El museo diocesano de Lérida y los papeles de Salamanca.- Salvador
Fecha Wednesday, 12 September 2007
Tema 100. Aspectos sociológicos


Lulo (10-9-07): No hay comparación posible entre el problema de las obras de arte del museo diocesano de Lérida con los papeles de Salamanca. Estos no fueron más que una incautación  de archivos públicos (la Generalitat) y muchos otros privados (tanto asociaciones como de simples particulares) por parte del ejército de Franco que los envió a Salamanca.

Las 113 obras de arte son obras adquiridas, cedidas o salvadas y restauradas por el museo desde su nacimiento en 1890.

Así, no había argumentos jurídicos serios para retener unos papeles de particulares y de un organismo reconocido legalmente fuera de los políticos o vociferado por Torrente Ballester ante una manifestación delante del Ayuntamiento consistente en "ser un derecho de conquista".

En el caso del museo diocesano hay muchos recibos de las adquisiciones y el problema, por parte catalana, se insiste mucho en argumentos jurídicos.

Sin entrar en el problema, sí me parece oportuno aportar algunos datos generales sobre el trasfondo del asunto.

Cataluña como entidad independiente nace en el siglo X habiendo variado su territorio desde entonces.

En 1835 se aprobó la división "provincial" del estado español y la denominada Franja de Ponent -de lengua catalana y que reune actualemente aproximadamente unas 60.000 personas- pasaron a las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel.

Las parroquias de la Franja dependían de los obispados de Urgell, Lleida y Tortosa.

La división eclesiástica, especialmente en los territorios de la antigua Corona de Aragón- no coinciden con la divisiones administrativo-políticas. El obispado de Lleida, con inclusión de actuales parroquias de la Franja, ya era una realidad  en el siglo VI.

En el siglo XII se había constituido la diocesis de Barbastro como algo provisional hasta la reconquista de Lleida a manos de los moros y una vez conquistado pasó a formar parte del obispado de Huesca. Y ello a petición de la autoridad civil catalana a Roma.

El obispado de Barbastro se constituye en 1.571 (con 74 parroquias procedentes de Lérida y 71 de Huesca). En el s. XIX se le agregan 51 parroquias más, alguna de lengua catalana. En 1851 el obispado se agrega al de Huesca. Sin embargo, en 1896 se restaura como administración apostólica y en el año 1950 renace como obispado.  (Para dar un idea de la magnitud de este obispado creado en 1950, los datos de 1960 indican que lo integraban 38.000 habitantes, 4.397 km2 y 152 parroquias, de las cuales 34 eran de lengua catalana).

Los datos anteriores parecen sugerir que la vida del obispado de Barbastro va ligada, más que a necesidades pastorales, a razones de política eclesiástica o civil y eclesiastica.

Barbastro está situada a muy pocos kilometros de la Franja. Sanjosemaría, precisamente por la contiguidad geográfica, entendía razonablemente bien el catalán. Como se recordará, el santo atribuyó a la Virgen la salvación de su vida en una romería (actual Torreciudad) que su madre hizo en 1904 cuando era muy niño y los médicos lo habían deshauciado.   

Volviendo a los años 50, gracias al art. 9 del concordato con la Santa Sede de 1953, se permitía hacer correcciones de las circunscripciones diocesanas y eregir nuevas diocesis coherentes con la división política mediante acuerdo de ambas partes.

Lo cierto es que durante entre 1956 y 1966 fuerzas franquistas fomentaron el "leridanismo" (que feneció al llegar la democracia) con la intención de segregar gran parte de Lleida  de Cataluña. 

Comoquiera que en varios planes de desarrollo se hablaba de la "valle del Ebro" como entidad propia y conspicuos responsables de los mismos eran gente de la Obra, siempre ha habido el recelo que la Obra estaba interesada en esos cambios.

En 1975 se erige Torreciudad. Con la expresa (así lo recuerdo yo) ambición de crear un potente centro mariano equivalente a la potencia del que forman el  triangulo Virgen del Pilar (Zaragoza), Montserrat (Barcelona) y Lourdes (Garona). Incluso recuerdo que se hablaba de conseguir una nueva ruta mariana con los anteriores santuarios.

A partir de esa época en los ambientes eclesiásticos de Madrid y de Roma se impulsa la segregración de diocesis de Lleida con el fin de potenciar el, a todas luces anémico, obispado de Barbastro. Sin embargo, el Vaticano se niega (mediante un "dilata") por no haber razones pastorales. Oficialmente la propuesta la había acordado en 1981 la conferencia episcopal española.

Inmediatamente despues de ese intento son los políticos quienes estan interesados en esa potenciación.  Lo cierto es que la combinación del impulso político (del PP) con el eclesiástico da origen a la creación, el 17 de septiembre de 1995, del nuevo obispado de Barbastro-Montsó con la segregación de 84 parroquias de Lérida a las que se suman 27 más en 1998.

Naturalmente, desde la misma creación del nuevo obispado solicitan una parte del fondo de arte al museo diocesano de Lleida.

El nuncio  Lajos Kada ya toma una decisión en 1988 consistente en declarar que las obras quedan en depósito y que se debe devolver a sus propietarios si estos lo reclaman. Y a partir de ahí empiezan los pleitos en sede canónica y se han iniciado un contencioso-administrativo.

El resumen del iter procesal, bastante intrincados,  tiene una tufo de parcialidad, a primera vista, notable.  La conclusión es que la jerarquía eclesiastica se ha decantado por el nuevo obispado; asó como las autoridades civiles de Aragón y del Estado.

Hay muchos que sostienen  que el litigio tiene su origen en las presiones, logradas, de la Obra durante el pontificado de Juan Pablo II para convertir Torreciudad en el epicentro de una sede episcopal propia y realmente potente.

La Obra ha negado toda intervención e interés en este proceso mediante respetuosas notas oficiales.

Es dificil negar la participación de eclesiásticos y de políticos de la Obra en el proceso de toma de decisiones en favor de la segregación y la labor, nunca mejor dicho, de desvestir santos para vestir otros.

A mi parecer, sin conocer los entresijos, me parece que hay una confluencia de intereses, pues si bien es cierto que la iniciativa partió del sector conservador eclesiastico español -en el que se encuadra la Obra- y de políticos y medios afines al PP, y de locales como el PAR, también han participado los socialistas.

Se han publicado libros, constituido asociaciones, escrito muchos artículos por lo que una labor investigadora no es dificil de realizar a fin de determinar los intereses y participaciones de los intervinientes.

Salvador   









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