Aclaración y advertencia a Markus Tank.- Giovanna Reale
Fecha Monday, 17 September 2007
Tema 100. Aspectos sociológicos


En primer lugar, felicito a Markus Tank por su excelente artículo “El trastorno narcisista de la personalidad del fundador del Opus Dei” (14.09.07), que mete el dedo en la llaga a la hora de entender qué pasa realmente en la vida interna de la Obra. En un escrito de Varios Universitarios aparecido en esta página el 11.07.07 se decía: “En nuestra opinión, este tipo de explicaciones psicológicas deberían ser más y mejor estudiadas por competentes especialistas, para aplicarlas a la vida de san Josemaría y a la historia del Opus Dei. A ver si alguien se anima a recorrer este camino”. Me parece que Markus Tank ha empezado a recorrer el camino que Varios Universitarios sugerían. Estoy de acuerdo con todos ellos. Las graves contradicciones, paradojas y errores que se cometen en la Obra encuentran su principal explicación en la mente y en el ánimo del fundador, así como en la colaboración o complicidad de los cofundadores de la Obra (Álvaro del Portillo, Javier Echevarría, etc.); por eso, no es exagerado calificar al Opus Dei como una “locura colectiva”. Alabo la clarividencia de Markus Tank y le agradezco su valentía.

 

Y ahora me permito hacerle respetuosamente una pequeña aclaración y, luego, una seria advertencia.

 

  1. Aclaración.

 

Markus Tank escribe en el apartado 4. a) del mencionado escrito:

 

“En la misma línea de las “reliquias en vida” cabe mencionar el traslado a Torreciudad del oratorio de Samaniego de 1940 y la reproducción del retablo de la iglesia de San Cosme de Burgos para ponerla en Roma. También, la reproducción de la pila bautismal de la catedral de Barbastro, donde recibió su primer sacramento, así como la adquisición de los restos del barco J. J. Sister, “testigo” de otra intervención divina al estilo de San Pablo o del profeta Jonás”.

 

Mi aclaración se centra en advertir que la pila bautismal de la catedral de Barbastro que se encuentra en Villa Tevere (Roma) no es una reproducción, sino la original. Así lo he expuesto en dos escritos anteriores míos: uno del 12.09.07, y otro del 14.09.07. Para afirmar que esa es la verdadera y antigua pila bautismal de la catedral de Barbastro, me baso en la siguiente información:

 

1º) Hace aproximadamente quince años, cuando yo aún era de la Obra, hice con otras personas un viaje a Roma, y visitamos el oratorio de Santa María de la Paz, que es la iglesia prelaticia del Opus Dei. Quien nos introdujo allí nos advirtió que esa era la pila bautismal (no una réplica) de la catedral de Barbastro y nos tradujo del latín al castellano la inscripción latina que, adosada a la pared, así lo explica. Supongo que ni esa persona ni esa inscripción nos mentirían.

 

2º) En el verano de 1997, después de desvincularme del Opus Dei, viajé por primera vez en mi vida a la ciudad de Barbastro con un grupo de amigos, e hicimos una visita guiada a la catedral. El guía hizo hincapié en que en los años de la Guerra Civil española (1936-1939) esa catedral perdió mucho de su patrimonio artístico. Cuando llegamos a la pila bautismal, nos explicó: “Como pueden observar, esta pila bautismal es del siglo XX. Pero no piensen que la antigua fuera destruida durante la guerra. No fue así, porque sobrevivió al expolio entonces sufrido aquí. Lo que pasó fue que años más tarde el Opus Dei la adquirió para llevársela a la sede central de la Obra en Roma, pues su santo fundador fue bautizado en ella”. También supongo que no nos mentiría.

 

De lo que no estoy informada es acerca del procedimiento seguido por el Opus Dei para adquirirla. No sé, por ejemplo, si el obispo de Barbastro la regaló a la Obra o, por el contrario, los directores de la Obra la compraron. Supongo que en los archivos de la diócesis de Barbastro-Monzón se encontrará la documentación pertinente. Por eso, ya he pedido en mis anteriores escritos la colaboración de algún lector de opuslibros (preferiblemente aragonés o residente en Aragón) por si pudiera aclarar esta duda.

 

  1. Advertencia

 

El artículo de Markus Tank inicia, a mi modo de ver, una nueva línea de investigación para intentar describir cómo fue la personalidad de José María Escriba, distinta de la de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Efectivamente, son dos personajes distintos con dos diferentes personalidades: José María Escriba es el real e histórico; Josemaría Escrivá de Balaguer es el mítico. En su trabajo de investigación, Markus Tank emplea el método psicológico o psicoanalítico para adentrarse en la mente del personaje histórico. Es un método muy acertado.

 

La seria advertencia que, con toda cordialidad por parte mía, deseo hacer a Markus Tank es que esa línea de investigación, basada en un método interdisciplinar (historia y psicología) y basada también en la distinción entre el personaje real (José María Escriba) y el mítico (Josemaría Escrivá de Balaguer), es un auténtico torpedo lanzado contra la línea de flotación del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá. Y seguramente ese Instituto acusará recibo. En efecto, ese Instituto, erigido por el actual prelado de la Obra, Javier Echevarría, el 9 de enero de 2001, tiene como finalidad mantener la buena fama (en este caso, fama de santidad) de san Josemaría Escrivá de Balaguer y probablemente persigue como causa final el lograr que tarde o temprano la Santa Sede proclame a san Josemaría Doctor de la Iglesia. Por ello, no se van a quedar indiferentes ante este artículo de Markus Tank. ¿Cómo van a reaccionar? Aun siendo difícil predecir la actuación de los demás, me atrevo a presuponer que los responsables del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá buscarán especialistas en psicología y psicoanálisis para que muestren que san Josemaría poseía una salud mental a prueba de bomba y que estaba dotado de una mente privilegiada; y se las ingeniarán para dar la vuelta a los argumentos y pruebas aportados por Markus Tank en su artículo. Esta va a ser una batalla entre intelectuales, y estaremos expectantes para ver quién triunfa, pues, si algún día un papa declara a san Josemaría Doctor de la Iglesia, se podrá afirmar que la batalla habrá sido ganada por el Instituto Histórico San Josemaría Escrivá.

 

Giovanna Reale







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