Josemaría. ¿Acaso pudo arrepentirse de su origen humilde?. Eso parece deducirse de algunos de los hechos que sucedieron en su vida y nos van confirmando artículos como el que acaba de publicar Marcus Tank sobre la mentalidad narcisista de esta sacerdote, al que sus seguidores actuales pretenden que se le conceda el título de Doctor de la Iglesia, a la vez que le encumbran y le consideran superior en santidad a otros importantes santos de la historia de la Iglesia Católica. Analicemos algunos hechos de su vida.¿Tuvo ello que ver con la relación de este sacerdote con personas de la nobleza?
Recientemente Lulo nos informaba que la casa natal del Fundador del Opus Dei en Barbastro había sido derribada hace años y, en su lugar, había sido construido un edificio de nueva planta en el que se alberga un centro de la prelatura. Incluso se ha construido un arco que comunica con la casa de enfrente, en la que también se han instalado locales de la Obra. Todo el conjunto de esa zona ha quedado mejorado. En la vida de cualquier personaje público --Jose María Escribá lo es-- su casa natal indica de dónde partió hasta ser lo que fue.
Si fue derribada la casa natal del Fundador del Opus Dei es porque él o alguno de sus más estrechos colaboradores lo autorizaron. ¿Por qué derribaron un sitio tan "importante" en la vida del hoy San Josemaría? Todo el tiempo que pertenecí a la Obra tuve la idea clara de que existían piezas o lugares que tenían internamente el carácter de "históricos". ¿Acaso no era "histórico" para sus seguidores el lugar donde nació el Fundador? Una pieza histórica fue una taza rota en un costado, que utilizaban los de la Obra de Grenoble. El hoy santo estuvo a punto de desayunar con ella, pero se descubrió el hecho pues se cambió de sitio. Para él había una mejor.
El Fundador del Opus Dei nació en una familia de origen humilde. Su padre poseía una tienda de tejidos en Barbastro, ciudad que, si bien es sede episcopal, no pasa de ser un pueblo distinguido y que tuvo mayor importancia hace siglos, pero no a comienzos del XX. Al arruinarse, el padre de José María se tuvo que trasladar a Logroño y pasa a ser un empleado más de la capital de una provincia que no es de las grandes españolas, aunque sí tenga también tradición. ¿Ser hijo de un empleado de un comercio significa tener una gran posición social? No parece que eso sea cierto.
Por muchos argumentos que aporten los seguidores de la Obra, no parece razón suficiente para destruirla que la casa natal del fundador se encontraba en muy malas condiciones. Cuando escribí mi carta de incorporación al Opus Dei en marzo de 1965, lo hice en un centro --en la calle General Oráa número 5-- que dependía del centro de estudios de numerarios, entonces en el Paseo de la Castellana número 50 de Madrid, un palacete que había sido alquilado al Conde de la Maza. Hoy ese lugar está ocupado por la sede de un banco, junto a la embajada de Estados Unidos en Madrid.
En realidad, el Paseo de la Castellana 50 era la sede provisional del centro de estudios de numerarios, que, siempre había estado en un palacete-chalet en la calle Diego de León,14, pero que en aquella época estaba en obras. Se trataba de un inmueble, hoy también sede de la comisión regional de la prelatura, que había recogido la vida del fundador en los años posteriores a la terminación de la Guerra Civil, y, por tanto, había acogido a los primeros numerarios, desde el momento en que se crearon los centros de estudios para ellos.
El edificio de Diego de León, 14 fue denominado en sus tiempos "Lagasca" por parte de los hombres del Opus Dei, pero esta denominación pasó de ser de las mujeres. En esa época, para conservar el inmueble, sin derribarle, se recurrió a ampliarle, pero conservando el edificio primitivo. Así se podía conservar la parte "histórica". ¿Por qué no se hizo lo mismo con la casa natal de Escriba en Barbastro? No encuentro otra respuesta que la de que San Josemaría no quería que se mostrara la casa donde vino al mundo. Así ocultaba su origen humilde.
En algunas casas de retiros y centro del Opus Dei existen vitrinas que conservan piezas que tuvieron su relación con el fundador. Existen cosas de lo más variado. Así, durante la ceremonia de beatificación se presentaron unos dientes que habían pertenecido al hoy San Josemaría y que le fueron extraídos por un dentista. Don Álvaro del Portillo, su principal hombre de confianza, ordenó que se guardaran esas piezas. Marcus Tank dice que sus colaboradores contribuyeron a crear ese mito. Este es un caso claro.
¿Cabe tambien atribuirle a Don Álvaro del Portillo el hecho de que el retablo del santuario de Torreciudad, junto a Barbastro, tenga tambien los escudos nobiliarios de los cuatro apellidos del fundador: Escriba, Albás, Blanch y Corzán? En realidad el último no tenía escudo y el escultor recurrió a crear la figura de un corzo. Es un caso típico de delirios de grandeza. No se conformó con un escudo, sino que puso cuatro. El retablo del Santuario de Torreciudad fue construido en vida del fundador y, con el carácter controlador que tenía monseñor Escriba, parece difícil que se le escapara un hecho como éste. Poco después de su fallecimiento, en julio de 1975, fue consagrado el templo. Unos meses antes, visitó este templo que recordaba cuando su madre fue a ofrecerle a la Virgen, cuando tuvo una grave enfermedad.
Por lo que se ve, la casa natal del Fundador no fue un edificio histórico para la Obra. ¿Por qué no se hizo con ella como con la antigua Lagasca? ¿Qué había que ocultar? ¿Será que, como algunos de los retratos de San Josemaría hay que presentar una nueva imagen, con cuello de piel de armiño? Se me hace difícil aceptar que esta señora que era la esposa de un comerciante de un pueblo y hermana de un canónigo tuviera esa apariencia.
Algún día se sabrá la causa real de la demolición de tan importante pieza para los opusianos.
NACHO FERNÁNDEZ
