Es evidente que cada uno ha tenido una experiencia distinta en el Opus Dei y comparto muchos de los comentarios que se hacen en Opuslibros, al mismo tiempo que no comparto otros muchos.

Después de haber estado más de 20 años en el Opus Dei como Numerario, estoy convencido (al menos así lo veo yo) de la buena voluntad de los miembros del Opus Dei. Es evidente que son personas y, como tales, comenten errores, pero ellos (como lo hice yo) sólo pretenden, en nombre de Dios, hacer lo que deben y buscar el bien de los demás. No les culpo de nada, quizá porque yo he sido como ellos, y he participado en los medios de dirección y formación.

Mi situación al principio pudo ser algo parecida a la de Estrella (5/09/2007), pero lo malo es que esa situación de agobio y decepción fue creciendo con el paso de los años… pero siempre esperando esa Gracia de Dios. Aceptando las dificultades pasaron hasta más de 20 años. Hacía muchas cosas porque había que hacerlas. Llevado por la visión sobrenatural seguía peleando hasta que me iba agotando… quería amar y no podía, todo se hacía cuesta arriba: sabía que debía “dar aliento” a los demás, y resulta que a mí me “faltaba aire para respirar”. La decepción era evidente y la tristeza se abría paso.

Ruta (7/09/2007) comenta que sin vocación es absurdo estar en el Opus Dei, y razón no le falta, pero 99 (10/09/2007) llega más lejos y dice que no existe la vocación en el Opus Dei. Yo personalmente todavía no me atrevo a opinar sobre la vocación, y quizá porque todavía hace poco que he salido del Opus Dei, pero podría pensar que nadie puede decir que yo no tuve vocación, muy fuerte es que después de 20 años me dijeran que no tenía… No obstante, cuando me pregunto ¿por qué dejé la Obra? No pienso en fulanito, o en este modo de decir o de hacer, o en aquella costumbre del Opus Dei, sino que pienso directamente en el tema de la vocación. Hice todo lo que me decían, peleé como casi el que más y aquí estoy: fuera. ¡¿Cómo es posible?!... lo que más pena me da es que no añoro nada de esos 20 años, y digo “me da pena” porque aquello fue mi vida y se ha volatilizado como si nada.

Podría contar más aspectos de aquellos años pasados pero no quiero abundar más y prefiero olvidar. No obstante, si alguien quiere saber más o tiene algún interés o quiere hacerme alguna pregunta, puede mandarme un Email a la dirección que está asociada a mi nombre ABECE. Quizá mi experiencia pueda ser útil para alguien.

Ahora voy adaptándome a mi nueva vida. Lo mejor es la libertad e independencia que he conseguido… pero claro, vivo solo y se me hace difícil esta situación, a veces con una notable sensación de frustración por los “años perdidos” y sin un hogar. No obstante, sobrevivo por mi trabajo, aunque no todo es trabajo y ahí es donde no encuentro nada. Tengo unas ganas locas de disfrutar de la vida, de ser normal… Espero que con el tiempo pueda ir superando esta situación.

Le deseo a Estrella, y a los que estén como ella, lo mejor.

ABECE