Me sorprende tu ira. Para Sabrina.- Sancho1964
Fecha Monday, 10 September 2007
Tema 140. Sobre esta web


Querida Sabrina:

 

En primer lugar me sorprende la ira con la que escribes tu correo. Yo en mi vida he tenido rencor, pero decir que alguien es “hijo de puta”, jamás. Me parece, por lo menos, aventurado de tu parte juzgar tan a la ligera sin haber platicado, convivido con alguno- o todos- los que hemos escrito aquí o los que comparten estas ideas. Esa expresión la he usado alguna vez, pero jamás me atrevería a definir a alguien así y mucho menos ponerla por escrito.

 

Yo, y asumo que la gran mayoría de ex miembros que hemos escrito en esta página, estuvimos en el Opus Dei con rectitud de intención y tratamos de hacer las cosas lo mejor que podíamos, como considero que tu lo intentarás. El hecho de haber salido del Opus Dei no me ha cambiado en mi fe, ni mis inquietudes apostólicas, ni mi sentido de la justicia… Al contrario: considero que he madurado mas y más rápido fuera que dentro. Lo que aquí se encuentra escrito es, en su mayoría, el resultado de la experiencia de personas rectas, que en conciencia escriben lo que creen correcto y porque lo consideran correcto.

 

En segundo lugar, me parece que no haces un juicio justo: Si revisas con calma los escritos y testimonios de esta página veras que, salvo excepciones que siempre las habrá, todos tratamos el tema con la mayor dignidad y profundidad de la que somos capaces. No creo que nos mueva la ira, el coraje o la revancha. Me mueve el escribir aquí la tristeza en la que viví, la alegría con que vivo ahora, y la gran tristeza con la que veo que viven muchos de los numerarios que están dentro, muchos de los cuales considero mis amigos. No deseo que se salgan, deseo que sean felices; el cómo lo hagan, depende de su propia sabiduría y será su desición. ¿Quiero que desaparezca el Opus Dei? Claro que no. Creo que el Opus Dei ha hecho mucho bien y seguirá haciéndolo, solo que debe cambiar, porque sus miembros (yo mismo en su momento y seguramente muchos de los que aquí escriben) han cometido muchos errores (incluyendo a su fundador, por santo que sea). Es cuestión de tiempo, pero al final cambiará, para bien de sus miembros, y de la Iglesia. Lo que es triste es la lentitud con que lo hace. No estoy en contra del Opus Dei: Estoy en contra de las incoherencias con las que vive -que afectan a sus miembros- y que se niega a aceptar.

 

En tercer lugar te diré que si, a mi sí me llamaron a la obra. A los 14 años me dijeron que tenía vocación y pite. Desde ese momento me dijeron que ya era numerario para siempre, y que si decidía irme -como lo deseaba y externé desde los pocos meses de pitar-, era muy probable que viviera infeliz toda mi vida y finalmente me condenaría… Así pasaron 12 años. Dirás que permanecí ahí porque quise… Yo deseaba marcharme pero no sabía como hacerlo, y por lo que constato es que nadie sabe como hacerlo hasta que simplemente te marchas. Salí como la gran mayoría de los que salen; sin rencor, pero con necesidad de coherencia, comprensión, cariño y libertad... Si lo hubiéramos tenido en el Opus Dei, te aseguro que muy probablemente ahí seguiríamos.

 

Dices que somos unos cobardes. Te diré algo que me entristece de verdad. Tengo algunos amigos de la obra (numerarios y supernumerarios) con los que platico con cierta frecuencia. Hablamos de lo que queremos, y entre las cosas que platicamos esta la tristeza con la que se vive dentro, las tensiones en los centros, los deseos que tienen de que “algo” o “alguien” pueda cambiar algo, ya que ellos lo han intentado y la respuesta no es comprenderlos sino aislarlos. Lo injusto es que precisamente que no pueden platicar con nadie de dentro libremente; lo hacen con personas de fuera ya que dentro no existe la “amistad , confianza y respeto” para expresarse libremente. Me dirás que si, que hay libertad de expresión, pero el hecho es que no la hay. ¿Acaso has tenido alguna conversación con algún miembro de la obra sobre los contenidos de esta página? ¿Acaso crees que en medio de una tertulia puedes comentar lo sucedido a Antonio Petit sin que te llamen aparte, te pregunten de donde sabes eso y te pidan discreción para no escandalizar? ¿Acaso crees que no hay nada incorrecto en los estatutos y en la práctica de la Obra? ¿Acaso puedes creer (¿alguien podrá creer?) que todos lo escrito en esta página: testimonios, escritos de critica sana y constructiva, narraciones de hechos vividos por nosotros mismos, que todos son una malintencionada y rencorosa mentira? ¿Acaso no nos das por lo menos el beneficio de la duda? ¿Acaso no te hacen por lo menos profundizar en el tema? Si nada de esto te llega a tu alma, es triste que tampoco te llegue la caridad para el que yerra.

 

Te consideras una “supernumeraria normal” y sin duda así lo eres y lo creo ya que tu lo dices. Pero ¿Qué es ser normal? Te diré que yo me consideraba un “numerario normal” hasta que la realidad me dijo que no era “normal” ser numerario: El ser numerario para mi era perjudicial: Perjudicial para el trato con mis amigos, para mi vida profesional, para la labor apostólica... Para mi familia yo era un extraño y para mis conocidos y amigos un engendro. Me dirás que la forma “normal” de ser de un numerario es lo “adecuado para él”, pero la realidad nos dice que no, que la forma “normal” de ser de un numerario es dañina (esto dependiendo de cada persona en concreto ya que hay quienes son mas afectados que otros). Considero que mas que “normal” debería ser “adecuado”: La forma “normal” de ser de los miembros de la obra no es “adecuada” para la vida del ciudadano en medio del mundo. Nos dices que no tienes miedos y no vas al psiquiatra: eres afortunada, pero no has conocido bastante... También es verdad que los supernumerarios no viven ni de lejos lo mismo que los numerarios.

 

Te diré algo que es muy triste, cobarde e indignante: Hace apenas un par meses salio de la obra un numerario con el que conviví hace muchos años. Sé que salio por problemas con la forma “normal” de ser de los numerarios. Es una persona seria, pensante y profunda. Expresó en su momento lo que consideraba que debía cambiar, hasta que vio que era “incambiable”. Hizo lo posible por adaptarse, pero al final comprendió que no era correcto continuar y salió de una forma pensada y tranquila. Me he enterado hace unos días, por labios de otro numerario, que dentro de la obra se dice que salio “porque se enredó con una chica rubia que le hizo perder la cabeza”. Eso si que es triste e indignante. ¿Te parece acaso la forma correcta de tratar al hermano que se va? No les cabe en la cabeza que alguien abandone la obra por problemas de fondo, y como no lo comprenden, la única forma en que se lo explican es por problemas de “faldas”; se lo inventan y se lo creen. Tú dime a quien deberíamos decirles “hijos de puta…”

 

En cuarto lugar me resulta bastante contradictoria tu actitud: “Son unos hijos de puta, se pueden ir a la misma mierda…” junto con: “Rezo por ustedes que tienen mucha maldad”. Creo que no son compatibles. Si bien es cierto que todos tenemos mucha maldad, y si mi maldad merece ese calificativo, lo acepto perfectamente. Por otro lado, si alguien discrepa conmigo, lo primero que hago es tratar de comprender por que piensa de forma distinta ya que seguro algo tiene de verdad, y con mayor razón si veo que no es uno, sino una multitud de personas que piensan así. Créeme que yo rezo por muchas personas y seguro que tu estas entre ellas.

 

Por último te diré que si nos consideras “hijos de puta” puede ser por varias razones:

-         Realmente nos conoces y conoces nuestra maldad… Aunque no me considero mejor que nadie, creo que el calificativo se lo merecerían mucho mas personas de las que crees...

-         Porque alguien te dijo que lo éramos. Si es así, no deberías confiar tan fácilmente en lo que te dicen. Más bien investigar y profundizar en el tema. Si llegas a la conclusión de que en verdad lo somos, reza mucho por nosotros.

-         Porque simplemente piensas que lo somos porque opinamos diferente…

 

Con mis mejores deseos.

 

Sancho1964









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