El Papa, el latín y la parroquia personal.- Ramón
Fecha Monday, 10 September 2007
Tema 900. Sin clasificar


He leído el correo de Daniel M sobre las "innovaciones" que el Papa actual va a introducir en la liturgia, en concreto el retorno al latín.
 
No entiendo muy bien lo que dice Daniel sobre las parroquias o iglesias de rito particular, y me faltan conocimientos para seguirle el razonamiento. Ni sé lo que es una parroquia particular ni creo que lo entienda. Ahora bien, creo que Roma no hace nada a humo de pajas, y todo tiene un fin último, que es mantener la relación de poder actual.
 
No conozco a ningún cristiano normal que pida la vuelta al latín. Ni uno. Es más, el latín constituye un obstáculo insalvable para tener una liturgia viva, cercana y comprensible. Eso si hablamos de países occidentales, en los que más o menos el latín suena algo. ¿Se imagina alguien lo que tiene que ser evangelizar a gente que habla lingala (R.D. Congo) y encima cargarles una misa en latín? Por algo el Concilio lo retiró de la liturgia ordinaria, en favor de la lengua de cada país. Mejor dicho, no lo prohibió, sino que prefirió hablar al pueblo en su idioma. Como cita algún otro escrito reciente en la web, el que haya querido celebrar la eucaristía en latín ha podido hacerlo.
 
Por eso creo que hecho de proclamar a los cuatro vientos el hecho de volver al latín "si alguien lo solicita" es un guiño a los sectores más reaccionarios de la Iglesia (léase Opus, Legionarios, Lefevre, etc.) , a los que parece interesarles más la lengua de la liturgia que la Eucaristía en sí misma (porque si su lengua materna es el latín, no tienen por qué dejarlo, y si no lo es, no entiendo esa preocupación).
 
En mi opinión, el Vaticano, el Papa, actual viene a decir que los buenos viejos tiempos no se han ido del todo, que la revolución conciliar ya está liquidada. Claro que es imposible volver al latín de forma generalizada. La gente abandonaría la Iglesia en masa. Viene a decir que estaban en lo cierto los que nunca quisieron abandonar la forma antigua... y con ella todo lo que conlleva. Es decir: seguridad, tradición, ortodoxia, disciplina, etc.
 
Llama la atención que se preste atención a estos temas tan menores, y que como dice EBE, no se haga ni mención a la carta a la Santa Sede protestando sobre el Opus.
 
Y comparo con un hecho reciente ocurrido en la Iglesia española: en un barrio marginal de Madrid los curas habían dado una vuelta de tuerca a la vida parroquial y a la liturgia: todos al rededor del altar, la iglesia la decoraron los feligreses, la eucaristía se celebraba con la repostería que elaboraban las madres de aquellos pobres. Se podía fumar. Era una parroquia con tasas enormes de marginación, droga, paro, inmigración cladestina... pero allí iban drogadictos y gentes de mal vivir. Que por otra parte, eran acogidos por los curas y vivían con ellos. Al episcopado español esto le parece escandaloso y lo ha prohibido. Le ha faltado tiempo. No piensan como dice un teólogo, con toda crudeza, que lo que hay que transustanciar es la vida de cada uno, no una oblea de pan insípido.
 
Por lo visto, una cosa se puede prohibir o intervenir, la otra no. ¿será casualidad?
 
Ramón








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